Con la inercia de años de inflación sostenida, más las medidas del gobierno de Javier Milei en materia de desregulación de la economía, en menos de un mes de gestión, el alza de precios de la canasta básica se acercó al 50% en los comercios de barrios populares para vislumbrar un 2024 sin techo de subas de precios en la cercanía.
De acuerdo a los datos que registra un informe publicado por Isaac Rudnik, Director Nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), según el relevamiento mensual realizado por ellos en 850 negocios de cercanía de barrios populares de 20 distritos del conurbano bonaerense, “una familia de dos adultos/as y dos hijos/as pequeños/as en noviembre pasado necesitaba para adquirir sus alimentos indispensables durante todo el mes $182.905”, mientras que en diciembre –ya con Milei en la conducción del Ejecutivo- “la misma familia requirió para tener los mismos alimentos en su mesa la suma de $271.572 o sea 48,48% más que treinta días antes”.
Para el directivo del ISEPCI, “esta abrupta suba en diciembre también contribuyó a elevar fuertemente la variación anual, que ya venía muy alta (185% de noviembre 2022 al mismo mes de 2023). Así a lo largo de todo el año 2023 la canasta básica alimentaria subió por encima del 323%”.
En tanto, con respecto a la canasta básica total, “que incluye, además de los alimentos, un conjunto de productos que son igualmente indispensables para la vida cotidiana de las familias y las personas”, en diciembre tuvo “una suba de 45,71%, mientras el incremento en todo el 2023 llegó a 292%. Así, una familia de cuatro personas requirió en diciembre casi 180 mil pesos más que en noviembre para adquirir sus productos básicos, y no caer bajo la línea de pobreza”, asegura Rudnik en el sitio web del ISEPCI.
Por el lado de las carnes, proteína tradicional de la mesa de los argentinos, en los 12 meses de 2023, los productos cárnicos “encabezaron los aumentos con un 354,03%”, con el asado a la cabeza (62,5%), seguido por la nalga (59,52%), la paleta (49,86%), carnaza (47,97%), pollo (42,86%) y carne picada (35,59%).
Asimismo, “los productos de almacén se incrementaron 350%, mientras que las verdura y frutas tuvieron subas de 222,21%”, con acelga (66,67%), pera (60%), zanahoria (44,33%), manzana (36,11%), mandarina (33%) y naranjas (33%) a la cabeza. Los huevos, aumentaron 20%.
En productos de almacén, un alimento básico como la leche, subió de noviembre a diciembre un 128,47%.
16 años de inflación en ascenso
El informe del ISEPCI también analiza la suba de precios de los últimos gobiernos y entre sus conclusiones determina que en la Argentina ya van 16 años seguidos de inflación en alza constante. “A fines de 2007, se producen los primeros indicios de la reaparición esta enfermedad que llegaba para quedarse. Ya durante el segundo el gobierno de Cristina, desde 2012 a 2015, la Canasta Básica Total (CBT) subió un 165,90% y la Canasta Básica de Alimentos (CBA) aumentó 160,32%”, asegura Rudnik.
“A su llegada a la presidencia a fines de 2015, Macri intento generar una expectativa positiva respecto a la solución de este cáncer (Macri dixit: ”lo solucionamos rápidamente“). Pero por el contrario se pudo ir constatando rápidamente, que las recetas que fue aplicando su gobierno, lejos de empezar a resolver el problema, lo fueron agravando: en sus cuatro años de mandato la CBT se incrementó 349,87% y la CBA 310,12%”, dice el informe sobre la presidencia de JxC.
En tanto, sostiene que Alberto Fernández “inició su gobierno con 4,26% de aumento en CBA, y 4,68% en la CBT en los primeros treinta días, diciembre de 2019. Al término de su presidencia, la suba total llegó a más de 1000% (más de mil por ciento) en ambas mediciones”.
“Desde fin de 2007 en adelante, a lo largo de dieciséis años los distintos gobiernos ensayaron estrategias similares: negociaciones con los formadores de precios con la puesta en marcha de programas de precios de referencia acordados con ellos (precios cuidados, precios cercanos, precios justos y otros parecidos), sin instalar controles reales para el cumplimiento de los ”acuerdos“, evadiendo la aplicación de la ley de abastecimiento, y sobre todo, evitando confrontar con ellos. El resultado está a la vista: multiplicación exponencial de todos los precios no regulados, especialmente de los alimentos, que obviamente fueron dejando desfasados los precios regulados: energía, combustibles, transporte, tarifas en general, y sobre todo el valor de la divisa. En paralelo, un avance generalizado de la concentración en la producción y comercialización de alimentos, que fortalece la capacidad de negociación de los grandes grupos y un debilitamiento manifiesto de las herramientas de control del estado”, concluye.
FUENTE : eldiarioar.com