La contratación que nadie controló: el oftalmólogo condenado por pedofilia también tenía la matrícula cancelada cuando fue presentado por el Municipio

La contratación del oftalmólogo Raúl Edgardo Bilbao Ruiz, condenado en 2008 a 12 años de prisión por corrupción agravada de menores y presentado por el Municipio de Concordia como nuevo profesional del Centro de Salud del barrio Nébel, suma un dato que agrava aún más la cadena de irregularidades en su contratación: su matrícula profesional estaba cancelada al momento en que la Secretaría de Salud lo incorporó como prestador.

La matrícula cancelada del oftalmólogo condenado por pedofilia. La consulta es simple y se puede hacer online en la página del Ministerio de Salud de Entre Ríos

La información surge de consultas realizadas por este medio y de la reconstrucción del circuito administrativo necesario para ejercer en Entre Ríos. Pero además se suma a un dato ya expuesto en la nota publicada la semana pasada: la Municipalidad lo contrató sin pedirle antecedentes, sin revisar su historia laboral y sin pasar por ningún filtro interno.

Mientras tanto, la Secretaría de Salud y el Gobierno municipal no explican cómo ingresó, quién lo autorizó, qué procedimiento se usó para habilitarlo ni en qué momento —o por orden de quién— se dispuso su baja.

Bilbao, en una foto que tiene casi 20 años

Durante el viernes pasado y este lunes, DIARIOJUNIO intentó comunicarse, sin suerte, con el Área de Contralor Profesional del Ministerio de Salud de la provincia —organismo encargado de habilitar, controlar y cancelar matrículas— para confirmar desde qué fecha la matrícula de Bilbao se encuentra efectivamente cancelada -tal como este medio pudo comprobar con una simple consulta online a la página del Ministerio- y si la Municipalidad consultó o verificó este dato antes de presentarlo como oftalmólogo del sistema de salud. Desde Casa de Gobierno remitieron a los teléfonos (0343) 4209650 y (0343) 4209600, que son las nuevas líneas del Ministerio y que no están disponibles en los buscadores de Internet, pero hasta el mediodía de hoy nadie atendió los llamados.

Según explicó un profesional de la Salud y ex funcionario a este medio, en Entre Ríos la cancelación, habilitación o rehabilitación de una matrícula nunca es automática, sino que requiere presentación documental, verificación legal, controles administrativos y validación por parte del área correspondiente. Los trámites demandan varios días hábiles o incluso semanas, dependiendo de la complejidad del expediente.

Es decir que no existen cancelaciones “de un día para el otro”, ni tampoco reactivaciones sin un proceso formal. Y más aún: sin matrícula habilitada, ningún profesional de salud puede prestar servicios en el sistema público, sea por relación de dependencia, por contrato o como monotributista.

Fuentes municipales habían admitido a DiarioJunio que Bilbao Ruiz ingresó como prestador monotributista, condición bajo la cual —según reconocieron— no se le exigieron certificaciones de antecedentes penales ni controles legales habituales. Por lo que se desprende la existencia de lagunas a la hora de la contratación del personal  sin relación de dependencia directa (monotributistas y contratados), no existen protocolos claros ni unificados para el ingreso de profesionales al sistema municipal.

En la Municipalidad existe una ordenanza que regula el ingreso de nuevo personal, pero es “vieja, general y diseñada para una época en que la relación de dependencia era la regla”, explicó una fuente consultada. Hoy, con una planta estatal “inextensible”, el Municipio recurre a formas de contratación alternativas: monotributistas y contratados sin aportes, es decir, figuras que funcionan en la práctica como formas externas de vinculación laboral.

El problema es que estas modalidades no cuentan con controles equivalentes a los de la planta permanente, como si la obligación de garantizar calidad, idoneidad y seguridad a la población usuaria dependiera del tipo de contrato y no de la naturaleza del servicio prestado.

Un prontuario que nunca debió pasar desapercibido

Tal como informó este medio la semana pasada, Raúl Edgardo Bilbao Ruiz, en 2007, mientras trabajaba en la Clínica Estévez, fue detenido tras ser denunciado por su propia pareja por abuso sexual contra su hijastro de 8 años a quien incluso lo entregaba a otros abusadores. La investigación secuestró 50 fotografías y filmaciones de niños de entre 8 y 10 años en situaciones obscenas. En 2008, terminó condenado a 12 años de prisión.

Luego residió en otras provincias, como Santa Fe y La Rioja, con variaciones de identidad. Finalmente regresó a Concordia y durante tiempo se lo vio tocando el saxo en la puerta de la sucursal del hipermercado Carrefour y en la peatonal.

Su identidad, su matrícula y su prontuario tampoco fue verificado por ninguna autoridad municipal antes de habilitarlo para atender en el camión oftalmológico.

Presentación oficial con una foto junto a un niño 

Una foto para el escándalo

El 17 de noviembre pasado, dos semanas atrás, el Municipio lo difundió como el profesional responsable de un nuevo servicio oftalmológico del Centro de Salud del barrio Nébel. La nota incluía una fotografía de Bilbao Ruiz realizando un estudio a un niño.

El dato de su identidad real surgió después, cuando vecinos y perfiles de Facebook lo identificaron como el oftalmólogo condenado por pedofilia.

A partir de allí, su baja fue inmediata. El servicio oftalmológico, recién anunciado, fue dado de baja también. Y la noticia oficial sobre su incorporación desapareció del sitio municipal. Pero ningún funcionario explicó nada.

La Municipalidad de Concordia contrató como oftalmólogo a un condenado por pedofilia