“Corremos a los turistas con los precios”
Juan José Romero es el responsable de “Romero Artesanías”. En su stand se ofrecen productos artesanales de madera. “Hay juegos de madera para chicos y grandes”, dijo. Incluyen rompecabezas, juegos para personas privadas de la visión con sistema Braille, juegos didácticos, jenga, portarrollos de papel y porta-velas artesanales, etc. “Lo más caro son los juegos de jenga con una terminación espectacular que trabajan con un dado para no hacer trampa que vienen pintaditos”, dijo. Cuestan $ 30.000. “De ahí para abajo”, mencionó.
Ayer se instalaron en el gazebo. “Ayer ha venido gente, esta mañana temprano han venido a visitar y han comprado”, remarcó. Sostuvo que pasaron visitantes de las provincias de Córdoba, Chaco, Misiones y muchos de Buenos Aires. No obstante, sostuvo que el mayor movimiento se espera para esta tarde y para mañana domingo. “Hay muchos turistas y esperamos verlos pronto este fin de semana”, dijo.
Romero admitió que en los feriantes de la plaza, al igual que muchos comerciantes locales, siempre están esperando a los turistas. “Después de la pandemia nosotros que somos de aquí notamos que los precios se elevaron un poco a comparación de otros lugares. Me refiero a la parte hotelera y para alquilar ellos mismos”, dijo en referencia a los departamentos temporarios o bungalows.
El feriante dijo que esperaba que el sector de la hotelería se pongan de acuerdo entre si y comiencen a bajar las tarifas para establecerse en igualdad de condiciones que otras ciudades vecinas. “Tenemos contacto con artesanos de Colón y está a tope. Lo hemos visto en la ruta 14 la cantidad de vehículos que ingresaban a Colón”.
“Los turistas prefieren ir a descansar, a dormir, a alquilar una cabaña fuera de Concordia que eso lo vemos nosotros porque ellos lo cuentan”, indicó. Romero hizo notar que muchos se alojan fuera de Concordia pero vienen hasta la ciudad a pesar del gasto extra en combustible. Aún así, les es más rentable que alquilar en la ciudad. “Les conviene igual”.
“Nosotros vivimos del turista pero si el turista no entra a una ciudad turística, estamos ‘hasta las manos’ como se dice”, dijo el emprendedor. “Corremos a los turistas con los precios”, remarcó. Asimismo, admitió que la ciudad tiene mucha competencia en una provincia donde hay muchas localidades con atractivos naturales. No obstante, subrayó que no hay en ninguna ciudad otra costanera como la de Concordia.
“No tengo sueldo”
María Adela tiene un emprendimiento de marroquinería. Vende cuchillos, mates, yerberos y porta-termos. Todos de cuero o forrados con ese material. Los precios oscilan entre $ 10.0000 (un mate), $ 15.000 (un cuchillo) y $ 25.000 (un portatermos). “Tratamos de ir innovando, dándole algo nuevo para darle vista al puesto. No se hace mucho, como es artesanal se hace poco”.
“Ayer vinimos a la tarde y estuvo muy tranqui. Pensamos que, como vinimos muy temprano a la tarde, no andaba nadie. A la noche decían nuestros compañeros que iba a estar lindo. ‘Va a haber mucha gente y vamos a estar bien’. Pero no fue así”, admitió María Adela. La feriante dijo que algo vendieron ayer pero sus compañeros se fueron con las manos semivacías. “Una compañera me contaba que vendió dos plantitas. Es difícil así”, remarcó.
Más adelante, dijo que ayer no había turistas. Pero tenían esperanza en que hoy se revirtiese ese panorama. “Hoy vinimos a la mañana temprano”. “El sábado es para nosotros, el día clave”, indicó.
La emprendedora dijo que el turista: “nos ayuda muchísimo”. “El turista anda. Mucha gente opina y está equivocada. Dice que no hay turismo y no es así. Todos los fines de semana hay turismo. Viene gente de mucho lugares”, expresó.
La mujer admitió que no tiene otro ingreso y vive de lo que vende. “No tengo sueldo”, dijo. “Desde niña aprendí todo lo que es de cuero porque mi padre era de campo. Estoy muy contenta con la herencia que me dejó mi padre. Puse a mi gente a que se adapte a esto. Fue difícil al principio porque no querían pero hoy en día no pueden parar”. Por ello, le agradeció a la intendencia porque les ha mejorado el acceso a la plaza permitiéndoles estacionar ya que a veces tienen dificultades para bajar toda la mercadería.
“Estamos todos esperando Navidad”
Sandra tiene un stand de bijouterie de vitrofusión y su esposo vende productos dulces de “Chocolatería Azteca”. Debido a la lluvia, decidieron ir a la plaza ayer a la tarde, cerca de las 16. “Vimos que algo de turismo estaba llegando. Así que tenemos buenas expectativas para este fin de semana”.
La mujer remarcó que es difícil ser emprendedor en esta época por la situación del país. “La gente se cuida mucho de gastar. Mide mucho su gasto. Si no hay turismo, las ventas caen mucho y se dificulta bastante”, expreso. La salvación son los fines de semana largos. “Al haber publico de afuera, siempre compra. Compra mucho más que el que anda acá en la ciudad que ya nos conoce, a pesar de que tenemos nuestros clientes”. “El turista viene, se lleva algún regalito, se compra algo más”, añadió. Llevan cajas de alfajores para regalar. Una docena de alfajores vale $ 18.000 y la media $ 9.000.
