La Plaza de Mayo volvió a ser escenario de una masiva demostración de respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, esta vez bajo una nueva y grave circunstancia: desde ayer, la dos veces presidenta cumple prisión domiciliaria en su casa de Buenos Aires, tras haber sido condenada a seis años por corrupción en una causa que el peronismo califica como «lawfare» y persecución política. La convocatoria para este miércoles fue impulsada por el PJ, sindicatos y agrupaciones de izquierda, y comenzó a poblarse desde las primeras horas del día.
La movilización tenía como objetivo acompañar a la exmandataria a los tribunales federales donde debía ser notificada formalmente de su condena. Sin embargo, en una decisión inesperada, los jueces adelantaron el trámite para el martes y lo realizaron de forma remota, lo que buscó desactivar la dimensión política del acto. Aun así, miles de personas colmaron la histórica plaza al grito de “Vamos a volver”.
Desde los parlantes montados frente a la Casa Rosada, se escuchó la voz grabada de Kirchner, que agradeció el apoyo popular y expresó con firmeza: “Pueden encerrarme a mí, pero no a todo el pueblo argentino”. En su mensaje, también trazó un fuerte contraste entre el modelo nacional y popular que encabezó durante sus mandatos y el actual gobierno de Javier Milei, al que calificó como “ultraderechista” y “económicamente insostenible”.
“Lo que más me gustó fue escucharlos cantar otra vez ‘vamos a volver’. No lo escuchaba hace mucho. Me gusta porque revela una voluntad. Que los laburantes lleguen a fin de mes. Que los jubilados tengan remedios. Dios mío. Ese país no fue ninguna utopía. Lo vivimos durante 12 años y medio”, dijo la expresidenta en un tramo cargado de nostalgia y desafío. También remarcó que su gobierno dejó al país «desendeudado, como a las familias y a las empresas».
La exmandataria sostuvo que la verdadera razón de su condena y su proscripción es el temor de sus adversarios a enfrentarla en las urnas. “¿Saben por qué no me dejan competir? Porque pierden”, aseguró con tono desafiante, lo que provocó una ola de aplausos y lágrimas entre los presentes.
Cristina cerró su intervención con una consigna que se convirtió en el eje del día: “Hoy es el momento de demostrar que vamos a defender la democracia con las mismas herramientas con las que la construimos. Lo vamos a hacer sin violencia, pero con coraje”.
El cántico que durante años fue bandera del kirchnerismo volvió a estallar cuando se apagaron los parlantes: “Vamos a volver”, gritaron miles frente a la Casa Rosada, entre lágrimas, aplausos y puños en alto. Para muchos, fue una postal que recordó otras jornadas históricas, con el peronismo en la calle como expresión viva de resistencia frente al poder judicial y a un gobierno que, aseguran, no representa los intereses del pueblo.