Un conocido, desbordado por la realidad que lo golpea hasta la angustia me (se) preguntaba: ¿Cómo puede ser que alguien que ve que a su abuela le recortaron la mitad de la jubilación, le quitaron los remedios, que muchos de sus amigos han perdido el laburo, que ya no puede hacer un asado los domingos, que van dos años que no se puede ir de vacaciones, me diga que lo va a votar de nuevo, porque odia a los ‘k’ y no quiere que vuelvan los ‘populistas’?
HISTÓRICAMENTE LOS POLÍTICOS HAN QUERIDO MANIPULAR LOS DATOS DEL INDEC
Desde que existe el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC) ha sido víctima de la presión de los políticos de turno a quienes la información del organismo les desarticula(ba) los discursos engañosos. Llamadas imperativas, rosarios de puteadas, y otras lindezas por el estilo. Pero estas presiones se reducían finalmente a dos estrategias, la primera, cuando el impacto de algún sector en los precios medidos por el organismo era determinante para los resultados fue inventar el “índice desestacionalizado” que en criollo significa que si en algún momento del año el precio de la carne o del tomate (ej.) se desmadraban, entonces se los sacaba de la ponderación promedial y listo, problema solucionado. (así pensaban ellos). La segunda estrategia fue el “rediseño” (SIC) de la canasta de bienes o de ítems que componen alguna estadística en particular. Ejemplo: si la carne impacta demasiado en el resultado de la medición se le reasigna un valor menor de participación porcentual en la canasta para morigerar el impacto en la cifra final.
Pero desde que nos gobiernan la Fuerzas del Cielo las cosas han cambiado porque las mentiras son insostenibles y solo pueden ser apuntaladas con una grosera manipulación de la información disponible. Ejemplo: el ministro Caputo afirmó sin sonrojarse que los jubilados cobran en promedio $ 900.000[i].- cuando es de dominio público que 5.000.000 de pasivos cobran el mínimo, que ronda los $ 300.000 o cifras parecidas. O, subiendo la vara, el mismo presidente de la nación afirma que desde el inicio de su gestión sacó 10.000.000 de argentinos de la pobreza, entre ellos 2.500.000 jóvenes[ii].
Pero para sostener semejantes disparates necesita la complicidad del INDEC, organismo que otrora fue incorruptible en el cumplimiento de su misión y que de acuerdo a la información de estos días esta siendo desarticulado y sometido a presiones que no registran antecedentes.
El INDEC, como el resto de la administración nacional esta sufriendo la fuga de sus funcionarios más calificados que no se prestan a las burdas manipulaciones de datos. Las dos más resonantes han sido las de Georgina Giglio, directora del Índice de Precios de Consumo (IPC), y la de Guillermo Manzano, director de Estadísticas de Condiciones de Vida, las dos áreas principales que no resistieron desvirtuar los indicadores reales para ajustarlos a las mentiras que propalan como ciertas las máximas autoridades nacionales y sus voceros. Incluso en los mentideros de palacio se afirma que el titular del área, Marco Lavagna, hijo del histórico economista peronista Roberto Lavagna, se sostiene en el cargo, avalando los disparates presidenciales, porque le han prometido ser el próximo ministro de economía[iii] en reemplazo de Luis Caputo.
(LPO) La renuncia de Guillermo Manzano, director de Estadísticas de Condiciones de Vida del INDEC, alimentó las sospechas sobre la manipulación de las estadísticas oficiales por parte del organismo que dirige Marco Lavagna.
El medio mencionado informa que la renuncia de Manzano es el primer indicio claro que durante la gestión de Milei el INDEC podría estar manipulando datos para que la inflación de por debajo de la realidad, como denunció la CGT. De hecho, las encuestas revelan que la mayoría de la población cree que los números del INDEC no reflejan la realidad de la inflación.
Otro de los impactos impredecibles de la manipulación de datos sobre nuestra realidad es sobre el sistema financiero y los acuerdos comerciales, porque muchos contratos económicos están pautados en base a la evolución de los índice del INDEC y si estos pierden credibilidad sus implicancias económicas son muy graves.
La destrucción del país y del Estado nacional continúa aceleradamente mientras las Fuerzas del Cielo trabajan 24 horas al día en el intento de lograr mayoría parlamentaria propia, que les es exigida por los beneficiarios de el desastre en curso, para dar carácter legal y constitucional a lo que esta ocurriendo. Y en ese cometido les es fundamental que el presidente y sus voceros sigan mintiendo escandalosamente sobre las variables económicas, como por ejemplo que frenaron la inflación y que el dólar está controlado, afirmaciones mendaces que la realidad se encarga en desmentir diariamente, pero, como decíamos al principio, a pesar de ellas el 40% +/- de los argentinos les cree.
Falta poco para octubre, después sabremos si finalmente nos espera el infierno. O no.
[i] https://www.perfil.com/