Desde el búnker peronista, Sebastián Galmarini, director del Banco Provincia y candidato a diputado nacional, fue el primero en confirmar la victoria. “Podemos confirmar que es un triunfo de Fuerza Patria. La unidad fue central para lograr este resultado”, señaló en conferencia de prensa, agradeciendo a Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner, Sergio Massa y al propio Kicillof.
Los resultados parciales mostraron una ventaja amplia del peronismo en las secciones con mayor peso electoral. Fuerza Patria se impuso con comodidad en la primera y tercera sección —que concentran cerca del 60% del padrón—, y también logró victorias en la segunda, cuarta, séptima y octava. La Libertad Avanza apenas consiguió ganar en la quinta y sexta.
La diferencia final, cercana a los 15 según las proyecciones, ratifica la estrategia de Kicillof de desdoblar la elección provincial, una decisión que había generado debate dentro del kirchnerismo. El gobernador sale fortalecido no solo como líder indiscutido en Buenos Aires, sino también como figura nacional con proyección presidencial hacia 2027.
El contraste en la Casa Rosada es fuerte. El oficialismo libertario había apostado todo a un triunfo en territorio bonaerense, después de haber articulado un frente que unificó a distintos sectores no peronistas bajo el mismo paraguas. La derrota, calificada incluso por sus propios dirigentes como una “paliza electoral”, abre un escenario de cuestionamientos internos y de pases de factura.
Los primeros apuntados son Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, y su primo Eduardo “Lule” Menem, subsecretario de Gestión Institucional, responsables del armado electoral y envueltos además en polémicas recientes. Dirigentes de La Libertad Avanza reprochan la falta de acuerdos territoriales, la elección de candidatos poco conocidos y el peso excesivo que se dio a influencers y comunicadores que apelaron a un estilo confrontativo, poco receptivo para el electorado bonaerense.
El golpe político es doble: mientras Kicillof se proyecta como el nuevo polo opositor con base territorial sólida, el gobierno de Milei queda obligado a reordenar su estrategia. Los supuestos logros en materia macroeconómica —como la baja de la inflación y el déficit cero — no alcanzaron a compensar decisiones que impactaron de manera negativa en sectores sensibles como jubilados, personas con discapacidad y estudiantes universitarios.
En el peronismo, en cambio, la victoria genera una renovada confianza en la unidad de sus principales figuras y en la capacidad de recuperación tras la derrota nacional de 2023. Todo indica que Kicillof aprovechará la noche de triunfo para pronunciar un discurso de proyección nacional, rodeado de sus ministros y dirigentes, consolidando así su lugar en el centro del tablero político argentino.