Durante la asamblea, se expresó el repudio a las medidas anunciadas por el gobierno de eliminar la autarquía del Instituto y centralizar su administración en el gobierno nacional, afectando su carácter federal.
“El decreto ataca a la Ley N° 24.800, ya que disuelve y deroga la mayoría de sus artículos, socavando principalmente la autarquía que le corresponde al organismo y el federalismo que lo caracteriza”, afirmaba el comunicado que convocaba a la asamblea.
El Instituto Nacional del Teatro, creado en 1997, ha sido desde entonces el principal sostén de la actividad escénica independiente del país. Su estructura, que incluye representantes de todas las provincias, ha garantizado el acceso a la producción, formación y circulación teatral incluso en los rincones más alejados del país. Actualmente, colabora con más de 400 salas y espacios en todo el territorio nacional.
El decreto no solo promueve el recorte presupuestario y el despido de personal, sino que busca concentrar los recursos culturales en manos del poder central, desarticulando la red federal de apoyo a las artes escénicas.