Las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires pusieron en primer plano una disputa que ya trasciende el plano local. Mientras más de 2,5 millones de porteños votan para renovar 30 bancas de la Legislatura, el presidente Javier Milei aprovechó su paso por las urnas para lanzar un nuevo dardo contra Mauricio Macri: “Está hecho un llorón, está muy de cristal”, ironizó ante la prensa, en referencia al expresidente y al escándalo por un video con inteligencia artificial que lo mostraba bajando a Silvia Lospennato como candidata.

La frase encendió aún más la tensión entre ambos dirigentes, quienes compiten por la conducción del mismo electorado. El oficialismo libertario y el PRO comparten el campo de la derecha, pero desde hace meses la convivencia es cada vez más áspera, y la elección porteña se convirtió en el ring donde se mide quién tiene el control real sobre ese territorio político.

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Acompañado por su hermana Karina y rodeado de militantes y periodistas, Milei pidió esperar “el veredicto de la gente”, pero con su frase sobre Macri dejó claro que, más allá del resultado, el combate político está en marcha.

En este escenario también aparece una tercera figura que crece con perfil propio: Leandro Santoro. Con una campaña centrada en la gestión urbana y una retórica moderada, el dirigente del campo nacional y popular busca aprovechar la fragmentación entre macristas y libertarios. Analistas lo señalan como la “cenicienta” de esta elección, con chances concretas de dar el batacazo en una ciudad donde el peronismo históricamente ha tenido dificultades.

Después de 18 años de gobierno del PRO, los comicios de este domingo en CABA no solo definirán la próxima composición legislativa. También pueden reconfigurar los liderazgos nacionales  y marcar el ritmo político de los próximos dos años.