Villalba explicó que se dieron cita para entregarle un petitorio al intendente. “Queremos que nos tenga en cuenta para obras publicas como el arreglo de veredas, arreglo de plazas. Somos una cooperativa y queremos que nos incluya. A otras cooperativas les da ese lugar para tener un salario digno y poder llevar el plato a nuestra mesa dignamente”, remarcó.
El MTE está conformado por diferentes ramas: construcción, cartoneros, textiles, pescadores y comedores. Villalba sostuvo que el sector que representa está conformado por albañiles que tienen experiencia en la construcción de comedores y Salones de Usos Múltiples y han realizado capacitaciones al respecto. “Ahora por la SISU estamos colocando tanques en el barrio Llamarada e instalaciones de cloacas, agua y veredas”, mencionó.
El SISU es el programa de Integración Socio Urbana del Estado argentino, cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida en los barrios populares identificados en el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP). El programa se había trabado “cuando asumió este Presidente y por un año y medio se frenó todo”, mencionó. La obra tenía un grado de avance del 60 % y por ese motivo, se tomó la decisión de terminarla. “Ahora se está ejecutando pero, una vez que se termine eso, no tenemos más un trabajo digno para poder llevar algo a la mesa”, recordó.
Malestar en la costa
Por su parte, otro integrante del MTE, José Eduardo Rodríguez, un pescador artesanal, dijo que no pudieron entablar diálogo con el intendente. Sostuvo que vino muchas veces a la municipalidad y siempre tuvieron buen dialogo con los antecesores. Pero no con el mandatario actual. “Dice que somos unos atrevidos. Al contrario, nos ‘patoteó’ ahí. Somos respetuosos y nos gusta ser respetados también”, dijo.
Asimismo, Rodríguez sostuvo que el petitorio contempla el pedido de diversos elementos para poder pescar. Alambres, anzuelos, nylons. Además, consignó que padecieron dos crecientes en el predio donde se levanta el comedor “Pa’l Río” al final de la costanera, donde antiguamente se levantaba el club Caza y Tiro. En tal sentido, dijo que se vende poco. “De a rato no se vende nada. Estamos medio parados con este tema de que no hay trabajo, no hay nada”. Y los costos de funcionamiento son altos. “Se ocupa poco la luz pero viene una fortuna. No nos alcanza para pagar la luz y queremos que nos ayuden con eso”, demandó.
Por otra parte, el pescador mencionó que en la costa argentina, la Dirección Provincial de Recursos Naturales, no les permite pescar con redes para preservar el recurso ictícola, pero ven como del lado de enfrente si la utilizan. Solo se les permite espinel: consiste en una cuerda a la cual se unen, a intervalos regulares, líneas con anzuelos de manera que un solo espinel puede tener diez o más anzuelos. Rodríguez dijo que se les permite 20 anzuelos como máximo. “¿Qué vas a sacar con 20 anzuelos? tenemos que poner 50 anzuelos para sacar tres o cuatro kilos de bagre. Suponiendo que hay bagres pero no hay”, indicó. Eso se deben dijo, a que otros pescadores hacen un “desastre”, en la costa uruguaya y en la Tortuga Alegre.

Ollas que no alcanzan
Gisela, responsable del sector de comedores del MTE, dijo que tenían dificultades en la entrega de los alimentos. Los cuatro comedores (barrio Llamarada, Planta del Campo del Abasto, barrio Sarmiento y barrio San Pantaleón) funcionan tres días a la semana pero les entregan comestibles para una sola jornada. A veces no les alcanza ni para cocinar un día. “Esa es la idea, dialogar con él para que nos complete la olla que necesitamos. Terminamos comprando nosotros los insumos que necesitamos”, dijo. Por ejemplo, en una olla entra 20 paquetes de fideos pero les entregan 15. Por ende, los cinco restantes los deben comprar. Lo mismo sucede con la sal, la leña (deben comprarla con recursos propios para cocinar). Y saben que debe funcionar sí o sí porque si se realiza un control y ese día no funciona, no les entregan más alimentos.
“Que vaya a los barrios y que vea en cada comedor. Entonces va a haber la necesidad. No es lo mismo verlo con una foto; que vaya y haga presencia y va a ver la cola de gente que va y retira un plato de comida”, indicó.
Además, deben realizar rifas u otras actividades que les permita obtener fondos para comprar los utensilios de cocina como ollas o coladores. En la lista de reclamos se encuentra la posibilidad de que se les asigne un sueldo a las cocineras.
A su vez, Gisela planteó que hay ausencia de talleres escolares para los chicos en los comedores. A su vez, en el Centro de Salud del barrio San Pantaleón, ubicada en calle Chile al 2700, no hay médico pediatra ni odontólogo. “No hay nada. Te derivan al centro de salud de La Bianca”, expresó.
No obstante, la mujer dijo que no les permitieron entrar a nadie, salvo Sebastián Bergalio, representante del Movimiento, de ninguna de las ramas mencionadas. Y la intención era que pudiese ingresar un representarte de cada sector para que explique con detalle que necesidades tienen que atender. “No es lo mismo que escuche a uno que escuche a cada representante de cada rama que conocemos el trabajo y las necesidades de cada espacio”, expresó.
El centro y los olvidados
Por último, Villalba dijo que el intendente no se ocupa de los sectores más humildes. “Pero fijate la parte céntrica como esta. Es un lujo”, dijo. “Somos trabajadores y nos excluyen”. “A las personas de bajos recursos no los atiende, pero si viene una persona de acá del centro les abre las puertas y hasta café les sirven”, explicó.
