“Cada vez más profesionales se ven obligados a renunciar porque ya no pueden subsistir con su ingreso. Desde enero de 2024, se han registrado más de 220 renuncias. Cada baja significa la pérdida de un equipo interdisciplinario que llevó años conformar” –señalan- a la vez que recuerdan las cifras de pacientes oriundos de nuestra provincia atendidos por la institución a lo largo del año pasado.
Por último, lanzan una advertencia a los legisladores: “La ciudadanía está mirando y esperando respuestas. Quienes no estén del lado de la salud pública quedarán expuestos ante un pueblo que ya no tolera la indiferencia frente a la salud de la infancia. El Hospital Garrahan puede colapsar lentamente mientras los responsables políticos miran para otro lado. Esperamos que estén a la altura de las circunstancias y que no sean partícipes necesarios de ese colapso”.