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UN PLAN SOLAMENTE DE AJUSTE: Una dinĂ¡mica adversa
Las diez medidas que ha anunciado el nuevo ministro de economĂa de la NaciĂ³n, Luis Caputo, no es mĂ¡s que un paquete que implica decisiones fiscales inconexas, incompletas, recesivas, que no van a lograr ninguno de los fines que intenta conseguir, sino mĂ¡s bien, todo lo contrario. Sin perder la capacidad de asombro, el ex viceministro de economĂa de Sergio Massa, Rubinstein, declarĂ³ que ¡harĂa lo mismo!!!

(Por Roberto Domingo, Alejandro Di Palma y Rubén Pagliotto)
Un anĂ¡lisis objetivo de lo que viene ocurriendo es que las polĂticas econĂ³micas aplicadas son sĂ³lo diferentes en sus formas, pero idĂ©nticas en su verdadera esencia y en sus resultados finales, porque desembocan en crisis muy similares al no atacar las causas de los problemas. Es recurrente el error, grave, por cierto, de confundir los sĂntomas de la enfermedad con la causa que la genera.
El perĂodo populista (1), inmerso en una desenfrenada inflaciĂ³n, emisiĂ³n monetaria espuria, pĂ©rdida del poder adquisitivo del salario, devaluaciones, crisis del pequeño y mediano productor y debilitamiento de toda la base productiva del paĂs, trasladan sus deletĂ©reos efectos rĂ¡pidamente al resto de los quehaceres sociales primarios, como seguridad, educaciĂ³n y salud.
La fase liberal, repite todo lo anterior mĂ¡s rĂ¡pido, y el desacople con la realidad de la polĂtica econĂ³mica que pretende aplicar es asombroso. Es el momento del ajuste feroz.
Los resultados del pĂ©ndulo populista-liberal son gravĂsimos, sus consecuencias muchas veces impredecibles en cuanto al daño al tejido social.
La realidad muestra, muchas veces, que los actores junto a la clase dirigente se muestran absolutamente incapaces frente a los problemas gravĂsimos de fondo de la realidad nacional y provincial.
Desde aquĂ, observamos que es nuestro deber denunciar las gravĂsimas consecuencias depredadoras de la polĂtica econĂ³mica que se pretende llevar adelante.
Insistimos con deliberada y necesaria repitencia, que las medidas anunciadas no manifiestan ni mencionan, siquiera tangencialmente, una preocupaciĂ³n hacia la necesaria inversiĂ³n para desatar el potencial productivo.
Ver y considerar el problema fiscal (que existe) como la causa de todo mal, desacoplĂ¡ndolo del resto de los componentes de la crisis, darĂ¡ como seguro resultado el mĂ¡s rotundo fracaso, provocando inconmensurables daños en el tejido social.
Ninguna variable real de la economĂa intenta ser manipulada por la nueva administraciĂ³n: inversiĂ³n, salarios y jubilaciones, producciĂ³n, PBI.
Resulta cĂ³mico y hasta ridĂculo, creer que para que los precios bajen, es decir, para que se experimente un ordenamiento de los precios relativos de la economĂa, sea necesario que el dinero no alcance y, por tanto, al no existir demanda de bienes, Ă©stos comienzan a bajar. Es como decir, permĂtasenos la grotesca, pero grĂ¡fica comparaciĂ³n, primero te matamos para luego revivirte.
Por lo tanto, concluimos que volvemos a estar en manos de alquimistas financieros.
Y cuĂ¡les son, entonces, las caracterĂsticas fundamentales de estos planes aparentemente novedosos:
- Achicamiento del salario: trae como resultado inmediato la compresiĂ³n del mercado interno, produciendo menos consumo y quiebra de ramas enteras de productores y comerciantes. Y a la vez, como consecuencia de esto, habrĂ¡ menos trabajadores.
- RestricciĂ³n del crĂ©dito: Populistas y liberales, con la misma idea de cĂ³mo combatir el fenĂ³meno inflacionario, utilizan la recesiĂ³n, impidiendo el acceso a los medios financieros para cristalizar los proyectos. Tampoco advierten que, la recesiĂ³n, no deja ningĂºn margen para disminuir el gasto pĂºblico.
- Fortalecimiento del modelo agro exportador: nuestra condiciĂ³n objetiva, es la de proveedores de materias primas y consumidores de productos industriales. Esta realidad indiscutible, implica una situaciĂ³n para el 20% de los argentinos y para el resto la inmersiĂ³n en el subconsumo o la pobreza extrema. Por esta razĂ³n, para escapar de esta realidad, sĂ³lo media la intervenciĂ³n deliberada del movimiento nacional (dirigentes, empresarios, trabajadores, etc.) para superar esta condiciĂ³n. De continuar en esta senda decadente, los ricos y clases privilegiadas serĂ¡n cada vez mĂ¡s ricos y desaparecerĂ¡ la clase media y habrĂ¡ un ejercito interminable de pobres.
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Siendo los componentes del costo total en la producciĂ³n de bienes y servicios en general, las materias primas, el salario y los llamados costos generales de fabricaciĂ³n (donde se incluyen las amortizaciones de los bienes y otros costos generales), esta fuerte devaluaciĂ³n anunciada con una divisa (dĂ³lar) a $820 que se trasladarĂ¡ rĂ¡pidamente a precios, con un dĂ³lar mĂ¡s caro y con mĂ¡s impuestos para las importaciones que utiliza nuestra industria, y con el encarecimiento de las tarifas energĂ©ticas y los transportes, debemos concluir que serĂ¡ una vez mĂ¡s EL SALARIO LA VARIABLE DE AJUSTE.
Otra vez, como viene ocurriendo hace demasiado tiempo, se utiliza este mĂ©todo negativo para toda nuestra economĂa domĂ©stica.
El desconocimiento de la importancia del salario como expresiĂ³n en dinero del costo de la fuerza laboral y del sostenimiento del mercado interno, a travĂ©s de la compresiĂ³n del consumo, del ajuste, de la menor demanda interna, deprimiendo ese ingreso de los trabajadores por debajo de las posibilidades de atender las necesidades mĂnimas, se destruye a su vez, en el mismo acto de locura, la producciĂ³n, la inversiĂ³n y el desarrollo, en definitiva, el nĂºcleo generador de la Ăºnica riqueza social posible que es el trabajo humano.
- Populismo: entendido como la polĂtica econĂ³mica que antepone el hecho social, al hecho econĂ³mico, pretendiendo repartir la riqueza y la renta antes de crearla. Nunca como un movimiento popular.
