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Corrientes: Gustavo Valdés, condicionado por su propio éxito
Luego de arrasar en las elecciones locales, los hermanos Valdés hacen equilibrio para poder gestionar el nuevo período administrativo provincial que obtuvieron, despreciando a los libertarios electoralmente, pero sabiendo que para poder hacerlo tienen que convencer a los hermanos Milei de que son más violetas que el gordo Dan.

Por lo pronto, Gustavo, el gobernador saliente, tuvo que resignar su más cara ambición: presidir la UCR nacional, algo para lo que aparecía como el número puesto, porque la única forma de mantener viva la divisa hubiera sido darle a los boinablancas, de algún modo, un perfil opositor, para no terminar de ser deglutidos políticamente como le pasó a Macri con el PRO. Esto le hubiera valido un feroz castigo económico por parte de los hermanos cogobernantes, tal como ocurre en todas las provincias cuyas autoridades no se han humillado genuflexamente ante los nuevos monarcas nacionales.
LA BRILLANTE JUGADA DE GUSTAVO VALDÉS
Gustavo Valdés conoce mejor que nadie que en la feudal provincia de Corrientes, “a rey muerto, rey puesto”, lo que lo llevó a implementar la jugada de poner a su hermano Juan Pablo como su sucesor, para garantizar la continuidad de sus “negocios” en el poder. Apuesta de gran riesgo porque, en primer lugar, tuvo que despreciar públicamente a los libertarios, dejándolos fuera de la negociación, y en segundo lugar ponerle la pata encima a todos los generalifes de su partido, que se preparaban para sucederlo, comenzando por el saliente intendente de la capital, Eduardo Tassano.
Pero como decía Jacobito, “billetera mata galán”, y la usó para disciplinar a todos los intendentes radicales de la provincia a su plan: si querían gestionar, necesitaban recursos, y para obtenerlos había que ofrecerle al gobernador “pruebas de amor” que no dejaran ninguna duda pública de su alineamiento.
LOS LIBERTARIOS CORRENTINOS SON IMPRESENTABLES
Localmente, una cosa es Milei, alguien que por alguna o muchas razones conquistó a más de la mitad de los argentinos con su agresivo histrionismo. Otra cosa son los referentes locales correntinos: hablamos de Lisandro Almirón, un exconcejal kirchnerista que vio y aprovechó la oportunidad que el peronismo le negaba, de proyectar sus desmedidas ambiciones en la divisa violeta. Pero nunca logró insertarse a nivel popular, ni tampoco midió ni movió el decibelímetro local, algo que Valdés entendió antes y mejor que nadie.
Tampoco se allanó a las exigencias de Karina Milei de conformar listas conjuntas, reservándose todas las posiciones protagónicas para su partido —algo que hubiera sido perder el control político y de las cajas locales—. Y acertó, aunque ahora tiene que barajar y dar de nuevo para seguir obteniendo fondos nacionales que le permitan gestionar exitosamente a Juan Pablo (y de paso “engordar las cajas”). Pero eso ya es una nueva historia.
VALDÉS SE SIENTE TAN SEGURO QUE HASTA HIZO REAPARECER A SU LADERO, DIEGO PELLEGRINI, EL QUE INVENTÓ UNA PISTA FALSA EN EL “CASO LOAN”
La desaparición de Loan Peña sigue siendo una herida abierta, no solo en la conciencia nacional, sino también en Corrientes, donde los reclamos por el esclarecimiento de la desaparición del niño siguen siendo un grito con sordina por parte de la mayoría de los locales.
Inmediatamente ocurrido el suceso, Valdés envió a su mano derecha en el Senado provincial, Diego Pellegrini, para tratar de convencer a los padres del menor de que inventaran una fábula inverosímil para calmar a la prensa nacional, prometiéndoles un auto y una casa si convalidaban la falsa historia. La gravedad de la situación fue inmediatamente advertida por la Justicia, la que lo convocó a declarar, pero para hacerlo necesitaba que el Senado provincial eximiera de sus fueros al autor de la mentira. Valdés dio la orden de que no se le quitaran los fueros, para que no hablara y de ese modo comprometiera al gobierno provincial con el horroroso crimen.
Pero, de algún modo, el electorado local eximió de sospechas a Valdés en el tema, aunque Pellegrini desapareció del escenario político porque pasó a ser una “papa caliente”, ya que todos sospechan que si habla se revelaría la verdad de lo ocurrido con el niño.
Pero bien, Valdés se siente tan seguro de su poder político actual que hizo aparecer a Pellegrini en la proclamación de su hermano, debajo del paraguas de otra de sus espadas en el Senado, Sergio Flintas.
LA PROCLAMACIÓN DE JUAN PABLO VALDÉS: UN EVENTO POLÍTICO DE ALCANCE NACIONAL (¿Y DÓNDE ESTÁ FRIGERIO?)
Finalmente llegó el día, y ayer 10/12 se produjo el cambio de manos del bastón de mando en Corrientes.
Tal como se esperaba, fue un evento muy convocante para todo el espectro político, especialmente el radicalismo, que reivindica el aplastante resultado de la elección a gobernador de Corrientes como una prueba de que la divisa está más viva que nunca.
Estuvieron todos los que tenían que estar, y algunos más: Leandro Zdero de Chaco, Hugo Passalacqua de Misiones, Maximiliano Pullaro de Santa Fe, aunque extrañamente la única provincia vecina de la que no concurrió su gobernador fue Entre Ríos, cuya comitiva estuvo opacada porque el gobernador, Rogelio Frigerio, no fue y envió a la vicegobernadora, Alicia Aluani. También hubo representantes del gobierno paraguayo, de la Entidad Binacional Yacyretá y el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino.
En los mentideros próximos a la Gobernación de Entre Ríos se comentaba que Frigerio prefirió no ir para no incomodar a los hermanos Milei, que tampoco enviaron una delegación formal al acto. Aunque los que conocen el paño afirman que Frigerio no quiere “engordar chancho ajeno” y se siente incómodo por el rol político alcanzado por Gustavo Valdés como figura nacional de referencia, lo que haría sombra sobre su propia proyección política personal y sus apetitos políticos futuros.

