El río ya cortó la circulación en la avenida Costanera, frente al predio. En ese sentido, el trabajo en el interior ya comenzó. Primero desmontaron parte de la estructura de los salones. Por ejemplo, las puertas, las mamparas y los cristales. “Tuvimos que sacar los vidrios. Muchos vidrios pero otros no porque son fijos”, acotó.
Además, deben retirar las aberturas y los tableros de la instalación eléctrica que están a un metro de altura del piso. “Uno no sabe hasta dónde va a llegar el río”, dijo. La Cooperativa Eléctrica dejó de suministrar energía en la zona de la Costanera. En el predio solo hay un generador para que los cuidadores puedan estar con luz en horas de la noche.
Simonetti dijo que se había informado en un primer momento que el pico de la creciente iba a tener lugar el lunes pasado 23 de junio. “Pero ha subido mucho más todavía”, acotó esta tarde. Las previsiones hidrológicas actualizadas hoy proyectan un aumento del río durante las próximas veinticuatro horas manteniéndose por debajo de los 12.20 metros en Concordia, según un informe de la CTM de Salto Grande.
En la Costanera tienen siete salones que son ofrecidos a los afiliados para que puedan celebrar algún cumpleaños o casamiento. No tienen que pagar el alquiler. “Solo pagan la parte de seguridad cuando hay mucha gente o cuando necesitan una atención en baños se pone una persona para que estén limpios por la cantidad de personas”. Por ello, los afiliados al gremio que tenían reservado el uso de los salones en estos días deben postergar y fiar otra ocasión en el calendario o alquilar algún salón privado. “A veces pueden cambiar a y a veces no”, explicó.
Una vez que descienden las aguas, comienzan las tareas de limpieza. De lo contrario, el barro queda adherido a las paredes y no se puede despegar. “Hay que ‘sopletear’ los caños (de la instalación eléctrica) porque queda agua, colocar los vidrios, los motores de las piscina y limpiar la piscina que se lleva de barro”, destacó. Además, se utilizan calefactores y aireadores para secar las paredes. Y se realizan otras tareas tendientes a retirar la humedad para volver a pintar. “Siempre nos toca una tarea bastante difícil. Siempre que viene una inundación nos provoca daños”.
Por último, Simonetti sostuvo que en algún momento hicieron gestiones para recibir un resarcimiento por los daños ocasionados por la crecida ante la CTM pero nunca prosperaron. Es qué el predio esta en un nivel de cota por debajo de los 14 metros que es la cota de inundación. “No está permitido pero es algo propio de los empleados de comercio”, dijo. A pesar de los dolores de cabeza que genera cada inundación, recalcó que están “en un lugar hermoso” de la Costanera.