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Nota escrita por: Ricardo Monetta
13 agosto, 2025
Vladimir Putin vs. Donald Trump: ¿Última partida del ajedrez político?
Por: Ricardo Monetta
El viernes 15 de agosto es la fecha de la reunión cumbre entre el presidente Donald Trump y su homólogo, para tratar de llegar a un acuerdo que profundice las condiciones para alcanzar, por lo menos, un alto el fuego entre Kiev y Moscú. Los europeos de la OTAN y el dictador Zelensky han quedado afuera de la discusión.
5 min de lectura
Por: Ricardo Monetta

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Hay que recordar, a los desprevenidos y mal informados de la historia, que este conflicto tuvo su origen en 2014, cuando el gobierno de EE. UU. y sus halcones ultraderechistas, junto con los cómplices de la OTAN, “fabricaron” —como hacen en todo el mundo a través de la CIA, el MI6 británico y el Mossad israelí—, como lo hicieron recientemente en Irán, una operación de las llamadas de “falsa bandera” en la capital de Ucrania. Fue dirigida por la entonces subsecretaria de Joe Biden, Victoria Nuland: una operación terrorista junto a opositores y mercenarios ucro-nazis del Batallón Azov, con francotiradores para causar caos y poder destituir al entonces presidente Yacunovich, encarcelarlo junto a sus defensores e imponer un régimen dictatorial con el fin de hostigar a las regiones al este de Rusia, llamada el Dombás. Estas regiones hablaban ruso, eran prorrusas, y las bombardearon durante ocho años seguidos, causando 14.000 muertos civiles, entre mujeres y niños.

Hasta que Putin dijo “basta” y avanzó sobre ese límite de Ucrania para salvar a esos pobladores que se consideraban rusos. Pero en febrero de ese mismo año hubo una reunión en Estambul para neutralizar la guerra que se avecinaba, aunque Zelenky llamó a Inglaterra y vino el alcohólico de Boris Johnson, quien le prohibió firmar cualquier declaración de cese del fuego.

Hasta ahí, es el comienzo del escalamiento bélico que se tradujo en una batalla entre la OTAN y EE. UU., sin participación directa, pero con todo el armamento posible por miles de millones de dólares que ahora se los reclama Trump y se los va a hacer pagar a la Unión Europea, además de controlar la producción de gas de Ucrania y de las “tierras raras”.

Esto va como introducción, guerra mediante, por la reunión trascendental que se realizará el próximo viernes en Alaska, entre los dos presidentes.

Ahora bien, ¿qué puede pasar? Ni sueñen con que se firmará un tratado de paz.

Por lo pronto, el “sheriff” de América comenzó con su pirotecnia verbal, amenazando a Putin con consecuencias muy graves si el ruso no acepta detener el conflicto después de escucharlo. Por su parte, Vladimir Putin (¡imagínense, muerto de miedo!) ha declarado que su país “está dispuesto para el diálogo y un supuesto acuerdo, pero” insistió en la necesidad de ahondar, como tantas veces lo hizo, en las causas profundas del conflicto, como la expansión desmedida, a pesar de las falsas promesas, y la discriminación de personas de habla rusa en Ucrania. Asimismo, ha señalado que Moscú está dispuesto a encontrar la solución del conflicto, mientras que Occidente y Kiev buscan prolongarlo, empujados por los “vasallos” europeos.

Además, aclaró que Zelenky no quiere la paz porque esta significaría la pérdida de su poder, que está muy próximo. Advirtió Putin que se reservará el derecho a usar armas contra países y sus instalaciones militares que permitan a Kiev atacar, con su armamento, el interior del territorio ruso. La propuesta de Moscú es que Kiev retire completamente sus tropas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y de las provincias de Zaporozhie y Jersón, incorporadas a Rusia luego del referéndum en 2022, y además que reconozca a Crimea y Sebastopol como sujetos de la Federación Rusa.

También debe garantizarse la neutralidad, la no alineación, así como la desnuclearización y desnazificación de Ucrania. Por supuesto, no se trata solo de encontrar una solución pacífica, sino también de concertar y firmar documentos internacionalmente reconocidos. Y es aquí donde surge la LEGITIMIDAD de los dirigentes del régimen de Kiev, que desde mayo de 2024 tienen vencido el cargo de presidente, ya que anuló el parlamento y dictó el estado de excepción política y, por lo tanto, él como sus funcionarios son legítimos.

Putin ha explicado que sus pretensiones son las condiciones de seguridad territorial de su país. Por supuesto, dejó bien en claro que a él no se le imponen condiciones, porque es la Federación Rusa la que ganó la guerra y las condiciones están bien claras.

Lo que ocurre es que Trump está apurado porque se firme la paz de cualquier manera, para ponerse la corona de autor personal y ser proclamado ganador del Premio Nobel de la Paz, con tal de legitimar los desastres económicos y como cómplice del genocidio de Gaza, porque sin su asistencia Israel no duraría ni un mes.

Mientras tanto, los líderes europeos están que rugen porque no han sido invitados. Pero en realidad quieren participar para repartirse los recursos naturales de Ucrania, ya que el miserable Zelenky ya había firmado contratos de cesión de tierras con BlackRock a cambio de sumas millonarias que se fugó, e incluso quiso comprar hace unos días, a través de un socio, un banco privado en Francia por US$ 5.000 millones.

Veremos qué pasa el 15 de agosto y después lo comentamos.

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