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domingo 15 de diciembre de 2024
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Director: Claudio Gastaldi
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Nota escrita por: Sergio Brodsky
domingo 11 de agosto de 2024
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La Fiebre de Werther: Suicidios y Medios de Comunicación

Goethe tenía 24 años cuando conoció a Carlota Buff y se enamoró perdidamente. Carlota, sin embargo, estaba comprometida con Alberto y rechazó los avances del poeta, lo que llevó a Goethe a un estado de profunda depresión con ideas autodestructivas. En lugar de atentar contra su vida, decidió canalizar su dolor escribiendo una novela basada en sus desventuras amorosas. Esta obra, que en ciertos momentos lamentó haber escrito, es un notable ejemplo del poder terapéutico de la escritura.

“Las penas del joven Werther” es una novela semi-autobiográfica que reproduce con mínimas variaciones la historia del desengaño amoroso que vivió Goethe. Los personajes en la novela se llaman, sin rodeos, Carlota y Alberto, igual que en la vida real. Esta similitud causó graciosas consecuencias para los implicados reales, quienes recibieron críticas al ser identificados por el público como los modelos de los personajes. Werther, el protagonista de la novela, es un joven idealista que se enamora de Carlota. A diferencia de la Carlota real, la del libro no rechaza directamente las aspiraciones de Werther, sino que lo envuelve en un mar de ambigüedades que alimentan sus esperanzas mientras lo confunden. La tensión del triángulo amoroso llega a ser insoportable, y Werther declara: “Uno de los tres debe morir”.

En una escena de extraordinaria profundidad psicológica, Werther, herido fatalmente en su amor no correspondido, manda a pedir las pistolas de Alberto para ir de caza. Carlota, aunque sospecha sus intenciones, guarda silencio. Finalmente, Werther pone fin a su vida ante la desesperación de un amor sin respuestas.

Los efectos de esta novela fueron decisivos, no solo porque lanzó a Goethe a la fama internacional (incluso Napoleón confesó que era su libro de cabecera en el campo de batalla), sino por las consecuencias insospechadas que tuvo en toda Europa. Decenas de jóvenes se identificaron con Werther, imitaban su estilo y, en muchos casos, se suicidaron del mismo modo. Tal fue la magnitud del fenómeno que varios países prohibieron la circulación de la obra.

Es evidente que las causas del suicidio no son simples y suelen derivarse de múltiples factores que los hacen complejos e indeterminados, más allá de los desencadenantes superficiales. El contexto del racionalismo moderno, que ofrecía a los jóvenes un futuro como simples engranajes de la producción, desestimando sus emociones, influyó en el fenómeno provocado por la novela. Sin embargo, la identificación y mímesis con el protagonista tuvo un papel relevante en estas conductas de contagio.

Este fenómeno es tan real que, ya en la segunda mitad del siglo XX, el sociólogo estadounidense David Philips acuñó el término “Efecto Werther” para describir el aumento exponencial de suicidios tras la cobertura sensacionalista de grandes diarios. Con esta información, la OMS comenzó a sugerir a los medios de comunicación un enfoque más ético y responsable al reportar estos casos: no publicar en portada, no divulgar el método, no incluir fotos, evitar sancionar el suicidio como solución y no simplificar las causas.

A pesar de que esta información es de dominio público, lamentablemente algunos diarios siguen priorizando sus mezquinos beneficios por encima de la responsabilidad con la comunidad, alimentando una actitud morbosa hacia el sufrimiento psíquico ajeno. A esos medios les rogamos un mínimo de sensibilidad frente al dolor desgarrador que sufren los afectados, especialmente las familias, y un mayor respeto hacia las víctimas. Un escenario diferente sería posible si esos medios lamentaran estos penosos acontecimientos, difundiendo información preventiva y recursos asistenciales.

En contraste, en nuestra provincia, varias localidades han creado redes de solidaridad para prevenir el suicidio. En Paraná, el psicólogo Jorge Levín; en Villa Elisa, el voluntariado “No estás solo”; en Chajarí, el grupo “S.O.S VIDA”; en San Salvador, el grupo “Hay salida”; y en Federal, “Acción por la vida”. En Concordia, “Lazos en red” promueve consultas de orientación y charlas gratuitas de prevención, talleres de expresión para adolescentes (Verónica Bordagaray) y de tejido (Silvia Fernández) para la contención de personas en situación de vulnerabilidad

Sería deseable que ese ejemplo, el de los vecinos que se comprometen solidariamente con la ayuda de sus vecinos, puedan tomar esos medios que desnudan, en un afán de espectacularidad, la intimidad de sus sufrimientos, impulsando así modelos crueles de relación con los mismos. “Acción por la vida”, por ejemplo, un voluntariado recientemente creado por ciudadanos de Federal, realizó el viernes pasado una entrega de folletos informativos de prevención en un barrio y hoy concretarán una mateada, como espacio para la socialización y el diálogo en la Plaza “América Latina”, sobre todo un domingo, esos días que no resultan tan fáciles de afrontar, y como estímulo de abrir espacios sociales y comunitarios como paradigmas de una buena salud mental colectiva.

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