POR : Ubaldo Roberto Domingo (economista integrante del MID) para DIARIOJUNIO
La política de Frondizi, en la antítesis del pensamiento de Milei, fue siempre respetuoso del funcionamiento institucional y de la legislación vigente.
Los contratos petroleros con compañías extranjeras fueron firmados por el Presidente de YPF, por Administración, en el marco de las facultades propias de dicho organismo, no obstante luego convalidados por el Congreso.
La celeridad en las firmas como en la ejecución de las tareas de exploración y explotación de petróleo perseguía como propósito el logro de nuestra soberanía energética y el de impedir la reacción de los poderosos intereses vinculados al monopolio de la importación del petróleo.
La Argentina dejó de importar el 66 por ciento de esta materia prima que teniamos debajo de los pies para lograr el autoabastecimiento luego de 3 años. Y lo hicimos sobre la base de una ley que nacionalizaba el petróleo, disponía el monopolio de la comercialización por parte de YPF, y asumiendo las empresas extrajeras el riesgo minero – si no explotaba petróleo, no se le pagaba.
El shock devaluatorio y desregulador de Milei solo servirá para reducir aún más el salario y la estabilidad laboral de los argentinos. No se estimula inversiones en un mercado donde no se consume. Es evidente que el modelo Milei resulta ajeno al mercado interno y concibe a la inversión solo desde el enclave territorial asociado al circuito comercial trasnacional.
Que Milei haya invocado el nombre de Frondizi – a quien trató de comunista – para asociarlo a sus medidas de ajuste, resulta agraviante a su memoria y a la realidad histórica.