En la última encuesta que hicieron referida al primer semestre del año, indica que un 66,7% de las empresas encuestadas manifestaron que el consumo de energía tiene una alta incidencia en los costos de funcionamiento. «Es uno de los grandes problemas que tenemos. Sobre todo, para darle competitividad a los sectores empresariales locales con respecto a otras ciudades, a otras provincias», mencionó.
La competencia ya no es entre comercios locales sino con las empresas que venden por Internet. El último fin de semana, durante la celebración del Día del Niño, Lampazzi sostuvo que se notaba en la calle a las camionetas de las empresas que se encargan del reparto de la firma más importante de venta online del país, que recorrían incesantemente la ciudad cuando, en general, ese día no trabajan. Lampazzi sostuvo que es una modalidad que se va imponiendo año a año en forma «irreversible e inexorable», impulsada por los sectores más jóvenes pero que va ganando adeptos en franjas etarias de más edad. «Todos compramos», admitió. Incluso, la competencia es foránea ya que se permitió a plataformas internacionales poder trabajar en el país.
Lampazzi dijo que una empresa con sede en Concordia podría aprovechar las plataformas de venta online para ofrecer sus productos. Pero el problema son los costos de producción. «Nuestros costos son mayores y eso nos deja fuera de mercado», sostuvo.
Una empresa concordiense que compita con otra bonaerense, santafesina, cordobesa o porteña debe estar en igualdad de condiciones respecto de sus costos. Pero si debe abonar la energía eléctrica más cara o debe afrontar una mayor carga tributaria, queda fuera de carrera. «Necesitamos costos mínimamente similares. Y ahí es donde el valor de la energía tiene tanta importancia», remarcó. Es más, el costo de la logística es mayor ya que deben transitar rutas en mal estado, tal como la Autovía 14 o muchos tramos de la 18.
Más adelante, Lampazzi sostuvo que fue la región del lado argentino y uruguayo la que tuvo la visión estratégica y peleó por la instalación de la represa. «Iba a traer desarrollo, pero no solo no trajo desarrollo, sino que produjo una involución importante», destacó.
De hecho, remarcó que si hoy quisiese instalarse otra Masisa (Egger en la actualidad) en Concordia, tal como a mediados de los 90, no podría. «No hay energía para brindarle», remarcó. Lampazzi sostuvo que no se han hecho inversiones para que eso suceda. De todas maneras, dijo que es un «lujo» el servicio comparado con ciudades donde la distribución está en manos de Enersa, a la que definió como una empresa que no es deficitaria porque aumenta la energía para que sus cuentas no queden en rojo, por lo que «nos sale carísima para los entrerrianos». «En Federación o Federal, enchufás una heladera y se te corta la luz», dijo. Lo que ha sucedido es que se ha incrementado la demanda pero no la red eléctrica en muchas de esas ciudades. «Cada vez hay más aparatos, más demanda de energía, pero no se han hecho las inversiones necesarias para acompañar todo esto», dijo.
Aunque parezca inverosímil, desde la entidad intermedia recomiendan a sus socios -en una ciudad ubicada a 15 km de una represa hidroeléctrica- invertir en paneles solares. Si bien no hay demasiado financiamiento para esas inversiones, dijo que el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) está apoyando con créditos a empresas importantes y medianas de la ciudad para la compra de los paneles. Y remarcó que están dialogando con entidades financieras locales para que se amplíe el financiamiento. «Es una forma de salir del laberinto donde estamos por arriba», admitió. Porque quedarse en la queja: «no nos lleva a ningún lado».
2 comentarios
ALFREDO
Acá nos conocemos todos, los comerciantes son millonarios, son en su mayoría evasores, que tienen personal en negro, algunos colgados de la luz y que tenían enormes márgenes de marcación. Gracias al comercio electrónico dejaron de meternos la mano en el bolsillo. Hay que adaptarse y dejar de quejarse.
Richard
Ustedes lo querían, ahí lo tenes. Se quejaron siempre de los planeros. Votaron los antiplaneros. Pero resulta que los nuevos planeros salen más caros y no le compran en los negocios.