La educación para la ciudadanía no puede dejar, nunca, de abordar la realidad con un sentido de enseñanza.
Los hechos que están sucediendo en la provincia de Jujuy, tiene muchas aristas para ser estudiadas como contenido académico: la propiedad de la tierra, los recursos naturales, el federalismo como modelo político, la historia de los pueblos originarios, la colonización política y económica desde que fue colonia española, los derechos políticos de la ciudadanía, entre otros. Ante esta variedad temática, que pueden plantearse, desde varios espacios curriculares, como contenido de enseñanza, se problematiza aquí una sola: ¿Qué dice la Constitución Nacional, en relación a los hechos descritos?
En la reforma de 1994 (Capítulo Segundo), se incorporaron nuevos derechos y garantías, los artículos 36, 37 y 38 que especifican los derechos de los ciudadanos a ejercer sus expresiones políticas “de hecho”, es decir a manifestarse pública y pacíficamente.
El Artículo 36 expresa que …”esta constitución mantendrá su imperio aun cuando se interrumpiere su observancia por actos de fuerza”. Y es importante esta frase con la que inicia el artículo 36, porque dice que mantendrá su imperio, es decir, que estará siempre en vigencia aun cuando por algún tipo de interrupción del gobierno democrático, republicano y representativo, se determinara que no está en vigencia, aun así, continua su ejercicio y quienes ejerzan el poder público por fuera del imperio de esta constitución tendrán que someterse a ella cuando se reconstituya el gobierno constitucional. Es decir, que nunca y bajo ningún concepto queda la constitución fuera de su legalidad. Este artículo se incorpora luego de las reiteradas interrupciones de los gobiernos democráticos durante y a lo largo del siglo XX.
En otro párrafo de este Artículo 36 (que es bastante largo) expone: «… todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecuten actos de fuerza enunciados en este artículo. Atentará contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito doloso…»
En este momento donde la expresión popular se ha hecho muy activa en las calles jujeñas, exigiendo el no enriquecimiento de un reducido sector, en desmedro del empobrecimiento de gran parte de la sociedad; donde la reforma constitucional provincial, pone en riesgo la propiedad de los recursos naturales y de la tierra misma, es importante que se enseñe que a la resistencia la avala la Constitución Nacional, que es un derecho político, y además se tiene que aprender a exigir (a todos los poderes que esta constitución legítima) que respalden y protejan a la ciudadanía.
El Artículo 37 dice: «… esta constitución garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos con arreglo al principio de la soberanía popular y de las leyes que se dicten en consecuencia». Este artículo refrenda el espíritu constitucional, es decir, el ejercicio del derecho político.
Durante las interrupciones de los sistemas democráticos que se dieron a lo largo del siglo XX, se fue desarrollando una deslegitimación de la política y por lo tanto se fue instalando en la sociedad una idea apolítica, que sería ir contra nuestra propia esencia, somos sujetos políticos. ¿Cómo se podría ser apolítico? Vivir sin ejercer la política es pedir a la ciudadanía vivir sin comunidad. Es como que alguien dijera que vivan sin familia, sin amor, sin trabajo digno. Somos sujetos políticos desde el momento en que nacemos, sujetos legalmente políticos desde el momento en que nos inscriben en el Registro Civil como ciudadanos de este lugar del mundo, y desde que adquirimos el lenguaje desarrollamos la capacidad de comunicarnos con nuestra voz y con la lectoescritura, a través de la enseñanza escolarizada, se va ampliando ese derecho político que se va ejerciendo en la comunicación con los otros. Por lo tanto, no es posible caer en un discurso apolítico porque se estaría contradiciendo la propia esencia y tampoco se debe confundir el ejercicio de la política con la militancia, que es una forma de ejercer la política, ni con el partido político o con la agremiación que son algunas de otras formas de hacer política. Los ejercicios políticos se hacen en la cotidianeidad de nuestra vida y la Constitución lo refrenda en el artículo 37 plenamente.
Enseñar en la escuela la Constitución Nacional, parece un hecho frío y distante si se lo toma como un contenido aislado de la realidad, pero conocer y repensar artículos constitucionales en contexto es la formación ciudadana que necesitan las nuevas generaciones para liderar un país en el que puedan soñar y en el que diseñaran su proyecto de vida.
Sumarse a los discursos de “orden” para quienes pacíficamente se expresan, como si manifestar descontento y solicitar a los gobernantes, fuera un acto de “desorden”, sin conocer claramente qué estipula nuestra Carta Magna, es un acto de ignorancia de teoría política. Alinearse con ideas de abuso o excesos por parte de la ciudadanía que demanda y no visibilizar los “abusos y excesos” de quienes deben responder a ella, porque así lo estipula el Artículo 22 de la Constitución, cuando dispone desde 1853, que el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes.
El 21 de junio inicia el solsticio de invierno, es el momento preciso del mes de junio en que se produce la noche más larga del año, cuando el sol avanza desde hemisferio sur hacia el hemisferio norte. Este acontecimiento, para la mayor parte de las culturas originarias, habitantes del hemisferio sur, señala el término de un ciclo y el inicio de uno nuevo.[1]Las energías de la tierra marcan el fin de un ciclo, y la energía del pueblo jujeño exige ser escuchado por las autoridades, se expresa, se manifiesta. Tal vez sea señal de inicio de un nuevo ciclo.
Muchas son las variables de análisis para el caso en particular, pero desde el contexto de aprendizaje es un claro ejemplo donde se puede otorgar sentido a la Constitución Nacional, y a lo que en la currícula educativa se llama Formación Ética y Ciudadana. Si se pretende un futuro para el país, dentro de los marcos democráticos, es la escuela el lugar para poner en debate la realidad, porque la verdad es que política se hace todo el tiempo: en cada acto, hecho y opinión, aunque paralelamente se la desprecie, desvalorice y se la reprima.
Lic. Verónica R. López
Tekoá Cooperativa de Trabajo para la Educación. Ltda.