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Maldición eterna a los zurdos ambientalistas que impiden el progreso de la humanidad

A medida que se acrecienta la voracidad por los recursos naturales de nuestros paĆ­ses el discurso posverdad (recordamos: ā€œDistorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pĆŗblica y en actitudes sociales.ā€) se relanza cotidianamente, cada vez con mĆ”s ferocidad, en los medios de difusión que controlan, los propietarios de casi todo. Y el lenguaje que instalan con la escalada de odio aumenta en la misma medida en que las verificaciones cientĆ­ficas van confirmando las peores sospechas y transformĆ”ndolas en verdades comprobadas por la ciencia.

Guillermo Luciano

25 marzo, 2024

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8:54 am

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AgradeciƩndole a Manuel Puig, facilitarnos el tƭtulo para la nota, proponemos como ejemplo de lo afirmado, lo ocurrido con el glifosato:

Aniquilaron la ā€œsubversiónā€, ahora vienen por el remanente que les molesta: los ā€˜ambientalistas’, aquellos que tratan de ponerle algĆŗn freno a su codicia irracional.

Sabemos que este subtĆ­tulo es polĆ©mico, pero cuando afirmamos que fueron exitosos en el cumplimiento de la orden impartida desde un gobierno ā€˜peronista’, (para los desmemoriados, el de Isabel Perón) lo decimos porque hoy han desaparecido de la realidad polĆ­tica los ā€˜subversivos’, o sea aquellos que querĆ­an -segĆŗn la RAE: ā€œCambiar el orden establecidoā€.

FĆ­jense que, en la Ćŗltima contienda electoral, el pueblo debió elegir entre dos opciones, la primera un Ā“capitalismo bueno’ la que proponĆ­a Massa cuando ingenuamente Āæ? pedĆ­a a los empresarios que fueran sensibles, que tuvieran compasión de los desposeĆ­dos y pobres en general (o algo mĆ”s o menos asĆ­). Un exhorto que hemos escuchado en los Ćŗltimos 40 aƱos en repetidas oportunidades, la primera AlfonsĆ­n, la Ćŗltima a Alberto el bueno.

La segunda opción: el capitalismo feroz, irracional, que se devora sus propias entrañas, que es la que estÔ ejecutando Milei, cumpliendo el rol que le diseña su macriavélico conductor, y detrÔs de bambalinas, los Rocca, los EurnekiÔn y el resto de los feroces carnívoros que comparten, con el hocico ensangrentado, el festín de nuestras vísceras que estÔn fagocitando aquí y ahora.

O sea, ratificando lo afirmado: ya no hay subversivos, nadie quiere subvertir el modelo de sociedad que transitamos, en todo caso algunos que quieren ā€œhumanizarloā€ (SIC), pero no cambiarlo.

Y entonces, para jorobarles la vida, llegaron los ambientalistas.

El mismo escenario se repite en los cuatro puntos cardinales: mega empresas, controladas por un grupo poco numeroso de financistas sin patria ni bandera. Solo para Ejemplificar: Larry Fink, el que controla Bayer, Monsanto, todo el litio argentino, los principales bancos privados del paĆ­s, etc. Vienen, en nuestro territorio por los recursos naturales, o sea la fertilidad remanente, los acuĆ­feros y los minerales de nuestra cordillera. Y cuando los pobladores se revelan porque estĆ”n avasallando su derecho a una vida sana sin contaminación, sale a ā€œaniquilarlosā€ como ya hicieron, mĆ”s que exitosamente, segĆŗn relatamos pĆ”rrafos atrĆ”s, con quienes querĆ­an cambiar el orden establecido, hace medio siglo.

La ā€œbatalla de GualeguaychĆŗā€ en la defensa del humedal destruido por especuladores inmobiliarios
En el mundo de la ciencia no existen dudas acerca de la importancia capital de los humedales para la calidad de la vida vegetal y animal, especialmente la del ā€˜animal humano’.

Prueba de esto es que hace ya mÔs de 50 años, en 1971, se firmó el Tratado Ramsar, entre los principales países del planeta, entre otros: Gran Bretaña, Irlanda del Norte, México, España, Suecia, Australia, Noruega, China, Italia, Países Bajos, Japón, Argelia, Francia, Ucrania, incluyendo a nuestro país-

La Convención Ramsar sobre Humedales, tiene por objetivo promover acciones nacionales y la cooperación internacional para la conservación y el uso racional de los humedales. Entre otras razones porque son primordiales para la preservación de la calidad del agua dulce, la formación de los acuíferos subterrÔneos, y la preservación de la biodiversidad que albergan.

En Argentina, uno de los países del hemisferio sur, con mayor diversidad de humedales a proteger existen, hasta el presente, 23 Sitios Ramsar, que abarcan una superficie total de 5.687.651 hectÔreas, algo así como la tercerea parte de la Mesopotamia, territorio que aloja muchos de los mÔs valiosos del país. Entre los que se encuentran los comprendidos en el sur de la provincia de Entre Río, que luego de Corrientes es una de las mÔs beneficiadas con estas formaciones naturales. Incluso, en esta última, se encuentra el segundo mayor humedal sudamericano, los Esteros del IberÔ, que sigue en importancia al Matto Grosso, el humedal mÔs grande del mundo, ubicado en la región sur de Brasil, alcanzando en sus extremos hasta Paraguay y Bolivia, con una extensión total de 340 500 km². Es posiblemente el ecosistema mÔs rico del mundo en biodiversidad de flora y fauna.

 

ā€œCASO AMARRASā€ un caso emblemĆ”tico de demonización de los ambientalistas

Repetimos, para no discutir con cabezas de termo, que ā€˜Amarras’ no inventó las crecientes sobre GualeguaychĆŗ, pero tal lo demostrado por la Ciencia (la Universidad Nacional de La Plata), los Jueces locales que intervinieron en la causa, y final y lapidariamente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la destrucción de este enorme humedal protegido, potencia y magnifica el flagelo de las mismas sobre los pobladores locales.

Pero ocurrió, que, con la complicidad de funcionarios mendaces, ignorantes y corruptos, Ud. póngale el calificativo que le corresponda a cada uno de los que intervinieron en la causa, el nefasto proyecto siguió adelante, hasta que finalmente la Ciencia y la Justicia, le pusieron un freno definitivo. Pero es tanto el poder del dinero, que sus promotores estÔn tratando de revertir lo irrevertible: un Fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Y en el camino nos explican lo inexplicable: que en realidad todo es un malentendido provocado por la versión moderna de los ā€œsubversivosā€: los ā€˜malditos ambientalistas’ que con sus delirios (SIC) impiden el progreso económico e interrumpen el trĆ”nsito hacia la felicidad eterna al que nos estĆ”n conduciendo con el modelo de sociedad que ellos lideran, ya sin el freno de los ā€˜capitalistas humanistas’ (SIC), que en la actualidad, estĆ”n lamiĆ©ndose sus heridas y considerando, disimuladamente, las oportunidades que tienen de sumarse al modelo vencedor.

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