La actuación se inició tras la denuncia de un ciudadano que aseguró haber comprado un corte en mal estado en la carnicería. Ante el aviso, el personal policial a cargo de Kevin Brittes, y bajo la supervisión del subcomisario Gabriel Retamoso, inspeccionó el lugar junto a agentes de Bromatología, constatando múltiples irregularidades: matafuegos vencidos, presencia de roedores, corrosión en utensilios de uso diario e higiene deficiente.
Según informaron fuentes policiales, la mercadería fue decomisada para su posterior desnaturalización, ya que no cumplía con las condiciones organolépticas mínimas para consumo humano.
El procedimiento concluyó con la clausura del local comercial