Es aberrante, es inaudito, escuchar a dirigentes que se dicen radicales despreciar nuestra doctrina, diciendo que sostener principios es darle la espalda a la sociedad, que tener identidad partidaria es ser funcional al kirchnerismo. ¿Quién puede decir semejante barbaridad con honestidad intelectual? Nada ha sido más parecido a su lógica de poder, que lo que vienen haciendo estos señores desde hace décadas: vivir del Estado, ocupar cargos, administrar desde el acomodo, operar desde las sombras, cooptar el partido con el peso del presupuesto, y hoy arrodillarse sin pudor ante el proyecto más antidemocrático y destructivo de la democracia argentina: el de Javier Milei.
Se llenan la boca hablando de «gestión» y «transformación» mientras acompañan a un gobernador que no ha hecho más que replicar el modelo clientelar de Bordet, con menos transparencia y más miedo. ¿Dónde está la transformación? ¿En OSER a punto de no poder pagar sus deudas? ¿En el desmantelamiento del servicio de transporte escolar? ¿En el pedido de “contribuciones” a los contratistas? ¿En el sometimiento diario a Milei mientras se recortan jubilaciones, se desfinancian universidades y se vacía el Estado?
Nos acusan de nostálgicos. Pero la nostalgia está en ellos, que han reciclado el peor conservadurismo detrás de un falso pragmatismo. Dicen que no se puede construir un partido chico, principista, “lindo”. ¿Saben qué es “lindo”? Ser honestos. Tener convicciones. Defender la educación pública, la salud, la justicia social, los derechos humanos. Lo que ellos llaman “principismo”, nosotros lo llamamos dignidad. Olvidaron nuestros orígenes: «ser la causa de los desposeídos.» Ellos defienden un gobierno de ricos para ricos.
Militancia Activa va a una interna en desventaja, sin funcionarios en cada rincón de la provincia sin sueldos que repartir, sin manejos oscuros. Pero con algo que ellos han perdido: coherencia. Nos insultan porque no saben cómo responderle a un dirigente como Rubén Pagliotto, que se bancó solo, sin aparato, sin pactos, la lucha contra la corrupción en Entre Ríos. Que enfrentó al poder real, incluso al de su propio partido. No pueden con él. No pueden con la verdad.
1 comentario
Pasado....
El pasado es eso, pasado!!!
Volver atrás es gran error!!!