La víctima fue alcanzada por el gas junto a su madre mientras ambas se encontraban en el piso, sin ofrecer resistencia. “El agente se encontraba en pie, en una posición de dominio, y aun así eligió apuntar directamente al rostro de las mujeres”, agregó el magistrado.
En su defensa, el uniformado presentó un extenso descargo de 60 páginas en el que aseguró haber cumplido con los protocolos y actuado siguiendo las instrucciones de sus superiores. Además, sostuvo que ningún superior le llamó la atención por su proceder y que nunca vio a una niña en la escena. “Si la hubiera visto, la habría retirado del lugar”, dijo.
El juez desestimó esa versión y valoró como veraz el testimonio de la querella. “Las imágenes son contundentes y respaldan plenamente lo relatado por la denunciante. Por el contrario, los argumentos del imputado resultan poco creíbles. Es evidente en los registros fílmicos que apuntó de manera directa e intencional”, concluye el fallo.
MM con información de agencias.