El equipo del Departamento de Economía Social dependiente de la Dirección de Cooperativismo y Asociativismo, llevó adelante una nueva jornada en el barrio Golf, donde se asistió a más de 70 familias en dos puntos del barrio, con la entrega de plantines de estación y capacitaciones prácticas sobre técnicas de cultivo y cuidado de las huertas. Con esta nueva intervención, el programa ya alcanzó a más de 1.700 familias concordienses, consolidándose como una herramienta clave para el desarrollo comunitario.
As u vez, Azcué acompañó la actividad y expresó que el objetivo es llegar a las 2.000 familias beneficiadas antes del cierre del año: “Estamos muy satisfechos en como se viene desarrollando el programa. A cada familia no sólo se les dan los plantines o insumos sino que además se los capacita para que tengan producción propia en sus hogares, ya sea para consumo o comercializar”.
“Desde la gestión estimulamos la participación ciudadana por eso les pedimos a los vecinos que se involucren en este tipo de programas como en otras acciones que lleva adelante la Municipalidad. En estos espacios de encuentro siempre surgen cuestiones a trabajar conjuntamente y eso es muy favorable para el crecimiento de Concordia” afirmó Azcué.
Por su parte, el subsecretario de Desarrollo y Emprendedurismo, Gabriel Enguelberg, destacó: “Este programa es un ejemplo de política pública con impacto real, no solo promueve la soberanía alimentaria, sino que también genera vínculos comunitarios, fomenta el trabajo conjunto y potencia el emprendedurismo familiar. Estamos muy cerca de alcanzar las 2.000 familias y eso demuestra la respuesta positiva de los vecinos”.
El 25 de julio de 2024, el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad el proyecto del bloque del PJ, Ese día, Amiano manifestaba que se iba a realizar una prueba piloto en el barrio Agua Patito, donde el INVyTAM iba a aportar la tierra y la Secretaría de Producción las herramientas para comenzar con la propuesta. Además, explicaba que lo que se buscaba era que los vecinos puedan generar alternativas de producción alimentaria a nivel comunitario. Por ello, el programa iba a proveer los terrenos compartidos y administrados de manera colectiva o a través de una comisión. “Los integrantes compartirán responsabilidades como regar, desmalezar, cosechar y también los alimentos producidos”, manifestaba.
Esta tarde, la concejal remarcó que esa era la idea inicial ya que no todos los vecinos tienen espacio para una huerta familiar. Pero, hasta el momento, no hay información acerca de que se haya avanzado en esa línea. Además, dijo que la intención era, además de lograr el autoconsumo, vender el excedente en caso de lograr una producción importante. Obviamente que la comercialización no puede generarse en un terreno de reducidas dimensiones de tipo familiar.
De cualquier forma, la concejal destacó que es una herramienta útil para que los vecinos aprenda a trabajar la tierra con conocimiento y ayuda del Estado. No sólo con la entrega de plantines y semillas sino con la capacitación de ingenieros que les explican cómo proteger las plantas cuidarlas de los insectos como las moscas, como preparar la tierra en un cantero y como aislar la planta de la tierra.
Por último, Amiano desdeñó la omisión del Ejecutivo a la hora de mencionar que el proyecto surgió de la oposición. En esa línea, sostuvo que fue una iniciativa que le llevaron a Azcué cuando tenían canales de diálogo abiertos con el Ejecutivo que luego los cerró de manera unilateral. “Que lo lleven a la práctica es lo importante y que la gente lo aproveche”, remarcó.
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