Natalio Mario Grinman debe estar chocho: ¡Los porteños lo registraron! Ya debe estar sacando cuentas de cuánto más podrá cobrar por sus servicios como Presidente de la Cámara Argentina del Comercio (una de las más poderosas del país), luego de las reiteradas “gauchaditas” que le viene haciendo al «Círculo Rojo» y, obviamente, a su verdadero empleador que, casualmente, es Eduardo Eurnekian, el mismo que lo acompaña en esa institución como Vicepresidente, es decir: segundo de su peón. ¿Raro, no? Imagínese de lo que hablamos. Quienes recién ahora se están enterando que Mario Natalio Grinman existe deben decirse: «Si el vice de Grinman es Eurnekian, el empresario mentor de Javier Milei, que opera 52 Aeropuertos en 7 países y figura entre los empresarios más ricos de Argentina… ¡Guauuu! ¿Lo que será este tal Grinman? Y no, se equivoca al pensarlo así: Grinman es un «chamuyero» inescrupuloso capaz de decir una gansada tras otra con cierto aire de catedrático como que «el consumo que había cuando gobernaba Massa era mentiroso y la actual recesión de Milei es esperanzadora”. Grinman es quizá el mejor ejemplo de cómo funciona la rosca de la casta, el poder real. Grinman es «empresario» concordiense con 0 “actividad” empresarial, figura en AFIP como dueño de una imprenta, “La Minerva” (que heredó de su padre), pero no tiene ni un solo empleado y vive en Bs. As. En otras palabras, Grinman es esencialmente un charlatán a quien el exgobernador Jorge Busti utilizó y catapultó a gremiales empresariales: primero el Centro Industria y Comercio de Concordia; luego la Federación Económica de Entre Ríos, para finalmente recalar en la influyente Cámara Argentina de Comercio. Grinman vive de eso, de poner el rostro, decir gansadas -como esta y otras anteriores- y hacerle los deberes y decir lo que sus mandantes no se animan: Primero a Busti y ahora a Eurnekian.
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