La mujer dijo que a la ciudad le hace falta mucha inversión en turismo. “La gente que viene, viene a las termas. Se queda allá. Y es muy difícil que la veamos salvo que un sábado a la noche venga a cenar. Pero no viene para acá”. Además, Sandra dijo que a Concordia le faltan campings. “No es como Colón que agrupan el doble de turismo en verano que la gente que vive ahí. Acá no tenemos campings”.
Sandra dijo que esperaba que esta noche se llene de turistas la plaza. «Rogamos”, indicó. La mujer tiene una actividad extra pero su marido solo tiene el emprendimiento como fuente de ingreso familiar. “Hoy en día nos está costando mucho. Mantenerte solo con el emprendimiento está costando porque, al no tener ventas…”.
La falta de efectivo en el bolsillo pega bajo la línea de flotación. “Ese es el tema nuestro y también de los locales, de los negocios. Están en la misma; están desesperados. Estamos todos esperando Navidad y las Fiestas pero vamos a ver qué sucede, a ver qué va a pasar. El problema es que no hay plata en la calle, no hay un mango”, dijo.
Del trabajo a la feria
Alexis tiene un stand de impresiones 3D. Ofrece desde llaveros a $ 2.000, muñequitos de personajes de comics y videojuegos a $ 2.500 hasta chopps de cerveza de $ 17.000. El joven tiene claro que los productos que ofrece están al alcance de todos ya que no hay quien acuda o pase por una feria sin un monto de efectivo mínimo en el bolsillo. “Depende la altura del mes pero pienso que es lo que la gente puede llegar a tener en ese momento para gastar”. Y cuenta con la ayuda invalorable de los chicos que les suplican a los padres. “Es complicado decirles que no”.
Ayer viernes fue una excepción ya que vendió muy bien y no suele sucederle eso habitualmente. “Ayer hubo un concierto acá en la Catedral que atrajo más gente”, indicó. Su target es el grupo familiar y muchas veces no sale el último día de la semana ya que los adultos trabajan. Pero, para hoy y mañana, espera mayores ventas aún. De hecho, Alexis -que trabaja como secretario todas las mañanas- está pensando priorizar su emprendimiento por encima de la otra actividad ya que nota que le está abarcando cada vez más tiempo y más ganancia.
Para Alexis, las mayores dificultades son las climáticas. Una lluvia puede arruinarles una tarde esperada. “No podemos armar el puesto. Si llueve corren riesgos nuestros productos y la gente tampoco viene”.
“Estamos resistiendo”
Ana es feriante desde hace muchos años. “Hago bijouterie y reciclados. Trato de hacer cosas económicas para un rango de edad media. No de chicas muy jovencitas sino señoras”, indicó. Los artículos que ofrece varían entre los $ 2.000 y $ 18.000. El fin de semana largo se presenta “muy tranquilo”. Ayer estuvo a la tarde y hoy volvió a la plaza. “Siempre está la esperanza de que venga gente de afuera”.
La situación ha decaído muchísimo. “Siempre estamos comparando con años anteriores. Y ha decaído mucho. Se nota en las ventas y en lo que busca la gente, lo que puede pagar. Ha bajado el gusto por las cosas más nuevas porque no hay plata. Entonces vienen y llevan el regalito más económico”, indicó.
Por ende, los fines de semana largo son como esperados como una lluvia en medio de una sequía prolongada. “Cuando vienen, se llevan las mejores cosas. Son los turistas de afuera que tienen un mejor capacidad adquisitiva”, dijo. En cambio, admitió que notó que los concordienses ya no preguntan tanto y compran poco sino que, directamente, estaban dejando de preguntar. “Es lo que me llamó la atención en la última feria y ayer. Miran, se comentan entre ellos ‘no tengo plata’, ‘no me alcanza’. La mamá y los hijos”, remarcó.
La mujer admitió que están atravesando un impasse desde el año 2023 esperando a ver “¿qué pasa?”. “Esto esta largo. Ya llevamos mucho tiempo. Esto es una resistencia, estamos resistiendo”.
Por último, la mujer, de 71 años, seguirá yendo los fines de semana largos. No solo porque es una manera de permanecer activa y no estar encerrada sino porque además solo cuenta con una jubilación mínima que “es una risa”. “Acá hay muchas mujeres grandes que tenemos que seguir trabajando”, indicó.
Al igual que Ana, el resto de los feriantes, a pesar de la crisis económica, seguirán resistiendo. Estar en la plaza tampoco es gratis. Aunque el municipio no percibe un canon, deben correr con los gastos de la movilidad diaria, además de contratar a un sereno para que cuide de noche. Cada uno en su stand, con su producto artesanal y su historia personal, enfrenta los desafíos del día a día con una mezcla de esperanza y realismo. A pesar del futuro incierto, los emprendedores, al igual que el resto de la sociedad, están decididos a no bajar los brazos ante la adversidad.








