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Soberanía en disputa: el proyecto de HIF Global en Paysandú y su impacto en Colón
Ante la situación generada por la posible instalación de una planta de combustibles sintéticos en el Departamento de Paysandú (ROU), frente a la ciudad de Colón (ER; Argentina), a 3.500 mts de las costas argentinas, desde la Multisectorial Somos Ambiente de la ciudad de Colón, se reclama que las decisiones soberanas de Uruguay no pongan en riesgo la soberanía de Argentina ni el futuro de las generaciones venideras, apelando al respeto mutuo entre pueblos hermanos y al resguardo de los intereses y la cultura compartida en la cuenca del río Uruguay, según un artículo de opinión enviado a DIARIOJUNIO.

Cabe destacar que la empresa HIF Global ya obtuvo la Validación Ambiental de Locación (VAL), lo que le permite avanzar en el procedimiento administrativo. A partir de este momento, la compañía debe presentar —según lo que estipulan los protocolos establecidos— un conjunto completo de estudios técnicos y evaluaciones: impacto ambiental, impacto social, y un análisis integral de todas las relaciones que su emprendimiento podría generar con el entorno. Este proceso debería contemplar tanto los efectos positivos como los riesgos o posibles consecuencias negativas sobre el ambiente, el territorio y las comunidades cercanas.
Paralelamente, a medida que el proceso avanza sin que hasta el momento se haya dado respuesta al reclamo formulado por la región entrerriana conocida como Tierra de Palmares, crece la preocupación de la población local. Esto se vincula directamente con las actividades económicas que caracterizan a esta zona de Entre Ríos y que sostienen su identidad productiva y turística.
En ese marco, y tomando como válidas las declaraciones del canciller argentino, Pablo Quirno, respecto al respeto por las inversiones realizadas en la República Oriental del Uruguay —decisiones soberanas de ese Estado—, corresponde señalar que también es una decisión soberana del Estado argentino resguardar y garantizar la continuidad de las inversiones desarrolladas en su propio territorio. En el caso de Entre Ríos, estas comprenden sectores estratégicos como el turismo, la producción de alimentos y el fortalecimiento de cadenas regionales: avicultura, vitivinicultura, apicultura, y la creciente producción de nuez pecan, entre otras. Todas ellas constituyen actividades de alto valor para la región y forman parte esencial del perfil económico y cultural de la Microrregión Tierra de Palmares.
Las preocupaciones de gran parte de la población se fundamentan en varios factores que se han expresado hasta el momento, los cuales se enumeran en base a datos públicos. El tipo de industria -producción de los denominados biocombustibles en base a dos insumos básicos: el hidrógeno, extraído de agua del Río Uruguay y el dióxido de carbono, producido en un 95% por incineración de residuos forestales y agrícolas, el 5% restante será proveído por la firma ALUR-.
Con estos insumos se elabora metanol, que es un alcohol tóxico, inflamable, explosivo, y tiene la particularidad de evaporarse a partir de los 20 grados centígrados, a presión atmosférica habitual
Sin entrar en los detalles técnicos de la tecnología que la empresa podría utilizar —información que aún se desconoce—, es posible afirmar, a partir de conversaciones mantenidas con especialistas en seguridad industrial, que no existe el “riesgo cero” en instalaciones de esta magnitud. Mucho menos en una planta proyectada para producir 876.000 toneladas anuales de metanol (alrededor de 2.400 toneladas por día) para, a partir de ese insumo, obtener cuatro tipos distintos de combustibles.
Las condiciones climáticas de la región agregan un factor de preocupación: los vientos predominantes provienen del cuadrante Este gran parte del año. Esto implica que, ante un accidente, una falla imprevista, un error humano o cualquier evento no contemplado, las consecuencias recaerían directamente sobre la población ubicada en la margen argentina del río.
En esta zona —que incluye Colón, San José, Pueblo Liebig, su ejido y localidades rurales cercanas— habitan aproximadamente 55.000 personas en un radio de 10 a 12 kilómetros, cifra que aumenta significativamente durante la temporada turística.
Este conjunto de factores coloca a la región en una situación de Riesgo y Vulnerabilidad, dada la imposibilidad de prever con certeza el alcance de un eventual incidente, la ausencia de sistemas de alerta temprana y la falta de mecanismos de protección efectivos.
Las condiciones descritas, ubican a esta región en situación de riesgo y vulnerabilidad. Además, por no tener el modo, ni la certeza, de qué tipo de consecuencias puede tener una situación imprevista o un hecho negativo, a lo que se debe agregar la incertidumbre de no saber en qué momento pueda generarse, ante lo cual tampoco hay sistemas de alerta ni posibilidad de generar algún tipo de protección, puesto que por las condiciones climáticas dominantes, en minutos pueden ser afectadas las costas argentinas.
