A pesar del “ajuste brutal” del gobierno, Nadia Burgos destacó que hay “un pueblo que resiste”

Por otra parte, mencionó que se vive en una sociedad que está “sumamente polarizada”, dividida entre parte de la sociedad que apoya a un gobierno nacional que profundiza un programa de ajuste de ultraderecha -que recorta todos los derechos como laborales, de salud, de educación y ataca los derechos ambientales y de género- y la resistencia que oponen otro sector.

En esa línea, Burgos recordó la movilización del 1° de febrero (Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista,) que fue muy importante que se sumaron a otras que se hicieron a lo largo del año en defensa de las universidades públicas, de los derechos de las personas con discapacidad, etc.

La ex candidata destacó la movida de los trabajadores del Hospital Garrahan que logró un aumento del 60 % del salario básico y “hoy siguen la pelea porque el gobierno le aplicó sumarios administrativos a 45 trabajadores que se aprestan a defender sus puestos de trabajo”. “Es un sindicalismo combativo, con una amplia democracia de base y con unidad de acción en la calle que logró frenar a este gobierno”.

Más adelante, remarcó que los resultados de las últimas elecciones parecían haber fortalecido al gobierno. Sin embargo, destacó que el Congreso no le permite, gracias a la presión popular y la movilización de las agrupaciones sociales y políticas, avanzar como quería con la reforma laboral.

Asimismo, manifestó que el PJ atraviesa una profunda crisis que deviene de gobiernos que “han fracasado”. “Embanderados en la Justicia Social, han aplicado ajustes brutales y han acordado con el FMI. Eso genera una frustración muy grande y un hartazgo en la sociedad”, dijo. Y ahora se manifiesta “otorgándole la gobernabilidad a Milei permitiendo que avancen las leyes mediante las cuales ataca a la clase trabajadora”.  Y puso en la misma bolsa a la CGT y a los grandes sindicatos que “no hacen nada”. “No son una alternativa para la clase trabajadora”, dijo.

Por ello, remarcó que es el momento de que la Izquierda asuma que es el momento de la unidad y de poder producir un salto cualitativo para ser una alternativa de poder.  “El Frente de Izquierda-Unidad debería dar un salto y convertirse en un movimiento político”, destacó.

“Para eso, nosotros, desde el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores) creemos que deberíamos convertirnos en un partido único de izquierda que tenga intervención pero no solo de los cuatro partidos que conforman el Frente de Izquierda-Unidad sino de todos los sectores que, quizás, no se identifican con ninguno de los partidos pero sí con la necesidad de construir un sindicalismo combativo que dé lugar a nuevas organizaciones para las nuevas realidades que tenemos”, añadió.

Burgos sostuvo que el gobierno nacional está alineado con la agenda internacional de la ultra-derecha. “Somos vergonzosamente uno de los pocos países que apoya abiertamente el gobierno israelí genocida de (Benjamín) Netanyahu que está perpetrando un genocidio en Palestina”, dijo.

Por el contrario, sostuvo que quieren un proyecto con perspectivas para los trabajadores, para la juventud, mujeres, los jubilados que han sido uno de los sectores de vanguardia en la lucha contra Milei. “Queremos otro gobierno que parta de la necesidad de priorizar las  necesidades de las mayorías. O sea, de los trabajadores”.

“Hoy los gobiernos está alineados en ver como les siguen garantizando ganancias a los sectores concentrados, minoritarios y parasitarios como en Entre Ríos es el agro-negocio”, sostuvo. Burgos apuntó contra el modelo agrario que permite fumigar con agro-tóxicos a 100 metros de distancia de los hogares rurales.

También puso en la mira la ley de blanqueo denominada de Inocencia Fiscal que “abre las puertas al sector del crimen organizado poniendo más en peligro la democracia del país”.

En otro tramo, mencionó que el aval que obtuvo el gobierno parte de una base minoritaria. “Incluso la base electoral es una base minoritaria en términos reales. Si uno mira la cantidad de gente que fue a  votar, la cantidad de votos positivos al gobierno es un 30 %”.

El 60 % restante rechaza las políticas del gobierno.   ¿Cómo se las rechaza? Burgos dijo que las instituciones están atravesando una crisis de representatividad “muy grande”. “La CGT hoy no convoca a movilizarse; se sienta a negociar con el gobierno porque es parte del problema”, expresó. Por ello, remarcó que las manifestaciones más masivas fueron espontáneas, como la del 1° de febrero, y están alejadas de las centrales sindicales tradicionales. “Así como la sociedad cuestiona a la casta política, también hay que comenzar a cuestionar a la casta sindical”.

“Por eso, para nosotros, es mejor convocar desde un sector más democrático,. Y eso empieza desde las históricas reivindicaciones y los históricos métodos de los obreros que nos han permitido conquistas los derechos que hoy se están poniendo en tela de juicio. Hay que organizar asambleas de base en los lugares de trabajo. Ir de abajo hacia arriba y empezar a pensar en un nuevo sindicalismo más combativo”, destacó.

En los sindicatos que promueve la izquierda, los secretarios generales solo podrían ser electos por dos mandatos y luego deberían volver a sus lugares de trabajo, cobrar la cuota sindical en los lugares de trabajo, etc. “Hay que hacer una transformación sindical que realmente devuelva esa herramienta a los y las trabajadoras”, sostuvo.