RADICALES Y PERONISTAS A PUNTO DE DAR EL PORTAZO
Los partidos con territorio, con historias épicas, con militantes que han sido ejemplo de lucha como el radicalismo y el peronismo, tienen serios inconvenientes para ordenar la tropa. La rosca que los “conduce” está en otra, carecen de otra aspiración que la de medrar con dinero público, acomodar a la familia, hacer negocios y seguir atornillados en sus cargos a como dé.
Pero a esa estirpe de acomodados les aparecieron claramente las disidencias en una y otra facción: cuestionamientos de un orden distinto a lo puramente electoral. No pelean por un lugarcito en las listas: se trata de algo más profundo, se trata de principios, de propósitos. Quizá sea tiempo del tercer Movimiento Histórico. Hoy está todo muy mezclado como para decir que en uno y otro partido están los que piensan igual o parecido. Eso es historia.
Hacía tiempo que a ese militante de ideas y convicciones no se lo despertaba en Entre Ríos, y ahora se comienza a ver. Están apareciendo tímidamente. No sabemos si finalmente jugarán fuerte, sí se sabe que se están despabilando y que de ahí puede resurgir “el gigante dormido” que no es más que el proyecto de una provincia pujante y la convicción de que es posible solo si pensamos en ella y su gente, más que en nosotros mismos.
Así debieran ser los nuevos dirigentes. ¡Algo que no se hace! ¿Desde cuándo? ¿Existen aún?
Y ojo: no hablamos solo de la política. También de los sindicatos, de los movimientos sociales, de las orgas vecinales, de las organizaciones estudiantiles… o sea, de todo lo que nos ha llevado a este desastre de angurrientos e impresentables.
Todo esto necesita de una nueva representación que sinceramente y con orgullo exprese los anhelos perdidos, la vieja y ya casi olvidada mística militante.
En el pejotismo, “la runfla” le cerró la puerta a la democracia (motosierra a las urnas, estilo Milei). Ni Congreso, nada.
En el radicalismo no es muy diferente. El Congreso que acaba de ocurrir tampoco quiso discutir lo importante.
Benedetti con Milei
No es descabellado pensar entonces que esa masa, obligada por las circunstancias, resuelva generar alguna opción para los decepcionados y para aquellos que necesitan gente que se juegue por las ideas, no por la plata, ni por el cargo, ni por nada que no sea defender en serio las ideas sin transar.
¿Cómo hacen, si no, aquellos a quienes se les cierra la puerta? NO VOTAN, como ha pasado. ¿Y quién se hace cargo de esto, de la democracia, de la participación? ¿O acaso a ese problema no lo sentimos como nuestro? Así nos va por pensar así. Se acusa a los de enfrente de olvido. ¡Ajá! ¿Y por casa cómo andamos? Pensando así, repitiendo la misma cantinela. Si no, no les creemos.
Al parecer, la cosa está en movimiento. Hay interés y se está juntando gente alrededor de esta idea.
NECESARIO: PENSAR EN HOY, PERO TAMBIÉN EN MAÑANA
Hay que pensar en el mañana, que no es solo sacarse toda esta cochinada de encima, sino garantizar que lo que haya que hacer cuando se esté en el poder se haga. Y para eso hace falta compromiso, ideas que movilicen y generen entusiasmo.
Ese objetivo, con representantes que no tengan muertos en el ropero y estén dispuestos a pelear.
Es posible volver al amor, salir del odio, salir de esta locura. Pero para eso hace falta esa naturaleza humana medio perdida, que es ser capaz de jugarse por una idea.
Lo contrario es seguir en el mismo andarivel que nos trajo hasta aquí.
El argumento de aquellos que dicen que hay que votar al peronismo aunque no creamos en los que nos van a representar —la idea de que pierda el oficialismo, de que no hay que dividir el voto, y bla bla— es pura cháchara escuchada hasta el cansancio. Lo mismo para aquellos que insisten con ponerle un clavo al cajón del kirchnerismo. Si ya sabemos: después van y votan con ellos. Si no, pregúntenle a Bordet cómo hacía con las leyes de Macri.
