Hotel Ayuí: los trabajadores se sienten abandonados a su propia suerte

El estado del Hotel

Según Bogado, les han dicho que solo hay cuidadores en las instalaciones del Ayuí, que hay personal que fue a cortar el pasto pero no se están realizando ninguna intervención en el interior del hotel. De hecho, manifestó que no creía que se pueda poner en condiciones en un período de dos o tres meses.

Cuando dejaron de ir a trabajar porque ya no tenían dinero para trasladarse, en  julio de 2024, el Hotel se estaba “viniendo abajo”. “No te daban plata ni para las pinturas, para mantención no había nada”, dijo.

Bogado indicó que las aberturas de madera, junto con la grifería (inodoros y bidets) de las habitaciones, son los sectores más afectados. Las aberturas que están en planta baja, en contacto con la tierra, “no sirven más”.  Y la grifería “es de cuando se inauguró el hotel en el 76”. En cuanto a las piletas, dijo que están en buen estado dado que no tienen fisuras. “Las dejamos con agua para que no se rajen”.

Según sostuvo, el mobiliario se mantenía porque había sommiers nuevos. Las camas de madera, aunque eran antiguas, estaban construidas de buen material. “La cocina estaba toda normal, con sus ollas, con todo. Pero cuando pasaron tres meses y fuimos a ver, estaban sacando todas las cosas. El mismo encargado iba con una camioneta y un acopladito y se llevaba todo. Encima estaba la policía ahí. En el Lago es imposible salir sin que te vean”, dijo en referencia a la Comisaría 9°.

Los últimos meses

El hotel está a 18 km del centro de Concordia. El transporte es un requisito indispensable y estaba garantizado junto con la comida. “Después empezaron a sacarnos todo”, recordó. “Nosotros seguimos yendo cuando se borraron todos en vehículos de compañeros hasta que ya no teníamos ni para la nafta ni para el colectivo para llegar a Villa Zorraquín”, remarcó. En ocasiones, cuando el colectivo llegaba solo hasta Zorraquín, se iban caminando hasta el hotel. “No teníamos ningún ingreso, nada. Estábamos mal económicamente, no teníamos para darle de comer a nuestras familias”, dijo.

Aun así,  a pesar del estado de deterioro, Bogado remarcó que los clientes históricos del establecimiento siguieron pernoctando en el mismo. “En la pandemia nos mandaban fuerza para que sigamos y después volvió al Hotel”, dijo. El Ayuí solo permanecía abierto por la voluntad de los trabajadores. “Ellos iban a buscar la plata y nada más”, destacó. “Así nos fue sacando todo hasta que quedamos con nada”, remarcó.

Uno de las cuestiones que fue imposible de resolver –además de la falta de proveedores para el restaurante por falta de pago- fue el corte del flujo de agua termal por parte de la Codesal. El hotel tiene tres piletas pero sin agua son inservibles “Por la gestión que está ahora, de Eduardo Cristina. No pudimos trabajar más: no teníamos como llenar las piletas”, indicó. Bogado remarcó que ni siquiera hay ninguna perforación de pozo para llenar las piscinas. “El único pozo que había les sacaron todos los caños porque se arruinaron”, remarcó. Tampoco había maquinas para cortar el pasto. “Este señor (Villanueva) nunca invirtió en nada”, expresó.

De inmediato, hablaron con  los abogados. Llegaron a la conclusión de que debían darse por despedidos para cobrar un fondo de desempleo. Hicieron todo los papeles  para acceder al Fondo que estipula una suma de dinero mensual que va de 2 a 12 meses, dependiendo de la cantidad de meses de aportes (por dos meses, de 6 a 11 meses de aportes, por 12 meses, 36  o más meses de aportes).  Pero, de parte de la empresa, nadie firmó los despidos, según Bogado. Por ello, no pudieron acceder al seguro. “No pudimos hacer el trámite”

Por ese motivo, iniciaron en julio o agosto del año pasado una demanda contra la empresa Balace SRL, a cargo de Alberto Jesús Villanueva, por retención ilegal de los aportes a la jubilación y la obra social. Y solidariamente a la Codesal y a la Provincia. “Nos descontaban y nunca nos pagaban”, dijo.  “Tenemos incompleta los meses para nuestra jubilación”, expresó.

