Más allá de la guerra, el yerno de Trump y sus amigos saudíes hacen negocios espurios

Los tres vienen de cerrar un acuerdo entre Hamas e Israel para un alto el fuego que Trump considera una paz histórica después de 3.000 años, pero que se ha violado medio millar de veces desde que se firmó y lleva casi 300 palestinos muertos esta semana. Un acuerdo en una zona en la que, sobre todo Kushner, el marido de Ivana Trump (Mossad) y Witkoff tienen poderosos intereses privados.

Por ejemplo, la firma de inversión del yerno de Trump, Affinity Partners, está financiada en gran medida por los mismos petroestados árabes cruciales para el acuerdo y la posible reconstrucción de Gaza: Arabia Saudita, Catar y los Emiratos Árabes Unidos. Los mismos tres estados que brindaron un apoyo fundamental a Kushner después de que dejara la Casa Blanca en enero de 2021, invirtiendo miles de millones de dólares para lanzar y expandir su firma de capital privado.

Seis meses después del final de la primera administración de Trump, la empresa recién creada por Kushner recibió una inversión de US$ 2.000 millones del fondo soberano de Arabia Saudita, en una apuesta del príncipe heredero Mohammed bin Salman por mantener la buena voluntad de una futura administración Trump. En diciembre de 2024, en plena guerra, Kushner reveló que había recaudado otros US$ 1.500 millones para Affinity Partners de fondos de inversión de Catar y Emiratos Árabes Unidos. Estos fondos adicionales elevaron los activos de la empresa a US$ 4.800 millones. El aumento de los honorarios percibidos por Affinity también impulsó la riqueza personal de Kushner y lo ha convertido en millonario.

Además de ser los principales financiadores de la empresa de Kushner, Arabia Saudita, Catar y los Emiratos Árabes también tienen acuerdos con el negocio familiar de Trump: o sea, proyectos inmobiliarios, hoteles y complejos de golf marca Donald Trump para satisfacer su narcisismo patológico. De su yerno, Donald dijo: “Jared está regalando su energía y su tiempo a nuestro gobierno y al Presidente de EE.UU., para garantizar la Paz Mundial porque es una persona muy inteligente y noble”. (Lo que no dice es que esos planes serán sobre los huesos y la sangre de los palestinos masacrados por Netanyahu).

En cuanto a Witkoff, podemos decir que conoció a Trump en la década del 80 cuando trabajaba para un bufete de abogados especializado en bienes raíces que gestionó un negocio para Trump, y según testimonió el mismo Witkoff prestó declaración en un juicio civil por fraude contra el ex presidente en 2023. Y se hicieron amigos. Tanto que Witkoff ha donado millones a la causa de Donald y se asoció con Trump en la empresa de criptomoneda de la familia del presidente, World Liberty Financial, de la que es cofundador el hijo de Witkoff, Zach Witkoff. (Igual que Milei en la misma época). Su padre es un abogado empresario inmobiliario y tiene casa en Florida, donde ha jugado al golf con Donald.

De hecho, Witkoff estaba en el campo de golf con Trump, en West Palm Beach, Florida, en septiembre de 2024, durante el intento de asesinato por segunda vez contra Donald Trump. Witkoff es el elegido por Trump para tratar con Moscú (11 viajes), en lugar del secretario de Estado Marco Rubio y de Keith Kellogg, para poner fin a la guerra de Ucrania-Rusia.

La última polémica sobre la connivencia con Rusia son las conversaciones reveladas por Bloomberg en las que se ve a Witkoff asesorando a Rusia sobre la manera de poder abordar el plan de paz propuesto por EE.UU. a Ucrania.

El secretario del Ejército, Daniel Driscoli, cuando Trump asumió la presidencia fue confirmado en el puesto y extendió su influencia al convertirse en figura clave en el despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump para reprimir las revueltas ciudadanas. A Trump le cae bien Driscoli por su imaginación en el desarrollo de nuevas tecnologías de drones para el ejército. Inclusive, Trump le llegó a pedir a Driscoli qué podría hacer para revertir el curso de la guerra.

Mientras Driscoli participaba en delicadas negociaciones diplomáticas en el extranjero, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, estaba en EE.UU. investigando quién había suspendido los envíos de armas a Ucrania sin informar ni a la Casa Blanca ni al Pentágono. Es obvio que era Driscoli con la venia de Trump.

Driscoli es un caso de imaginación futurista ya que le envió a Trump un mensaje diciendo que en la próxima guerra hay que ir “con cada soldado de infantería llevando un dron a la batalla, con los soldados dependiendo de la inteligencia artificial porque el cerebro humano no podrá seguir el ritmo de la acción”.

Eso iba por si Trump se animaba a invadir Venezuela. Creo que el Pentágono y el Estado Profundo tienen otra idea.

Donald Trump es un personaje de Hamlet: la duda permanente de “ser o no ser”.

Fuente: The Guardian