Hoy nos toca hablar de los impuestos directos y los indirectos. Los primeros son los que quien debe pagarlos no los puede eludir, por ejemplo, el impuesto a la riqueza, o los bienes personales, o a las ganancias. Los segundos, los indirectos, que son aquellos que, si se pueden transferir, el ejemplo emblemático es el Impuesto al Valor Agregado, el IVA, que se va trasladando por toda la pirámide económica hasta que llega al consumidor final, que ya no tiene a quien transferírselo y es el que termina pagándolo. O sea, una vez más: los pobres.
Es la segunda característica del modelo impositivo de los libertarios. Hoy en nuestro país, los indirectos, son los impuesto que más recaudación aportan al fisco, confirmando una vez más (y van…) que mientras en los países que miramos con admiración, el impuesto que más aporta al fisco es el impuesto a las ganancias, que junto con el que se aplica a los bienes personales, conforman el mayor monto de la recaudación. Por si no te quedó claro, los ricos pagan más que los pobres, como debe ser, aquí en Argentina, es exactamente al revés, los pobres pagan más que los ricos, y cada vez más cantidad.
A DIFERENCIA DE LO QUE OCURRE EN EL MUNDO ‘DESARROLLADO’ DONDE LA GENTE VIVE MEJOR QUE EN ARGENTINA, AQUÍ, CUANTO MÁS POBRE SOS, MÁS IMPUESTOS PAGAS.
En un ejercicio que practicaba en las primeras clases en la universidad, preguntaba a mis alumnos quién pagaba más impuestos, si Amalita Fortabat (en aquel entonces epítome de la riqueza en nuestro país, hoy sería Galperín, el dueño de Mercado Libre) o cualquiera de ellos; muchos dudaban en contestar porque advertían cierta intencionalidad en la pregunta, pero los más lanzados invariablemente proponían que ‘la’ Fortabat pagaba más, o argumentaban que ellos no pagaban impuestos porque no tenían propiedades, ni automóviles, ni nada por el estilo. Incluso, muchos de ellos aclaraban que ni siquiera tenían sueldo porque no trabajaban, así que de impuestos nada.
Inmediatamente, apelando a improvisados recursos histriónicos, miraba la clase con aire triunfal y les decía que todos y cada uno de los presente, aun los que no tenían ni propiedades, ni automóviles, ni siquiera trabajo, pagaban más impuestos que la Fortabat, (Hoy serían los Galperín, los Rocca, los Constantini, y demás, agréguenle el que les parezca).
Para seguir en la línea de las consideraciones desconcertantes, les preguntaba quienes habían gastado dinero, cualquiera sea su monto y fuente, a lo largo del último mes, ya sea recibido como salarios o retribuciones de cualquier tipo, incluido el facilitado por progenitores generosos, en el caso de los que no tenían trabajo. Ahora si todos levantaban la mano.
Y por supuesto inmediatamente pasaba a explicarme.
La única forma de comparar los distintos aportes a la recaudación total de los agentes económicos es haciéndolo relativamente a sus respectivos ingresos, de otro modo el resultado sería insustancial para cualquier tipo de análisis. Aclarado esto, venía la explicación.
La mayor parte de los ingresos que disponían los presentes terminaban, directa o indirectamente, en alguna de las empresas que monopolizan la venta minorista en el país, léase super e hiper mercados, a los que hay que agregar la mayor, por lejos, empresa de venta al menudeo del país, Mercado Libre, porque la comercialización de los bienes de consumo pasa, en un 85% por las grandes cadenas que intermedian entre la producción y el consumo, incluyendo en estos, el de los combustibles.
Y que cuando los consumidores pasaban por la caja, en el valor cobrado, aunque fuera un ticket a Consumidos Final, por lo tanto, no discriminado, estaban incluido TODOS los impuestos que la vendedora descargaba sobre el cliente. Para comenzar el IVA y para seguir todo el resto de gabelas menos significativas, pero que, redondeando, pesaban no menos del 30% de la cifra abonada.
Porque, y hay que aclararlo, en nuestro país el grueso de la recaudación viene por los impuestos indirectos, o sea aquellos, que se van pasando de agente en agente, hasta llegar al consumidor, que no se los puede ‘pasar’ a nadie, y obviamente tiene que pagarlos, aunque no tenga conciencia clara de que lo hace.
Y que, de este modo, que el 95 % de los argentinos paga, como veíamos recién, no menos del 30% (+) de sus ingresos personales al fisco, mientras que la ínfima minoría que gobierno hoy a través de los ‘libertarios’, los más ricos, que, aunque desayunen con caviar de Kamchatka y champagne Don Pernigón, el IVA pagado por sus consumos, no pesa ni en el 0,1 % de sus ingresos. Y que por el resto de los mismos (sus ingresos) también se arreglaban para no pagar, por ejemplo, los montos que deberían tributar por sus ganancias, porque en nuestro país, es un deporte nacional practicado por los contadores, arbitrar estrategias ‘ingeniosas’ para que sus cliente no paguen dicho tributo. Que, dicho sea de paso, en los países que miramos como ‘desarrollados’, donde sus habitantes viven mucho mejor que nosotros, el impuesto a las ganancias es el de mayor recaudación.
Como dato final te ratificamos que el ajuste fiscal seguirá cada vez con mas crueldad y crudeza, porque la recaudación desde que asumió Milei, viene bajando aceleradamente y no porque a vos te cobren menos impuestos. De hecho, vos seguís pagando, más incluso que hace menos de un año, porque los ‘libertarios’ comenzaron a cobrar nuevamente el impuesto a los salarios, que el gobierno anterior había eliminado al final de su gestión. Y simultáneamente redujo el impuesto a los bienes personales del 5 % al 0,5 %. Eliminó el ‘impuesto país’, o sea que vas a poder renovar tu Mercedes Benz, un 17 % más barato, y de postre, si durante estos últimos años fugaste dinero del país para no pagar impuesto a las ganancias, estás perdonado, podés declararlo a la AFIP y con unos pesitos arreglas todo.
O sea, por si no te quedó claro: en los próximos meses habrá menos recaudación y por lo tanto más ajuste sobre tu salario, tu salud, la educación de tus hijos, y cualquier proyecto que hayas tenido en la cabeza, que implicase algún tipo de apoyo estatal.
Después np digas que nadie te avisó