“Se habían puesto rieles. Se había amurado bien abajo. Lo que pasa es que los había colocado bien a la mañana y a la noche vino una tormenta fuerte y no se habían consolidado nada las bases. Estaba todo fresco. Los rieles no se doblaron lógico pero se pusieron de costado porque se rompió la base”, expresó Maschio.
“No solo lo buscamos nosotros, lo buscó también la Justicia Federal pero no hubo novedades”, indicó. Maschio recordó que el Juzgado Federal de Concordia libró oficios al Regimiento y le pidió a Gendarmería que rastree las zonas aledañas pero no hubo resultado. “No se supo que pasó, se lo tragó literalmente la tierra. Es un cartel grande y muy pesado pero desapareció”, dijo Maschio.
No obstante, Maschio indicó militantes y otras personas se han acercado a la Asociación con la intención de hacer otro cartel nuevo. “Hacer una réplica para volver a colocarlo”, dijo. “Nos vamos a tomar un tiempo, dos o tres meses para ver si lo podemos terminar porque es caro. Pero como hay mano de obra que es gratis porque ya se han ofrecido, seguramente en cuatro meses vamos a estar contando con el cartel ahí colocado”, indicó.
La réplica debe ser exacta ya que la idea es que se respete la tipología de los letreros que fueron utilizados para señalizar los centros clandestinos de detención por parte de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación. “Queremos que sea tal cual”, dijo Maschio.

Según consta en el Registro Único de la Verdad de Entre Ríos, en el Archivo Nacional de la Memoria y en testimonios de víctimas ante la Justicia federal, en el Regimiento 6, mujeres y hombres perseguidos por su militancia política, social y sindical fueron mantenidos secuestrados y sometidos a torturas. Luego fueron liberados, trasladados a cárceles o a otros centros clandestinos.
En este lugar operaron fuerzas conjuntas del Ejército, de las Policías federal y provincial, de Prefectura, Gendarmería y del Servicio Penitenciario, y personas civiles bajo el control y la supervisión del entonces teniente Coronel Naldo Miguel Dasso, jefe del Regimiento y responsable del Área 225 con jurisdicción en Concordia, subordinada al Cuerpo de Ejército II al mando de Ramón Genaro Díaz Bessone.
La señalización de los ex centros clandestinos de detención y de otros lugares donde sucedieron hechos emblemáticos durante el terrorismo de Estado, a través de la Ley Nacional N° 26.691, los hace visible y expresa en el espacio público el compromiso del Estado democrático de dar a conocer y condenar los delitos allí cometidos, acompaña el juzgamiento de sus responsables y efectiviza el reconocimiento hacia las víctimas y sus familiares, según el sitio https://www.argentina.gob.ar/derechoshumanos/sitiosdememoria/centrosclandestinos.
Son aquellos lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención (CCD) o donde sucedieron hechos emblemáticos vinculados al accionar del terrorismo de Estado hasta el 10 de diciembre de 1983. Los sitios constituyen hoy, entre otros testimonios, prueba judicial en los juicios por delitos de lesa humanidad.
Mayoritariamente, los centros clandestinos funcionaron en dependencias de las fuerzas armadas, de seguridad y policiales ―bases militares, buques, comisarías, delegaciones policiales, unidades del servicio penitenciario, etc.―, pero también en casas particulares, fábricas, hospitales, escuelas, entre otros. En este sentido, se manifiesta, también, la responsabilidad civil y empresarial que tuvo la represión ilegal. Hasta el momento, se han logrado identificar aproximadamente 800 lugares que tuvieron este uso.
