El año pasado, los trabajadores comenzaron a denunciar la falta de condiciones operables de la planta donde hay acido sulfúrico o donde hay plomo en el aire. Las condiciones fueron corroboradas por la Secretaria de Trabajo de la Provincia de Entre Ríos. De hecho, desde esa repartición encabezaron una inspección a la planta y los exhortaron a modificar los lugares donde corría riesgo la salid de los trabajadores.
Fademi decidió realizar las modificaciones pero, al mismo tiempo, dejó sin tareas a los obreros que habían denunciado la situación. Además le practicó descuentos a sus salarios por no trabajar. Casco defendió a los obreros al señalar que las condiciones no estaban dadas. “Ahí empezó a escalar el conflicto cuando empezaron con los primeros despidos”, indicó.
Eso sucedió a mediados de septiembre de 2024. “Automáticamente los trabajadores salieron afuera y, de inmediato, comenzaron a despedir más trabajadores por estar adheridos a la huelga”, remarcó. El Sindicato hizo una presentación judicial en un Juzgado de Capital Federal. En febrero pasado, la Justicia determinó que había 25 trabajadores mal despedidos porque estaban en huelga. De inmediato, exhortó a reincorporarlos y pagarles los sueldos caídos. Además, si no cumple tiene que pagar $ 1.500.000 por día en concepto de sanción. La multa corre por cada día corrido se trabaje o no, estando la planta habilitada o no.
Sin embargo, Casco dijo que no se produjo ni la reincorporación ni el pago de la multa. “Estamos hablando de sumas millonarias”. Desde el sindicato intentaron por todos los medios realizar audiencias por el tema con la empresa con resultados negativos. La única respuesta fue traer a un abogado “mediático y payasesco” que lo púnico que quiere hacer es judicializar todas las situaciones laborales. De hecho, mencionó que la empresa quiso colocar cámaras de vigilancia en los postes de servicios públicos Y se las han hecho retirar con los entes públicos que regulan esas actividades.
Mientras tanto, los despedidos se mantienen en el ingreso al establecimiento fabril. Los compañeros les entregan bolsas con comestibles (cada semana por medio les proveen de carne) y además la comunidad que integran los afiliados al Sindicato hacen un aporte voluntario que alcanza para entregarles una suma de $ 700.000 u $ 800.000.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores Químicos y Petroquímicos dijo que el rol de a gobernación en el conflicto fue “deplorable” y el del Ministro de Trabajo fue más deplorable aun. “Dejaron a los trabajadores abandonados ahí”. “El poder político de la provincia de Entre Ríos está siendo funcional a esta empresa y a (Atilio) Benedetti, que es el diputado de Larroque que mira para otro lao y no hace nada”, expresó.
Casco sostuvo que mantuvieron reuniones con el gobernador Rogelio Frigerio, con el ministro de Gobierno, Manuel Troncoso, con el intendente de Larroque, Francisco Benedetti, y hasta con el cura párroco, Carlos Stadler, para abrir el diálogo con los empresarios. “A nosotros nos interesa que esa planta funcione para que el dueño gane dinero y para que el trabajador tenga trabajo”.
La realidad es que, en la actualidad, la plata trabaja a media máquina y no hay controles de ningún tipo. “La empresa tira los efluentes a los canales pluviales. Tiran plomo. Hay una investigación de la Universidad de Concepción del Uruguay que determinarían que había unos animales (perros) que habían muerto por contaminación de plomo”, indicó. “Eso va a la napa. Lo están tirando crudo al medio ambiente”.
Dentro de la empresa, remarco que, dentro de la empresa, los trabajadores deben ser controlados periódicamente para evitar la contaminación con plomo. “Los tienen que aislar del lugar de trabajo para tratar de eliminar la contaminación, si se agarra a tiempo, consumiendo aguas gaseosas”, indicó. Casco dijo que en este momento no hay inspecciones y los obreros trabajan “emplomados”. “Eso estamos denunciando pero nadie hace nada. Todos miran para el costado o alguna conveniencia hay pero no sabemos cuál será”, dijo sin exceptuar a la Justicia ya que tampoco hubo algún fiscal que se interese.
“Es preocupante y no solo para los trabajadores de Larroque. Lo que debe ser en otros lugares de la provincia donde no hay controles ni un sindicato fuerte qué controlen estas cosas. Nosotros tenemos la suerte de poder acompañarlos y hacer visible este reclamo”, dejó en claro.
Por último, Casco dijo que “mientras los trabajadores sigan siendo solidarios, vamos a estar en la puerta”. Y que la situación se prolongará mientras la política nacional y la provincial se los permita. “Con otro tipo de gestión esto no ocurría porque había ministerios nacionales o provinciales que tenían otra actuación. “Nosotros hemos hecho millones de denuncias a todos los entes gubernamentales pero nadie da bolilla. Todos hacen caso omiso”.