Tras meses de promesas incumplidas y un conflicto abierto con el gobierno local, la cooperativa logró mostrar que el modelo impulsado por la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores permite evitar a los intermediarios locales y obtener, mediante la venta colectiva, mejores ingresos para sus familias. Con la venta de 25.000 kilos de material recuperado directamente a la industria, la organización demostró que la gestión cooperativa puede generar recursos que se reinvierten en la comunidad.
El envío de este camión coincidió con la salida de Constanza Montoreano de la Subsecretaría de Ambiente. Durante su gestión se acumuló un largo historial de conflictos y falencias: desde el desalojo de las cooperativas cartoneras en diciembre de 2023 hasta la falta de respuestas concretas a las más de 30 familias que quedaron sin trabajo ni herramientas, mientras la ciudad veía colapsar el sistema de residuos en el Campo El Abasto. Incluso un informe del Banco Interamericano de Desarrollo había advertido en septiembre de 2024 sobre graves deficiencias en el relleno sanitario y la necesidad de un cambio estructural urgente.

A esta situación se sumaron tensiones con trabajadores del MTE, que en agosto debieron cortar accesos para defender el material acopiado que la Secretaría intentaba retirar sin acuerdo previo. En ese escenario, la figura de Montoreano quedó asociada a promesas incumplidas, plantas sin operatividad, falta de condiciones mínimas de trabajo y una política ambiental sin rumbo claro. Su reemplazo por Joaquín Gobetto al frente de la Subsecretaría es, en los hechos, el reconocimiento de un fracaso de gestión.
Reciclaje como inclusión social y económica
La recuperación de residuos en Argentina, y también en Concordia, no es solo una cuestión ambiental, sino un componente clave de la inclusión social y de la economía popular. Las políticas públicas de reciclaje, respaldadas por normativas nacionales y locales, deben ser inclusivas y contemplar a los miles de cartoneros, carreros y recicladores informales que sostienen el sistema día a día. El caso de los Recicladores de Esperanza marca la necesidad de establecer convenios de trabajo estables y asignar presupuesto genuino para un sector que, además de aportar al cuidado ambiental, genera empleo y sustento para numerosas familias.
El envío de este camión a la industria, después de meses de conflicto, no es solo una operación más; representa la continuidad de una lucha y pone en evidencia que la sostenibilidad también depende de la organización y el esfuerzo de quienes habitualmente quedan invisibilizados.
El reciclaje en Concordia: entre la basura acumulada, el colapso ambiental y trabajadores excluidos