Mesa sin trabajadores: el Sindicato de la Fruta criticó la reunión sobre informalidad en el citrus organizada por el Municipio, la Provincia y empresarios

Concordia fue escenario este lunes de una mesa interinstitucional convocada para debatir la informalidad laboral en las producciones citrícolas, encabezada por el intendente Francisco Azcué y con presencia de organismos provinciales, cámaras empresarias y productores del sector. El objetivo declarado fue avanzar hacia la regularización del empleo en cosecha, empaque y producción, en el marco del debate nacional por una reforma laboral.

Sin embargo, la ausencia total de los sindicatos del sector encendió fuertes cuestionamientos. Para Alcides Camejo, secretario general del Sindicato Obrero de la Fruta (SOF), la mesa nació “viciada de origen” porque “no se puede hablar de trabajo sin trabajadores. Armar una mesa sobre informalidad laboral y no convocar a los sindicatos es una tomada de pelo, pero la verdad que veo la foto que difundieron de la reunión y no me extraña. Yo le pondría de nombre ‘Mesa de negreros del Siglo XXI’», lanzó el dirigente gremial con la verborragia e irreverencia que lo han distinguido siempre.

Camejo recordó que la informalidad en el citrus es una práctica estructural que el gremio viene denunciando desde hace años: “Acá hay productores con dos y hasta tres quintas que no tienen un solo trabajador registrado, te puedo nombrar entre ellos a la viceintendenta de Concordia, Reta de Urquiza, y a la presidenta de la FECIER, Melania Zorzi. Son los mismos que ahora sonríen para la foto y se sientan a hablar de regularización y de costos laborales”, cuestionó.

Para Camejo, la mesa interinstitucional deja al descubierto la hipocresía central de hablar de formalización mientras se protege a quienes viven de la informalidad. “Si de verdad quieren combatir el trabajo en negro, que empiecen por controlar a los que no registran, a los que no aportan y a los que se enriquecieron durante años pagando salarios en negro. Todo lo demás es relato”.

“Sin sindicatos en la mesa, lo que se está discutiendo no es cómo garantizar derechos, sino cómo acomodar una reforma laboral a medida de los empresarios. Y eso, en Concordia y en el citrus, ya lo conocemos demasiado bien”, advirtió.

Camejo recordó que el sindicato intentó en reiteradas oportunidades avanzar en alternativas concretas para formalizar el empleo, incluso con esquemas ya aplicados en otros sectores como el de la construcción. “Se intentó implementar un sistema similar al de la UOCRA, con un convenio por temporada, alta laboral durante la cosecha y seguro de desempleo hasta volver a tener trabajo. Los empresarios dijeron que sí, firmaron actas, se comprometieron… y después sacaron los pies del plato”, relató.

Según el dirigente, no faltaron propuestas ni voluntad sindical, sino decisión política del sector empresario. “Se buscó la forma de mil maneras. Siempre nos sentamos a discutir alternativas, pero del otro lado lo único que aparece es lo mismo: la explotación del trabajador como variable de ajuste para optimizar ganancias”, afirmó.

Camejo fue aún más lejos al señalar que, mientras los empresarios discuten salarios y derechos, evitan dar las peleas de fondo que el sector necesita: “Nunca los vas a ver peleando en serio por abrir mercados, por políticas proteccionistas, por incentivos, por  implementar tecnologías, acceder a créditos blandos o financiamiento. Eso no. Siempre están en la chiquita, peleándole el salario y los derechos al trabajador”, disparó.

En ese sentido, cuestionó con dureza el contexto nacional señalando que “mientras este gobierno de nefastos les inunda las góndolas con citrus de Israel y de Egipto, los empresarios locales no dicen nada. Se quedan callados frente a las importaciones, pero son bravísimos para ajustar sobre el laburante”.

Alcides Camejo, secretario general del SOF

Obra social, sindicato y aportes que no aparecen

Uno de las críticas apuntó al incumplimiento sistemático de los aportes patronales, tanto a la obra social como al sindicato. “Hay muchos empresarios que se hacen los pelotudos y no quieren aportar. No hacen aportes a la obra social ni al sindicato, y después salen a hablar de informalidad, de planes sociales o de que la gente no quiere trabajar”, disparó Camejo.

“La obra social está funcionando. Está atendiendo a los trabajadores, está ordenando toda la parte administrativa y el último balance lo vamos a presentar, como máximo, el 15 de enero. A partir de ahí queda completamente normalizada, con todos los balances al día”. Y agregó que “funciona al cien por cien, a pesar de los magros aportes de la patronal y del altísimo nivel de informalidad. Desde afuera cuestionan, pero hay que hacer malabares para sostener una obra social cuando los empresarios le falsean los recibos a los pocos trabajadores formalizados y les anotan que trabajan uno o dos días al mes”, expresó el sindicalista defendiendo el funcionamiento de la obra social del sector y desmintiendo versiones que entiende como interesadas.

Un dato contundente que aportó Camejo es que desde 2015 a la fecha el sindicato perdió alrededor de 15.000 afiliados, aunque aclaró que no se trata de menos trabajadores, sino de un cambio en la forma de contratación: “Esa gente sigue trabajando en la cosecha. El problema es que ahora los patrones los emplean a través de empresas de servicios, tercerizan el empleo y los negrean. Es una maniobra para borrar responsabilidades y debilitar al sindicato”, denunció.

En ese marco, Camejo también salió al cruce de versiones difundidas en algunos medios y ámbitos empresariales que hablan de una supuesta intervención del sindicato, algo que negó de manera tajante: “Así como funciona la obra social, también está funcionando el sindicato. Más allá de que algún que otro marginal trasnochado ande diciendo por los medios que el sindicato está intervenido y delirios por el estilo. Para que haya una intervención tienen que notificar, y acá nunca nadie notificó nada”.

“El sindicato está bien, está activo y estamos en un proceso de elección. Lo que molesta a algunos es que sigamos denunciando el trabajo en negro, el no aporte y el negreo histórico de una parte del empresariado citrícola”, aclaró.