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“En todos los países del mundo”: el imaginario detrás de la reforma laboral

Cada vez que el gobierno justifica la reforma laboral repite el mismo latiguillo: “en todos los países del mundo”. Pero ¿a qué mundo se refieren? Un recorrido comparativo por distintas legislaciones laborales expone que detrás de ese slogan conviven modelos opuestos, desde sistemas de fuerte protección social hasta esquemas de precarización extrema, y deja al descubierto el imaginario que se intenta imponer sobre el trabajo en la Argentina.

Veronica Lopez

21 diciembre, 2025

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11:47 am

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La reforma laboral es la próxima meta del gobierno. Cuando se les pregunta a los impulsores de la misma sobre cualquier punto específico, la respuesta comienza con la inevitable frase: “en todos los países del mundo…”.

Así es el slogan que usan los que juegan a la timba financiera, los mismos que buscan una reforma laboral con el fin de explotar aún más a los y las trabajadoras, para que las ganancias que estos generan, con su mano de obra, solo queden en las arcas que ellos juegan a la ruleta del Bitcoin o cualquier otra criptomoneda y se la llevan a paraísos fiscales.

“En todos los países del mundo”. ¿En todos los países del mundo? ¿Qué quieren decir con eso?

Cuando hablan de “países del mundo”, ¿qué imagen se proyecta? Los de la clase media aspiracional suelen imaginarse países como Suecia, Noruega, Irlanda, hasta una España o Italia, y algunos, un poco más cholulos y menos informados, Estados Unidos. La pregunta sería: ¿qué países del mundo imaginan ellos? Ellos imaginan Sri Lanka, India, Mozambique, Somalia, Portugal o, un poco más cerca, Haití, Honduras, Guatemala; como dijo el presidente: “seremos Perú”.

“En todos los países del mundo”, la legislación laboral no es la misma, y sería un buen ejercicio cognitivo analizar a “todos los países del mundo”.

En Suecia no hay salario mínimo, pero sí hay un fuerte aval a los convenios colectivos, que se dan entre gremios y patronales; la jornada laboral es de 40 hs. semanales y las horas extras tienen un máximo de 50 hs. mensuales, hasta 200 anuales. El descanso semanal tiene que ser de un mínimo de 36 hs. continuas y las vacaciones tienen un mínimo inicial de 25 días; lo que se destaca en Suecia es el fuerte sistema de seguridad social.

Noruega, al igual que Suecia, tiene una jornada laboral de 40 hs. por semana, aunque la mayoría de los contratos estipulan 37,5 hs.; vacaciones mínimas de 25 días al año, 100 % de cobertura en caso de enfermedad y hasta 48 semanas por ausencia parental para madres y padres, además de permiso por maternidad y paternidad. La ley dispone que es igualitaria tanto para nativos como extranjeros.

España garantiza un salario mínimo fijado por el gobierno (en 2025 fue de 1.184 euros, equivale a 2.011.184 pesos argentinos aproximadamente), aunque hay una fuerte intervención de los sindicatos en las negociaciones colectivas, que mejora sustancialmente este valor. La baja por maternidad es de 16 semanas para la madre y de 15 semanas para el padre; el mínimo de vacaciones son 30 días, y recientemente se aprobó el derecho a la desconexión digital, es decir, a no ser molestado fuera del horario laboral desde dispositivos digitales.

Este breve recorrido es lo que sucede “en todos los países del mundo” que imagina el trabajador promedio argentino cuando desde el gobierno se anuncia la reforma laboral.

Ahora bien, ¿qué sucede en los países del mundo que ellos quieren? En Sri Lanka, por ejemplo, la jornada laboral es de 45 hs. mínimo semanal; las vacaciones son de 14 días; en seguridad social existe el EPF (Fondo de Previsión, equivalente a la jubilación de Argentina), donde el empleado aporta el 8 % y la patronal el 12 %; y el ETF (Fondo Fiduciario, equivalente a fondo para despido que se pretende implementar aquí), que es el 3 % del salario del empleado, retenido por la patronal y depositado. El caso de maternidad son 84 días para la madre y 3 para el padre, que no es obligatorio otorgarlo en el empleo privado.

En la India, el salario mínimo lo dispone cada estado (provincia para nosotros). Recientemente se han aprobado leyes para ampliar los derechos: Código de Salarios, Código de Relaciones Laborales, Código de Seguridad Social y Código de Seguridad, Salud y Condiciones de Trabajo, consolidando un total de 44 leyes nuevas, como la prohibición del trabajo infantil (menores de 14 años), protección contra despido injustificado y discriminación, derecho a sindicarse y negociar colectivamente. También se ha aprobado un formato flexible con la posibilidad de contrato temporal y el despido para empresas de menos de 300 empleados.

En Somalia, en 2016, la OIM (Organización Internacional de Migraciones) realizó un informe que planteaba la realidad del país: los bajos niveles de educación e inseguridad estimulan el desempleo; el 38 % de los jóvenes desempleados carecen de educación. Esto los pone en alta desventaja en el mercado laboral y provoca la migración de miles en busca de sustento. En ese momento se sostenía la necesidad de educación superior y de más instituciones educativas de ese nivel. Sin embargo, el sistema educativo no satisfacía la demanda de capacitación técnica o especializada. El director regional de la OIM de entonces destacaba la necesidad de un enfoque integral para ofrecer soluciones a los jóvenes de Somalia. La realidad laboral de Somalia, de inicios del siglo XXI, tuvo como consecuencia el desplazamiento de millones de jóvenes hacia Europa, en búsqueda de mejores condiciones de vida.