Incluso contemplaron iniciar juicio a CTM pero es un organismo nacional y esta fuera del alcance de la Justicia ordinaria. Bogado recordó que, antes de Balace, estuvo la empresa Roberto Pietroboni que quebró. “Había un seguro y CTN le pagó la indemnización a todos los empleados. Yo tengo dos compañeros que quedaron en la empresa Balace cuando entramos en el 2000 que siguieron trabajando con la empresa nueva”, manifestó.

Por otra parte, también están tratando de mantener un canal de diálogo con el gobierno provincial para saber quién se va a hacer cargo de pagarles las indemnizaciones. Bogado aclaró que los ex responsables de la empresa Balace, en referencia al ex titular de la Codesal, Luis Alberto Mazurier, eran funcionarios de la gestión anterior. Hay que recordar que Mazurier fue condenado en diciembre de 2023 a nueve años de reclusión por los delitos de peculado de bienes y servicios y fraude a la administración pública luego de su paso por la Codesal. “Mazurier está procesado y condenado”, remarcó.

Hay dos grupos de empleados que accionaron por separado. Bogado es asistido, junto a 10 compañeros  de trabajo, por el abogado Tomás Araujo.  “Éramos 9 registrados y dos que estaban ‘en negro’. Incluido el chofer que estaba hace siete años con nosotros”.

“Te dejan en la calle, te cortan toda una vida trabajando”.

Promesas incumplidas

En mayo de este año, las autoridades provinciales tomaron posesión del Hotel. “Nos prometieron que nos iban a tener en cuenta con las labores, con los trabajos ahí y pasaron las primeras semanas que se mantuvieron en contacto. Pero después no se contactaron mas”, recordó.

Bogado recordó que el 10 de mayo pasado, cuando se anunció la recuperación del Ayuí, el ministro de Gobierno, Manuel Troncoso, y el secretario General de la Gobernación, Mauricio Colello, les tomaron los datos, los teléfonos, pero después no tuvieron más noticias. “No nos convocaron para nada”, indicó. “Se sacaron fotos con nosotros, foto con el intendente”. “Nos prometieron que nos iban a dar trabajo. Nos dijeron que nos iban a llamar para hacer la limpieza. Pero es mentira.  Nunca nos llamaron”, expresó.

El último contacto fue hace cuatro meses cuando recibieron llamadas desde las oficinas de la Galería Entre Ríos de la CTM. En un principio, creyeron que era una entrevista de trabajo. “Les hicieron preguntas pero era más para saber en qué condiciones estábamos nosotros que para darnos trabajo”, declaró. Según Bogado, querían saber “en que andábamos, si habíamos iniciado acciones legales”. Luego no hubo más contacto ni con la Provincia ni con la Codesal.

Bogado se manifiesta dolido ya que no hubo interés de parte de la provincia para ayudarlos en las gestiones para obtener un fondo de desempleo. “Hay que dialogar con los empleados. ‘Bueno momentáneamente les vamos a firmar un papel para que ustedes puedan cobrar un fondo de desempleo. Para que ustedes y sus hijos puedan comer’. Nada, no les importa, nunca les importó sino hubieran dialogado con nosotros. No nos llamaron ni siquiera para darnos una ayuda social: aunque sea un poco de comida”, dijo.

De a poco, los trabajadores fueron consiguiendo alguna que otra changa para salir adelante. “Hay compañeros que están trabajando. Pero en todos estos meses ¿quién nos ayudó? ¿Saben lo mal que la pasamos? Y ahora que vienen las Fiestas no tenés un mango”, dijo. Bogado saca cuentas y sostuvo que, como mínimo, se necesitan $ 20.000 por día para  alimentar una familia de cuatro personas”. “Mínimo hay que tener $ 800.000 para vivir como vivíamos nosotros, personas que trabajamos”.