Guillermo Ocampo, exjefe de Investigaciones de la Jefatura Departamental de Policía, fue condenado a seis años de cárcel. Su vínculo con el empresario Guillermo Barrios, dueño de una distribuidora de bebidas marca Manaos, lo colocó en el centro de una trama de cohecho y tráfico de influencias, delitos por los que fue hallado culpable.
Barrios, por su parte, recibió cuatro años de prisión también de cumplimiento efectivo, al ser encontrado responsable no solo por cohecho y tráfico de influencias, sino también por tenencia ilegal de armas de fuego.
La causa tuvo su origen en 2021, cuando aún se encontraba en funciones como fiscal Francisco Azcué, actual intendente de Concordia. La investigación surgió de manera indirecta, al calor de otra causa vinculada al narcotráfico en distintos barrios de la ciudad. Fue una escucha telefónica la que encendió las alertas: en medio del seguimiento a una organización narco, aparecieron constantes llamadas y contactos entre el empresario Barrios y el entonces jefe policial.
Desde allí se abrió una línea propia de investigación, que más tarde continuó el fiscal José Arias, con la colaboración de la doctora Daniela Montangie. En el juicio, el Ministerio Público Fiscal solicitó penas más severas: 12 años para Ocampo y 10 para Barrios, en función de la gravedad de los hechos y la relación de subordinación funcional entre el policía y el empresario.
Según la acusación, Ocampo habría puesto a disposición de Barrios la estructura de la División Investigaciones de la Policía. Se lo acusó de desviar recursos humanos y materiales —es decir, agentes y vehículos— para brindar servicios de custodia en la distribuidora del empresario, como si se tratara de una empresa de seguridad privada. Incluso, según las pruebas presentadas, el policía realizaba operativos e investigaciones a pedido del propio Barrios.
La defensa del empresario estuvo a cargo de los abogados Pablo Moyano Ilundain y Brenda Vittori, mientras que Eduardo Gerard representó legalmente a Ocampo.
