En un mundo de cambios constantes, los desafíos no solo sigue siendo los mismos que hace dos décadas sino que se han profundizado. Las dificultades siguen siendo las habituales para la cuales hay que ejercitarse diariamente: trabas para acceder a la información requerida, puertas de despachos que se cierran, políticos y funcionarios que no contestan los mensajes o no atienden los llamados cuando deben dar explicaciones.
Pero a ello se le sumaron nuevos desafíos. Hace 22 años no existían las redes sociales. Hoy no solo forman parte de la cotidianeidad sino que mucha gente se informa únicamente a través de ellas. Si bien es la única forma en que mucha gente puede manifestar su enojo, su malestar o su angustia por alguna situación que padezca, muchas veces generan un ruido vacio que aporta a la desinformación general o terminan siendo instrumentos para fines espurios.
No obstante, por ello, creemos que la importancia de la función que cumple Junio se mantiene inalterable. La independencia, el rigor y el compromiso siguen siendo los pilares que cimentan la labor periodística desde hace dos décadas. Y seguimos creyendo que los lectores deben estar bien informados: es la única forma de generar una sociedad más humana, más justa y más libre.
Durante estas dos décadas hemos cubierto un sinnúmero de elecciones, varias crisis sociales, infinidad de protestas en la calle. Y lo seguiremos haciendo con la convicción de que hay que seguir informando, investigando con seriedad, responsabilidad y profundidad.
En momentos en que la desinformación abunda, seguiremos firmes trabajando contando las historias que creemos que deben ser contadas. Gracias por leernos, por compartir, por comentar, incluso por cuestionar, pero fundamentalmente por confiar en DIARIO JUNIO.