A esta situación de riesgo, vulnerabilidad e incertidumbre, se debe sumar la visible alteración del paisaje. Un área que hasta hace muy poco formaba parte del proyecto de Área Natural Protegida, pasa ser una Área de Expansión del Parque Industrial de Paysandú, al modificarse en febrero de 2025 las condiciones de uso de suelo. Una señal clara de que se continuará permitiendo la instalación de otros emprendimientos industriales.
Cabe recordar también que, cuando en febrero se otorgó la Recategorización de suelos por la Junta Departamental de Paysandú, el proyecto no era el mismo que se está considerando en este momento. En julio de este año, la empresa presentó una modificación del mismo, donde se aumentó la producción de 560.000 toneladas anuales de metanol a 876.000 toneladas anuales, y se elevó la altura de las «antorchas» de 40 metros a 80 metros, a lo que debe sumarse 7,50 m de llamas en su extremo superior.
La empresa presenta un plan de mitigación sobre la visualización de las chimeneas desde las costas argentinas, pero se debe tener en cuenta que el emplazamiento de esta planta estaría a cota 20 más los 80 metros de antorchas, las aproxima a los 100 mts en referencia al rio. Es descabellado pensar que este «frente industrial» no sea percibido por el ojo de las comunidades transfronterizas. Más, si tenemos en cuenta, que la Torre de Defensa de la ciudad de Paysandú, ubicada a más de 15 km de la ciudad de Colón, y con una altura de 106 metros, es claramente visible desde las costas colonenses.
Resulta oportuno desarrollar otro tipo de análisis o escenarios futuros qué serán la consecuencia del avance del Pyto de HIF Global.
Consultados diversos especialistas sobre condiciones urbanistas y alteraciones de distinta naturaleza sobre ambientes urbanos, nos indican que, -de realizarse el proyecto según lo establecido hasta el momento, y ante la pregunta de cómo será el comportamiento de los precios de los bienes inmobiliarios, sean estos lotes o propiedades, con la presencia de la refinería- la tendencia es a la baja. Es muy difícil que exista interés por parte de inversores para la adquisición de bienes inmobiliarios, con una industria de estas características a 3.500 m de distancia.
Esta región viene siendo beneficiada en los últimos 30 o 40 años, a través de un crecimiento casi constante y progresivo, con alta generación de empleo, tanto de mano de obra para las construcciones, como para los sectores comerciales afines, y en el crecimiento de la economía en general. Han aumentado de significativamente las ofertas en los servicios para los visitantes o servicios turísticos, encontrándose en una demanda sostenida de locaciones durante las temporadas de verano, como así también en vacaciones de invierno y fines de semana «especiales» e incluso los comunes. La instalación de este proyecto promoverá procesos de desinversión y la consecuente actividad hacia la baja, con sus consecuencias sobre el empleo, las inversiones y las políticas tributarias.
Otro aspecto a considerar es el cumplimiento de exigencias de normas de calidad para el comercio internacional de la producción avícola, vitivinícola, apícola y de nueces, ya que no hay experiencias detectadas sobre condiciones similares de funcionamiento de una industria química de combustibles que armonice con la industria de producción de alimentos.
Claro que no es intención limitar o influir sobre las decisiones soberanas de la ROU, pero tampoco sus decisiones deben generar pérdida de Soberanía Argentina, porque no hay legislación que pueda emitirse del lado argentino, que corrija los inconvenientes de una industria instalada en jurisdicción de Paysandú.
Por último, no se deben dejar de lado las consecuencias profundas que la instalación del proyecto de HIF en Paysandú tendría sobre el desarrollo cultural de la región de Colón, cuya identidad se construye históricamente en relación directa con el río, el paisaje y las prácticas sociales que allí se despliegan.
La transformación del entorno ribereño en un corredor industrial altera no solo la vida cotidiana, sino también los sentidos simbólicos que sostienen festividades, oficios, turismo cultural, circuitos recreativos y expresiones comunitarias vinculadas al agua y al territorio. La imposición de un modelo productivo ajeno a esta matriz cultural constituye, además, una falta de respeto hacia la identidad histórica compartida por ambas orillas, desconociendo la memoria, las tradiciones y la forma en que generaciones enteras han habitado, interpretado y celebrado este tramo del río Uruguay. En este contexto, la amenaza no se limita al ambiente: alcanza a la continuidad de un modo de vida y a la capacidad de las comunidades de seguir produciendo cultura desde su propio territorio
El respeto debe ser recíproco e irrestricto. Las decisiones de un gobierno no pueden poner en jaque la historia compartida de pueblos hermanos.

