La educación en la provincia: un horizonte oscuro

La educación es un ámbito de formación del pensamiento crítico, de promoción de la imaginación, la creatividad, de la producción del conocimiento, del crecimiento y realización individual y colectiva de una comunidad. Es la dimensión que hace posible la elaboración de un proyecto personal y social; es la semilla que se siembra con esperanza de un futuro fértil, de la confianza en un horizonte que es una promesa de mañana, de la concreción y desarrollo de las sociedades y sus miembros. Sin proyecto, sin optimismo ni fe en un porvenir, la sociedad se deprime, se hunde en la tristeza de la frustración y el fracaso, en la pobreza y el deterioro. Lo mismo pasa, por supuesto, con los jóvenes cuando no avizoran un horizonte posible que les permita construir sus sueños. Quedan entrampados en un angustiante presente continuo, desesperanzado, porque perciben claramente que las perspectivas de trabajar o estudiar se van cerrando entre la escasez de recursos, las universidades desmanteladas, la explotación laboral y la desocupación.

No es casual que la preocupación mayor que surge en las decenas de talleres de prevención de salud mental que vengo realizando con adolescentes y jóvenes, la máxima sea la inquietud y ansiedad, sea “el futuro”, la incertidumbre una vez terminado el nivel secundario. No es casual que buena parte de la juventud aparezca entrampada en el consumo de drogas, la ludopatía virtual, la violencia social y escolar, la depresión y el suicidio, entre otros emergentes del malestar de la cultura, cuando no tienen opciones ligadas a la pulsión de vida y el deseo, dentro de las que la promesa de futuro a través de la educación es esencial.

En nuestra provincia, el actual gobernador Frigerio había prometido en su campaña que iba a “invertir en educación” como un pilar de su gobierno. Muchos entrerrianos le creyeron. Sin embargo, solo malas noticias ha tenido el sector. A los salarios por debajo de la línea de pobreza e incluso de la indigencia, como han denunciado los docentes, se suma hoy —entre otras medidas regresivas y empobrecedoras— la amenaza del cierre y desfinanciamiento de los profesorados de nivel terciario, de los institutos de formación docente correspondientes al nivel de educación superior. En un encuentro virtual que Eugenio Medrano, director de Educación Superior, tuvo por Meet con los equipos directivos de las instituciones formadoras de docentes, anunció este proyecto que perjudica a profesores, estudiantes, y a toda la comunidad educativa y a la sociedad en general. Los únicos criterios esgrimidos se basan en una lógica mercantil, un ajuste presupuestario y un desprecio por la educación pública. Nada importan los sueños de progreso a través del estudio de los estudiantes, muchos preinscriptos en las carreras habilitadas que ahora ponen en duda, de manera irresponsable. Nada importa el trabajo de los docentes que sufrirán el achique, ni un proyecto pedagógico que mejore las condiciones de la formación docente. Solo se trata de números, centavos, cupos y Excel.

En toda la provincia se han comenzado a realizar manifestaciones de descontento y resistencia frente a esta injusta medida. En Concordia, estudiantes, docentes, familiares y ciudadanos realizaron el viernes una sentada en el Instituto Superior de Ciencias Sociales. A su vez, convocan a una movilización en defensa de las carreras que el gobierno pretende cerrar el miércoles 10 de diciembre a las 19 horas en la plaza 25 de Mayo, en defensa de la educación pública. Justo cuando se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos y el retorno de la democracia a la Argentina. También el triste secuestro de Azucena Villaflor, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, pilares éticos de nuestra patria para dar fin a la dictadura genocida. Por eso es importante la participación de toda la comunidad, de todas las organizaciones sociales, políticas, sindicales y de todos aquellos que tenemos la convicción de que sin educación se agiganta la brecha de la injusticia y la desigualdad. Sin educación no hay democracia, no hay futuro ni felicidad para nuestro pueblo.

Sergio Brodsky