La Municipalidad de Concordia volvió a quedar en el centro de la polémica -y la torpeza- tras haber contratado —y difundido en una comunicación oficial con foto incluida junto a un niño— a un oftalmólogo condenado por pedofilia en 2008. Se trata de Raúl Edgardo Bilbao Ruiz, el médico sanjuanino que integró una de las causas más estremecedoras de corrupción de menores en la ciudad y que, según pudo reconstruir DIARIOJUNIO, regresó a Concordia después de haber residido en La Rioja.
El municipio lo incorporó como prestador monotributista para brindar atención en el Centro de Salud del barrio Nébel, adonde incluso fue presentado públicamente como nuevo servicio oftalmológico hace apenas diez días. Antes de ello, había atendido en el camión oftalmológico, incluyendo consultas de niños y niñas.


Raúl Edgardo Bilbao Ruiz, en el centro de la foto.
¿Cómo es posible que el municipio contratara a un profesional condenado por pedofilia sin que saltara ningún antecedente? Fuentes municipales reconocen que, al ingresar como monotributista, el trámite no incluyó el procedimiento habitual que sí se exige a quienes son contratados por designación: certificado de antecedentes penales, contralor de documentación y filtros legales de rutina.
La cuestión, lejos de una formalidad administrativa, se vuelve un escándalo mayúsculo si se considera que el profesional no solo fue presentado con foto oficial junto a un niño, sino que además venía atendiendo menores en el camión sanitario.
Para colmo, desde páginas de Facebook y perfiles locales comenzaron a circular comentarios que alertaban sobre la identidad del hombre. Finalmente, alguien dentro del área de Salud reconoció el nombre —o, más precisamente, los nombres—, porque el oftalmólogo suele cambiar su identidad pública: “A pesar de parecer personas distintas, distintos nombres, es la misma persona”, confirmaron fuentes internas.
Raúl Edgardo Bilbao Ruiz solía ser visto tocando el saxo en la entrada de la sucursal del Hipermercado Carrefour. Fue desalojado del lugar tiempo atrás y ahora frecuenta la peatonal de Concordia. En 2023, medios santafesinos dieron cuenta que había sido detenido por una contravención, al trascender públicamente sus antecedentes de que estuvo 10 años presos por pedofilia, se fue de la provincia.
Según medios especialistas en criminología, no es extraño que ciertos abusadores desarrollen un vínculo perverso con los lugares donde ejercieron su violencia. Para ellos, esos sitios funcionan como un disparador de recuerdos y fantasías, una forma de revivir el poder o el placer que asociaron al delito. No vuelven por culpa ni por trauma, sino por la reafirmación subjetiva de ese control que ejercieron, o porque en ese entorno encontraban condiciones propicias para su conducta. Este patrón, lejos de ser excepcional, está ampliamente documentado en estudios sobre criminalidad sexual.

Raúl Edgardo Bilbao Ruiz, tocando el saxo en la peatonal de Rosario, como lo solía hacer en la puerta del Carrefour y en la peatonal de Concordia
El prontuario
En junio de 2007, mientras trabajaba en la Clínica Estévez, fue detenido por pedofilia tras una denuncia iniciada por su propia pareja, la madre de su hijastro, víctima de los abusos. Además, en su computadora se secuestraron al menos 50 fotografías y filmaciones de niños de entre 8 y 10 años en situaciones obscenas.
La causa quedó en manos del juez Marcelo Garay y derivó en una investigación que, años después, alcanzó a una red de pedófilos con conexiones en Buenos Aires. En noviembre de 2008, Bilbao fue condenado a 12 años de prisión por “corrupción agravada de menores”.
Los peritajes psicológicos de la víctima de 8 años -su hijastro- revelaron secuelas profundas: erotización, trastornos del sueño, ambivalencias afectivas y sexuales, terrores nocturnos y disfunciones compatibles con situaciones de abuso reiterado. En escuchas telefónicas incluso se probó que el oftalmólogo llevaba al niño a reuniones con otros pedófilos en Buenos Aires.
Su paso por La Rioja y el regreso a Concordia
En 2017, medios riojanos revelaron que Bilbao había obtenido un permiso judicial transitorio para estudiar en la ciudad de Oro Verde, Entre Ríos, y que luego se había mudado a La Rioja, donde residía con otra identidad —o más precisamente, con variaciones de su nombre—. Autoridades policiales riojanas confirmaron su presencia en la provincia.
Según fuentes consultadas ahora por DIARIOJUNIO, luego de un largo periplo, Bilbao volvió a Concordia, oficio un tiempo como «artista callejero» antes de ingresar al sistema de salud municipal sin que nadie detectara su prontuario.
Hasta el momento, la Municipalidad de Concordia lo que hizo fue borrar la noticia de su página oficial y no emitió ningún comunicado nuevo explicando cómo se produjo la contratación ni qué controles fallaron. Tampoco se informó quién aprobó su ingreso como profesional monotributista. Son explicaciones que deberían dar a la sociedad el intendente Francisco Azcué, el Secretario de Gobierno Luciano Dell Olio; el Dr. Diego Sauré secretario de Salud del Municipio y, en particular, la Dra. Karina Greco directora de Atención Primaria, la responsable de los Centros de Salud.







