“Nos encontramos frente a una crisis estructural y profunda, que afecta todos los aspectos de la vida social, económica y política, agravada por un modelo de ajuste feroz, la desidia institucional y la corrupción que ha penetrado los estamentos del poder”.
“En Concordia, hoy se muere de hambre, de abandono y de injusticia. La pobreza y la indigencia se han disparado a niveles intolerables, afectando a miles de familias que han quedado totalmente desamparadas. Comedores comunitarios cerrados por decisión política, mientras toneladas de alimentos destinados a los sectores más vulnerables fueron retenidos o mal distribuidos, en medio de escándalos de corrupción que aún no tienen responsables”.
“El poder adquisitivo de los salarios ha sido pulverizado. El estancamiento económico, combinado con la caída del empleo y la precarización laboral, deja a trabajadores por debajo de la línea de pobreza. La desocupación crece cada semana, con despidos masivos, especialmente en el Estado, donde se ha iniciado una persecución ideológica inadmisible en democracia”.
“La crisis se vuelve aún más dramática para las personas con discapacidad. Las pensiones no alcanzan ni para sobrevivir. Se han suspendido prestaciones médicas, terapias y apoyos básicos. Es una política de exclusión sistemática que condena a miles a la marginalidad y la desesperación”.
“Al mismo tiempo, el país atraviesa una verdadera emergencia sanitaria. En las últimas semanas, decenas de personas han perdido la vida por la circulación de fentanilo adulterado, una sustancia de altísima toxicidad, cuya distribución descontrolada ha desnudado la ausencia total de controles sanitarios, políticas de prevención y respuesta estatal. Es inaceptable que en pleno siglo XXI sigamos contando muertes evitables por negligencia criminal”.
“El narcotráfico avanza en silencio pero sin freno. En los barrios más postergados, el narco ha reemplazado al Estado: ofrece ‘trabajo’, ‘protección’ y ‘presencia’ donde el gobierno ha desaparecido. Esta realidad no puede ser naturalizada ni relativizada: el abandono institucional le está entregando nuestro futuro al crimen organizado”.
“Mientras todo esto sucede, se intenta deslegitimar la protesta social, acallar las voces críticas y disciplinar a los trabajadores mediante despidos y persecución. Esta no es una crisis cualquiera: es una crisis provocada por decisiones políticas que priorizan el ajuste, el mercado y la concentración de poder, en detrimento del pueblo”.
“No hay democracia posible sin justicia social. No hay república viable con corrupción, exclusión y muerte”.
“Desde Concordia, desde Entre Ríos, desde cada rincón de la Argentina profunda, alzamos la voz con firmeza, con dolor, pero también con la convicción de que el pueblo no está vencido”.
La Mesa exige:
- La reapertura inmediata de comedores y asistencia alimentaria sin intermediarios corruptos.
- Un plan de emergencia para personas con discapacidad y sectores vulnerables.
- Políticas públicas activas para el control sanitario y la prevención de sustancias letales como el fentanilo.
- Una respuesta integral al narcotráfico, basada en la presencia del Estado y no en la represión vacía.
- El cese de despidos arbitrarios y de la persecución política e ideológica.