El episodio comenzó cerca de las 9.30, cuando los estudiantes regresaban a clases tras el primer recreo. Según testigos, la adolescente pasó por el baño y salió con una pistola 9 milímetros, que habría pertenecido a su padre —policía en la provincia de San Luis—. Apuntó brevemente a algunos compañeros y luego efectuó los disparos.
De inmediato, las autoridades escolares evacuaron la institución y trasladaron a los alumnos al hospital público de La Paz, donde fueron contenidos por profesionales. El director del centro de salud, Gustavo Pinto, informó que la mayoría de los chicos fueron atendidos por crisis de nervios y que al mediodía ya habían sido retirados por sus padres.
La negociación con la estudiante comenzó alrededor de las 11.30 y estuvo a cargo del Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS), junto a la fiscal de menores de La Paz, Griselda Digier. El operativo incluyó la participación de efectivos especiales, funcionarios judiciales y representantes del Ministerio de Seguridad y del área educativa provincial. Finalmente, pasadas las 15 horas, la adolescente se entregó.
Por estas horas, la investigación se centra en el origen del arma y en el acompañamiento psicológico a la menor y a toda la comunidad educativa de la escuela Marcelino Blanco.