Si este aparato que tira aire caliente fuera un arma me volaría los sesos ahora. A veces
imagino que pasaría si se entera mi padre, si se enteraran mis amigos. Todo lo que hago
para pagar sus deudas.
Mirá como estás! Flaca, blanca, ojerosa, que horrible ser humano. El único color que
tengo es el amarillo de la bombacha y el bordecito del camisolín. Espero que este no se
queje. Estoy harta de estos tipos, que desagradable fue el último. Casi vomito cuando
estaba arriba mío, que horrenda imagen. ¡Quiero borrarla!
¡Dios! Decime cómo salir de acá, de este baño, de esta habitación de hotelucho de
cuarta. Todo tiene olor a sexo.
Siento rechazo de mi misma, pobre este cuerpo, ¿me pertenecerá o es propiedad de los
que se subieron a montarlo? Ni mil baños de agua bendita lavarán la culpa que siento, la
tristeza que me destroza el alma.
Ya no se quien soy, ni a donde voy, estoy perdida, sin brújula.
¿Será que alguien me amarará algún día sabiendo de mi historia, de mi vida? ¿Existirá
algún hombre que me vea, que me mire, que me abrace, que me de amor sin tratarme
como un pedazo de carne servido en la mesa? A veces siento que soy eso, trozos de
carne despedazados arriba de la cama.
Mamá perdóname, no puedo ser como vos. Ya no puedo, estoy contaminada, podrida
por dentro, nada bueno puede salir de mi porque estoy supurando.
Creo que hoy es el ultimo día, ya no quiero respirar más, no soporto más vivir así, me
duele el cuerpo, me duele adentro, me quiero morir. ¡Si! ¡Hoy lo hago! ¡está decidido!
Bueno, será otro día, sonó el portero, llegó el siguiente.