En su dictamen, el fiscal Picardi ubicó a Alan Pocoví, hijo de la ex pareja de Zulemita Menem, en el corazón del mecanismo financiero paralelo usado para mover las coimas del ANDIS. De las conversaciones extraídas de los teléfonos aparece coordinando entregas de efectivo, administrando billeteras virtuales y ejecutando transferencias a pedido de Miguel Ángel Calvete, quien para comunicarse utilizaba el seudónimo de “Carmela Vivaldi”.
El punto físico de la operatoria es una oficina ubicada en el piso 10 de la Torre Catalinas Plaza, en Eduardo Madero 900. Ese espacio es descrito en las comunicaciones como el lugar donde:
a) Se recibía y entregaba el dinero en efectivo.
b) Se autorizaba a emisarios a estacionar solo 10 minutos en el playón.
c) Se gestionaban movimientos electrónicos de dinero.
Por eso, quien subía con efectivo debía pedir por “Alan, de la empresa Gaap”, una compañía cuyo rastro no aparece en ningún registro oficial.
En ese mismo piso funcionan Calwaro Capital, la financiera del ex embajador Gerardo Werthein, y la firma Mercado Cheque, que en el cartel utiliza el nombre de “Mercadocheck”. O sea, un entorno corporativo “premium”.
En varias conversaciones surge un tal “Bautista”, que opera dentro de la oficina y hasta usa el teléfono del propio Pocoví para coordinar transferencias. El detalle llamativo es que Bautista no figura en las nóminas instaladas en ese piso, lo que lo ubica como parte de un circuito paralelo que funcionaba por fuera de las estructuras formales.

Alan Pocoví, hijo de Zulemita Menem
El mecanismo financiero identificado por el fiscal incluye el uso de billeteras virtuales y empresas de servicios de pagos. Por ejemplo: Sur Finanzas – PSP S.A. / Neblockchain. De acuerdo al fiscal, Pocoví habría derivado fondos a través de esta aplicación, presentada como plataforma cripto, aunque el sistema online no ofrece la posibilidad de adquirir criptomonedas. La compañía pertenece a Maximiliano Ariel Vallejo. Su producto es atractivo para operaciones que requieren despersonalizar el origen del dinero. Los comprobantes no identifican al emisor, solo la cuenta de origen.
Otra de las transferencias enviadas por Pocoví se realizó a través de Waya. La operación se ejecutó desde la cuenta de una mujer de bajos recursos, con estudios incompletos (?) y con domicilio extremadamente precario. La orden de pago llegó a Pocoví a través de Calvete, que le envió por chat los datos del destinatario. El comprobante de la transferencia fue enviado desde un contacto que Alan Pocoví agregó en su Telegram como “Leo Ferrucci”. Waya es propiedad de Leonardo Ferrucci. (Todo cierra).
Todo este ping-pong de transferencias que van y vienen se realiza a través de titulares cuya situación socioeconómica es incompatible con los montos atribuidos.
El esquema de lavado investigado en la causa ANDIS nos remite a otras similares sobre las empresas de la familia Pocoví y las millonarias adjudicaciones recibidas y los movimientos societarios. Por ejemplo:
03 de marzo de 2025: La inversora Eslava S.A., de los Pocoví, había recibido una adjudicación del PAMI por más de $2.500 millones por el alquiler de un piso para un call center.
22 de marzo de 2025: La familia Pocoví desplaza a Kevin de la inversora Eslava S.A. y coloca a Alan al frente de la firma.
28 de marzo de 2025: Vialidad Nacional le adjudica $1.292 millones a He Veras SRL, empresa de Alan Pocoví, donde comparte sociedad con un ciudadano paraguayo que cobra planes sociales y vive en condiciones de extraordinaria precariedad.
El patrón de operaciones es preocupante: empresas que reciben contratos multimillonarios, a los que se suman circuitos financieros informales para mover fondos.
El ecosistema de los Pocoví es inmenso: a las conocidas Eslava S.A. y He Veras se le suman: Claremont Trading, Argentine Livestock Trading S.A., Alistor S.A., Desarrollos Los Laureles S.A., Teching SAS, Kundai S.A. y otra decena de empresas.
La reconstrucción del fiscal muestra una estructura simple pero eficaz:
a) El dinero llega al circuito de recaudación ilegal.
b) Se centraliza en la oficina del piso 10 de Catalinas.
c) Desde allí se reparte en efectivo o se deriva a billeteras virtuales con bajo nivel de control.
En todos los tramos aparece el mismo nombre operativo: Alan Pocoví.
Este es uno de los circuitos donde se deriva el dinero del saqueo criminal de ANDIS.
Fuente: El Disenso
Los sobreprecios escandalosos son el núcleo central de la causa Andis: El robo a expensas de enfermos y discapacitados
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