La convocatoria surgió el día anterior a partir de que el periodista uruguayo Víctor Bacchetta, difundiera información a la que accedió en el Ministerio de Ambiente, donde en formato papel le facilitaron un expediente con algunos datos que encendieron la alarma de este lado del río.
Las cuatro antorchas quemarán el excedente de combustible sintético que no reúnan la calidad requerida. “Lo que no califique es quemado porque es la forma más sencilla que tienen de deshacerse de eso: lo transforman en dióxido de carbono y otros gases más que desconocemos”, remarcó. Serrati sostuvo que, además del impacto visual negativo, con antorchas a esa altura y vientos predominantes del sector este, se preguntó qué sucedería si hubiese algún evento de riesgo teniendo en cuenta que la ciudad de Colón está a 3 km de distancia. “La distancia es muy cercana para el volumen de producción que existe”. “La ciudad va a estar expuesta a una situación que no sabemos cuándo puede pasar o que intensidad puede tener”, indicó.
Ayer, entre los participantes de la Asamblea en Plaza Artigas observaron mucha bronca contenida. Es que la instalación de una planta industrial del otro lado del río incidirá en forma negativa en el turismo, la actividad predominante en la ciudad. Incluso, Serrati mencionó qye también podrá afectar la producción avícola que es muy fuerte en la ciudad. El ambientalista mencionó que se va a producir una depreciación de la actividad turística. Se deduce que se reducirán las visitas a Colon y comenzará una espiral de decadencia e inactividad económica. “Eso traerá un montan de consecuencias: al bajar la actividad económica, baja la cantidad de empleo”.
Por otra parte, dijo que se enteraron de que el intendente de Colón, José Luis Walser, hizo gestiones en Buenos Aires por el tema. Serrati opinó que el presidente municipal vaya solo a ese tipo de encuentros no es lo mejor que se podría hacer. El ambientalista mencionó que cuando comenzó el conflicto por el tema de Botnia, el pueblo de Gualeguaychú estaba representado a través de las fuerzas vivas. Incluso, mencionó que hay otros intendentes que podrían acompañarlo ya que la mancomunidad Tierra de Palmares está formada por las localidades de San José, Ubajay, Villa Elisa y Pueblo Liebig.
Por último, Serrati remarcó que del otro lado del río, no todos están satisfechos con el proyecto ya que en Uruguay hay muchos que advierten que –mas allá de los riesgos ambientales- se trata de empresas automatizadas que generan pocos puestos de trabajo. Incluso, en el momento de la construcción, traen personal especializado y no contratan mano de obra de la zona. Relató que en un encuentro con personal de la empresa Techint les explicaron que eventualmente podrían traer hasta operarios de China ya que desde ese país les venden los elementos que se deben instalar.