¡Falacia pura! Para ganarle a Milei y esta banda, es necesario ser la contracara de todo esto. Y la runfla es más o menos lo mismo. ¿O acaso ve alguna diferencia entre Frigerio, Michel, Bahl?
El Pejotismo entrerriano con Diego Bossio, el diputado que fracturó a la oposición en la era Macri
Días pasados, el peronista ganador de Rosario, Juan Monteverde, adjudicó una frase a Margaret Thatcher, la Dama de Hierro, la que nos hundió el Belgrano. Dicen que cuando le preguntaron sobre su mejor legado, dijo: “Hacer que nuestros contrarios se nos parezcan”. O sea, lo que viene pasando desde 2015, que fue cuando se dio vuelta la taba. Porque hasta allí, era lo nac & pop lo que había ganado terreno. “No sacaremos nada de todo lo bueno que se hizo”, Macri dixit. Y todo eso era la AUH, YPF, Aerolíneas, trabajo, salarios dignos, etc. ¿Se acuerda? ¡Pobreza cero, inflación de un dígito!… y nos dejó así.
Porque no venían para eso. Lo anticipó la líder más perseguida en estos 40 años: “No vienen por mí, vienen por ustedes”, le dijo al pueblo argentino en Plaza de Mayo, repleta, despidiéndola.
No hace falta repetir que NO ES MAGA. Los conoce, los conocemos. Incluso los que se pasaron de bando para “agarrar algo”. Si no quiere creerme, está en su derecho, pero haga una pasadita por las calles de Concordia y verá qué lindas casas se hacen algunos funcionarios actuales que vinieron a dar el ejemplo.
MATAR O MORIR
Hace poco se cumplió un nuevo aniversario de aviones argentinos tirando bombas en Plaza de Mayo y matando a centenares de niños, jóvenes, madres, abuelos, para derrocar un gobierno al que no lograban derrotar en las urnas. Y así podríamos seguir dando ejemplos. Se sabe.
El punto viene a que hoy estamos hablando de otra cosa. Argentina siempre fue un país solidario. Nuestra Constitución lo es: “para todos aquellos que quieran habitar este suelo”. Pero hoy vemos que a un gran sector de la juventud no le pinta esto. Una nueva generación que pareciera gozar con el padecimiento de otro. De lo contrario, no apoyarían esto.
Insistieron tanto con demonizar la consigna “la patria es el otro” que ahí están los resultados. Quizá no sea tan estúpido pensar en la frase, en su significado profundo. No importa quién la dijo.
A los quebrados, a los insistidores del “no se puede”, habría que interpelarlos. Preguntarles cómo se pudo lograr esta maldición insoportable y no se puede lograr algo beneficioso para las mayorías.
3 comentarios
Margarito
Es muy importante poner en debate público el sentido de la política verdadera porque como no-ciudadanos hemos perdido la noción de ella. Nos corrieron el escenario de tal modo que pensamos que política es acusar al otro. Los discursos acusatorios han reemplazado a los discursos políticos. ¿Y de la política quién se ocupa? Eso tiene una traducción en las urnas últimas (desde un lustro atrás). No por los resultados de votos emitidos, sino por los no emitidos. El hartazgo ha espantado. ¿Habrá sido intencionadamente y estudiado espantar a la gente de las urnas? Eso sería política, por supuesto, de los que pueden. Un viejo barbudo decía que los únicos que tiene conciencia de clase es la burguesía (aunque suene a viejo sigue siendo real). La vuelta del discurso político en boca de las bases es percibido como peligroso. Por eso hay que estimularlo. No hay nada más fascista que un burgués cagón.
Una sola pregunta se hace más y más presente!
Me vuelve la frecuente pregunta saber si Cristina jamás estuvo al tanto de todo esto …..
Hace décadas están sumidos
Que diferencia!
Es lo que queda en políticos vendidos de lo que sus amos dejan caer de la mesa!