Hacia 2022, el Banco Mundial elabora líneas de acción para detener la hambruna y la migración de jóvenes de Somalia, país que se caracteriza por tener la población mayoritariamente más joven de África: el 60 % tiene menos de 25 años. El Banco Mundial hace referencia a la “Economía Naranja: Impulsora del Empleo Juvenil”, a la que describe como “un conjunto de actividades económicas en las industrias culturales y creativas autogestivas, cuyo objetivo principal es la producción, reproducción, promoción, distribución o comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido derivado de orígenes culturales, artísticos o patrimoniales”. Sin embargo, los jóvenes se expresan contrariados con la propuesta: “Trabajar como creativo en Somalia es un riesgo porque no se consigue un trabajo estable” (…). “Siempre estás buscando la siguiente oportunidad porque puedes perderlo todo. No hay seguridad laboral”. “Adonde he llegado hoy fue, y sigue siendo, autodidacta. No existen instituciones ni recursos para ayudar a la gente en las artes, especialmente en los aspectos técnicos”, expresa Mukhtar Nuur, joven fotógrafo de Somalia.

Desde 2022, Somalia ha iniciado un proceso de transformación con uno de los principales logros: la construcción y rehabilitación de más de 14.500 km de carreteras, mejorando la conectividad y la accesibilidad tanto para las poblaciones desplazadas como para los residentes locales. Aun así, se estima que solo el 13 % del sistema está medianamente transitable y que el 32 % de la población rural tiene acceso a una carretera cercana. Esto trajo aparejado un crecimiento económico tanto para empresarios y comerciantes como para trabajadores. Un banco de desarrollo estatal alemán, KfW, ha desempeñado un papel crucial en la financiación de esta iniciativa. KfW se centra en el desarrollo sostenible, proporcionando apoyo financiero a proyectos que mejoran la estabilidad económica y la resiliencia en las regiones en desarrollo.

En este breve recorrido por algunas de las realidades laborales de países del mundo, es oportuno detenerse un momento en Portugal, que hoy tiene un régimen para el empleo que implica una jornada laboral con un máximo de 40 hs. semanales, vacaciones mínimas de 22 días, descanso de 1 a 2 hs. para comer y un mínimo de 11 hs. entre jornada y jornada; permiso parental (maternidad/paternidad) de hasta 150 días al año, con 100 % de cobertura salarial; derecho a la desconexión digital y 40 hs. anuales de formación pagas.

El actual gobierno de Portugal, ultraliberal de derecha, pretende flexibilizar la legislación laboral, lo que llevó a una huelga general el 11 de diciembre pasado, donde se movilizaron más de 3 millones de personas; el 95 % del sector público adhirió a la medida, se paralizó el transporte público —trenes, ómnibus, taxis y aviones— y se sumó el sector textil y alimenticio, entre otros.

Según lo publicado en el diario Infobae, la reforma modifica más de 100 artículos. Entre los cambios más polémicos destacan la facilitación de despidos por causa justificada, con reducción de garantías procesales; la ampliación del uso de contratos temporales, especialmente para jóvenes, justificado por la falta de experiencia; la posibilidad de externalizar servicios después de despidos colectivos, lo que abre la puerta a la sustitución encubierta de trabajadores por subcontratos en peores condiciones; el llamado banco de horas individual, que permitiría jornadas de hasta 50 horas semanales y 150 horas adicionales anuales sin pago de horas extra; la prevalencia de acuerdos individuales de empresa sobre convenios sectoriales, que fragmentaría la negociación colectiva y debilitaría la capacidad de negociación salarial. Finalmente, las limitaciones al derecho de lactancia y horarios flexibles para padres de hijos con discapacidad o enfermedad crónica, que pasarían a depender de criterios organizativos de la empresa.

Está claro: el slogan “en todos los países del mundo” no es lo mismo para la patronal financiera que para la clase media trabajadora. ¿Por qué los y las empleadas en relación de dependencia no pueden visualizar el verdadero imaginario detrás de la expresión? Tal vez una explicación posible sea que, cuando se hacen públicas sus declaraciones, se acompañan con imágenes de Suecia y Noruega, no con las de Sri Lanka o Somalia. Así se construye un imaginario social de “todo el mundo” distorsionado y manipulado según los intereses reformistas. Otra explicación que se da desde las ciencias de la comunicación es el llamado “sesgo de confirmación”, que lleva a las personas a aceptar más fácilmente como factible de ser cierto aquello que confirma el pensamiento propio.

Este breve recorrido pretende despertar la duda sobre a qué mundo se refieren con “en todos los países del mundo” e indagar si la problemática del empleo, especialmente joven, en Argentina necesita de una reforma de la legislación o de un fuerte impacto de decisiones económicas que apunten a la creación de empleo y desarrollo.

[1] Fuente: https://www.worldbank.org

[2]Fuente: https://www.ilo.org/es

[3] Fuente https://www.infobae.com/espana/2025/12/11

Verónica López
Lic. en Cs. de la Educ.

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