En el encuentro, los padres esperaban que Barrios trajese un informe donde diese cuenta del inicio de obras. El martes, a las 12 del mediodía, estaba programada la asamblea desde la semana pasada. Pero el viernes recibieron un correo desde la Departamental de Escuelas donde les indicaban que la reunión debía realizarse a las 18:15 por la nueva resolución que impide asambleas escolares en los horarios de clases. Degani sostuvo que la resolución apunta a las asambleas gremiales, no a las reuniones de padres.
De cualquier forma, los volvió a citar a las 18:15. Volvieron a esa hora pero “no apareció nadie”. Una persona tenía el celular de Barrios, le envió un mensaje y la repuesta fue que estaba reunido con funcionarios del CGE (Consejo General de Educación) de Paraná porque nadie le había confirmado que se había cambiado el horario. Degani explicó que el correo no tenía pedido de confirmación sino que era “como una orden” exigiendo que se modifique el horario. “Le pusimos ‘recibido’ al correo después de que los padres nos dijeron que iban a venir” nuevamente a la tarde.
En consecuencia, los padres fueron hasta la escuela en dos oportunidades y se debieron volver con las manos vacías. Mañana irán un grupo de cuatro o cinco mayores hasta Departamental de Escuelas para reunirse con Barrios. Quieren saber qué novedades hay en la tramitación de las reparaciones.
La directora deduce que hay algo más detrás de sus ausencias. “Para mí no quiere venir porque la última reunión que vino trajo un listado de lo que hay que hacer en la escuela: cambio de pisos, de techos, arreglo de baños y de comedor en una hoja sin firma ni nada. Solo el logo de la Cafesg arriba, y los planos de los relevamientos de lo que hay que hacer en la escuela. Eso no es nada”, expuso. También habían pedido que lo acompañara a Barrios algún integrante de la conducción de la Cafesg pero tampoco vino nadie.
En la escuela siguen dando clases en forma rotativa. Un primer grado que va ocupando un día a la semana, las aulas de segundo, tercero, cuarto y así sucesivamente. La decisión se adoptó por la rotura del cielorraso de dos aulas. Cuando llueve es casi imposible ocuparlas por las filtraciones existentes.
La directora explicó que les ofrecieron ir a otro establecimiento escolar. Pero los padres se niegan a que sus hijos concurran a un edificio alejado mientras no comiencen las obras porque no tienen certeza respecto de cuando se realizarán las refacciones. Incluso, desconfían de que el traslado se realice para que se termine el conflicto y que los estudiantes pasen meses en otra escuela sin que se realicen las reparaciones. «Ninguna escuela se mudó antes del inicio de las obras», acotó. «No tenemos número de expediente; no tenemos nada. ¿Cómo nos vamos a ir?», se preguntó.
Degani sostuvo que los problemas se suscitan los días de lluvia y los posteriores por la humedad que queda en el ambiente. Pero cuando hay jornadas de sol se pueda dar clases sin inconvenientes. No es que «se va a caer el techo».
Por último, Degani dijo que el miércoles próximo habrá una nueva asamblea, a las 12 del mediodía, con la información que Barrios les suministre mañana.