En primera instancia, quiero decir que Ud., con sus declaraciones, no hace más que confesar que viene de una nación que tiene todos los atributos de ILEGITIMIDAD, que ha ejercido a lo largo de su historia desde 1776 hasta nuestros días, en los cuales ha participado en forma activa y abusiva en 114 conflictos bélicos, comenzando con las 13 colonias británicas a su llegada a la costa este de América. Luego, desplegando un supuesto «Destino Manifiesto» a través de los «Padres Peregrinos», se dieron a la conquista salvaje de esas tierras cuyos pueblos originarios —indígenas con sus diferentes culturas— habitaban, convivían y hasta peleaban entre sí, pero en su territorio ancestral.
Luego, con la «cultura» del Winchester y el noble caballo, los masacraron, los acorralaron y los encerraron en lo que se denominaban las «reservas indígenas».
Pero no les fue suficiente. A mediados del siglo XIX, provocaron una guerra contra la nación mexicana, «secuestrándole» seis estados que pasaron a manos del patrón «blanco».
Luego, la historia nos deposita en el principio del siglo XX, donde es actor principal junto a otras naciones europeas de la Primera Guerra Mundial (1914–1918), donde se «siembra» la semilla de la Segunda Guerra, con el Tratado de Versalles humillando a Alemania. La crisis de los años 30 se solventó con el presidente más inteligente, que fue Franklin Roosevelt, con políticas keynesianas.
Y llegamos, estimado doctor, a las estribaciones de la Segunda Guerra Mundial, donde los EE. UU. le dieron armamento y logística de transporte al gobierno de Hitler, porque había mucha simpatía hacia el gobierno nazi, como Henry Ford, que tenía un cuadro de Hitler en su escritorio, y el padre de John Kennedy, que era embajador en Londres y confeso pro-nazi.
En esa contienda, provocaron a Japón para fabricarse un Pearl Harbor y así justificar su participación en el conflicto, pero que solo intervino en suelo el 6 de junio de 1944, cuando ya el nazismo estaba derrotado y su país quedó indemne, emergiendo como el nuevo «hegemón» continental después de Yalta.
Le siguió luego la Guerra Fría, para lo cual construyó la OTAN, que le sirvió como «brazo armado» para sus políticas de dominio exterior. Como en el caso infame de la antigua Yugoslavia, haciendo que la bombardeen durante 78 días sin parar. Su cruzada imperial contra el comunismo, como excusa para invadir Vietnam, Laos y Camboya, dejando tras de sí una derrota indigna y casi dos millones de muertos. Recordemos que J. F. Kennedy se había opuesto a esa guerra.
Curiosamente, a Kennedy lo matan a fines del ‘63, y L. Johnson, a instancias del CIM, decreta a instancias de Henry Kissinger involucrarse en ese conflicto. Luego sería Afganistán durante 19 años, para salir colgado de los fuselajes de los aviones.
Y no podemos olvidar nosotros el fatídico y asesino Plan Cóndor con las dictaduras en el Cono Sur de América, que comenzó con Salvador Allende y se propagó por toda América Latina, con personajes como Videla y Massera, cuyas ideas aún están larvadas en nuestro país en el conservadurismo extremo.
No podemos también dejar de mencionar su complicidad manifiesta en el verdadero genocidio en la Franja de Gaza, con su socio y principal ejecutor Benjamín Netanyahu, respondiendo al sionismo internacional.
En la actualidad, usted vendría en representación de un presidente, Donald Trump, «convicto» de 34 causas penales por estafas al fisco y otras irregularidades, que están en suspenso por la inmunidad temporal que le otorga su cargo. Y tampoco podemos olvidar el affaire con el «suicidado» Jeffrey Epstein durante más de 20 años, junto con otros altos funcionarios de su amado país, en la degradación más absoluta de la condición humana.
Todo lo anterior le quita legitimidad política, diplomática y moral a sus mandantes.
Ud., Dr. Lamelas, ha dicho que recorrerá las provincias para vigilar que los gobernadores no hagan acuerdos con los «chinos». Y uno se pregunta: ¿por qué no se podrían hacer acuerdos con una potencia que ha demostrado en TODO el mundo que realiza acuerdos de reciprocidad con beneficios para ambas partes, mientras que SU país solo deja tierra arrasada y comunidades asesinadas cuando se oponen a sus deseos?
¿Acaso no extorsionan a los países con la trampa de la deuda externa a través del FMI y de las sanciones de la OMC?
Además, afirma que hará lobby en el Poder Judicial para asegurarse de que Cristina reciba «la justicia que se merece». ¿Ud. conoce el expediente del juicio de la expresidenta?
¿O acaso no sabe que fue el Departamento de Estado de su país el que mandó a ejecutar la sentencia obtenida por el «lawfare», que ustedes mismos aplicaron primero con Lula y Dilma y luego con Cristina?
Dr. Lamelas, usted es médico cubano, producto de los «gusanos» que se refugiaron en Miami, donde también arribaron los Mas Canosa, que intervinieron en la invasión a Cuba en Bahía de los Cochinos y Playa Girón. ¿Su padre nunca le contó la verdad? ¿De Marcos Rubio tampoco? ¿No le explicó el secretario de Estado Rubio que, en el mismo comité de Relaciones del Senado, sostuvo que Cristina Kirchner está implicada en la muerte del entonces fiscal Alberto Nisman, cuando 13 forenses de reputación académica sostuvieron que fue un suicidio?
¿No le contó también la presión que ejerció el lobby israelí, que hizo que se sostuviera la postura de que el supuesto asesinato del fiscal obedeció a encubrir, con el Memorando con Irán, a los responsables de los atentados de la Embajada y de la AMIA?
Y en cuanto a su función de tratar de evitar la corrupción de los funcionarios, trate de fijarse en su propia embajada quiénes son los que van a buscar los «sobres» regularmente. Ya los va a conocer. Y no se olvide que los bancos de EE. UU. son los principales «lavadores de dinero» procedente del narcotráfico, con la complicidad del propio Estado.
Por último, se ve que lo han adoctrinado bien al catalogar al «kirchnerismo» como un movimiento de «extrema izquierda». Si esto es así, es porque Ud. pertenece al sector más rancio del ultraconservadurismo racista, que ve fantasmas por todas partes.
Y no se preocupe por la Justicia nuestra, que hace tiempo está arrodillada y sodomizada, como la de vuestro país por el «deep state».
Pero recuerde, Dr. Lamelas:
¡¡La Patria no se vende!! La soberanía es vital para nuestra existencia. ¡¡Good show!!
2 comentarios
EHR
Excelente pluma.
cacho sorokin
Muy buena nota!!! Como dice el autor no llegará al destinatario sino por medio de una botella al mar. Me conformaría con que llegue a la «entendedera» de nuestros compatriotas que, por desconocimiento de la mayoría, malgastaron su voto para instalar la entrega del país querido, el nuestro, a estos monstruos que se instalaron en La Rosada. De otra manera no podría ser que este gusano cubano (Lamelas) viniera al país para vigilar, castigar y convertir en colonia a NUESTRA PATRIA.
.