La reacción del ambiente fue inmediata: la ACTC lo declaró persona no grata, varios pilotos y empresas denunciaron haber sido estafados, y Ponte desapareció del mapa. Cerró sus redes sociales, evitó dar explicaciones públicas e incluso se rumoreó que había salido del país. Durante meses, el silencio fue total.
La reaparición
Esta semana, Ponte volvió a mostrarse en público a través de un video en el que confesó padecer ludopatía, una adicción que, según admite, lo llevó a destruir vínculos familiares y a perder el control de su vida.
“Mi nombre es Martín Ponte, tengo 40 años, estoy hace más de seis meses en tratamiento en El Arte de Volver, por ludopatía. Llegué acá con los vínculos con mi familia y con mis afectos prácticamente rotos. Los voy recuperando de a poco, sobre todo con mi hijo y mis padres, hoy tengo una buena relación con ellos”, expresó en su testimonio.
El expiloto describió el espacio terapéutico como un sostén en medio de la caída. “Encontré muchísima contención de todo el equipo terapéutico y de mis compañeros y los operadores. Se hace tedioso pensar en venir todos los días, puede ser complicado, duro, pero termina siendo un lugar de suma contención para nuestro día a día y de apoyo constante. Nos da herramientas para el futuro, para poder manejarnos fuera, en la calle, y reinsertarnos en la sociedad”, agregó.
Ponte reconoció que su adicción al juego es tan destructiva como otras dependencias: “Es una adicción como cualquier otra, como el alcohol o la droga. Tenemos distorsionada la realidad, creemos que podemos controlar lo que es incontrolable. De eso se trata el tratamiento: de volver a la realidad, volver a poner los pies sobre la tierra y reinsertarnos”.