Por estos días vemos con estupor y profunda impotencia, desde este lugar del mundo, el genocidio sobre el pueblo Palestino, en Gaza. El inexplicable ataque desproporcionado sobre una población desarmada y librada a su suerte, abandonada de toda forma de protección internacional, me llevo a pensar en los paralelismos históricos. La pregunta recurrente es ¿Cuál es el futuro de la población de Gaza? ¿Cómo se reconstruye una sociedad después de semejante destrucción? ¿Cuáles son los límites de las resistencias psicológicas y emocionales para una sociedad que muere de hambre y de sed?
La historia nos muestra fotografías, aunque en color cepia, pero con imágenes posibles de recuperar y trazar un mapa para pensar. Traer la memoria a la historia, le pone a la noticia el sentido necesario para lograr comprender, desde lo humano, más allá de lo documental. Rebuscando en las viejas fotos cepias, encontré las de la guerra de la Triple Alianza y por cercana me permití hacer un paralelismo historico. Tal vez muchos quieran marcar las diferencias, que las hay y muchas, pero centrémonos en las coincidencias y tal vez podamos vislumbrar algunas posibles respuestas a las preguntas originales.
Poniendo en contexto, Paraguay inicialmente (1810) ante el movimiento independentista de la región se expresa fiel a España; es así que derrota a Belgrano en sendas batallas, pero lo que pega profundamente en el pueblo y especialmente la política paraguaya, es el mensaje político-económico que Belgrano dejo en su paso por las tierras misioneras y paraguayas, en la Campaña al Paraguay. Es así que prontamente Paraguay se libera y comienza un camino de desarrollo proteccionista industrializador inminente, en pocos años se convierte en el territorio con mayor alfabetización de Sudamérica, tenía escuelas técnicas que daban profesionales para la construcción de artilleros, ferrocarril propio y telégrafo, todo con inversión estatal, sin deuda con Inglaterra (por esos años los argentinos ya estábamos endeudados con Londres), y se daba el lujo de contratar profesionales ingleses (tal vez la mayor molestia) para el desarrollo de la industria local, es decir no eran “inversores” sino “trabajadores” al servicio del estado paraguayo. Paraguay en vías de desarrollo autónomo e industrialista, se proyectaba como la primera potencia en Sudamérica.
Es sabido que el enclave colonialista inglés, en América, era por entonces el Imperio de Brasil, bajo el mando de la corona de los Braganza. Brasil pretendía el dominio de la cuenca del Plata, y Uruguay era la cuña puesta para separar y evitar la integración con Argentina. Todo seguía el plan inglés, hasta que una fracción política de Uruguay se revela, (los blancos). Brasil (mano de obra inglesa) no se lo va a permitir y comienza a hostigar a Montevideo. Argentina, se mantiene “neutra” y el gobierno uruguayo pide ayuda a Paraguay. El país amigo tiene una clara concepción política soberana y se siente lo suficientemente fuerte para apoyar a Uruguay, mientras no ocultaba la defensa de su territorio, con fronteras aún difusas, que Brasil y Argentina pretendían arrebatarle.
Paraguay proyecta invadir Brasil, en respuesta a los ataques sobre Uruguay, para lo que debe pasar por territorio argentino, pide permiso a Mitre, quien en nombre de la “neutralidad” se lo niega. El emisario, con la repuesta, se demora en el viaje (cuenta la historia que por unas cuestiones “financieras”, coimas diríamos hoy) y sin respuesta Paraguay invade Corrientes. Están dadas las condiciones para que Brasil, Uruguay (los colorados) y Argentina se unan en guerra contra Paraguay.
Hasta aquí todo parece disputa en tiempos de independencia, pero la realidad es que atrás de todo estaba el financiamiento de Inglaterra. El ejército de Mitre se financio con un millón de pesos que le adelantó Brasil y una pequeña suma del Banco de la Provincia de Buenos Aires, pero el mayor aporte económico provino de la banca Baring (otra vez) con un empréstito de 12 millones de pesos.
El final de la guerra se conoce. No fue una guerra fue una ejecución.Paraguay no fue derrotado fue sacrificado, porque su desarrollo podía ser un modelo a copiar e Inglaterra no lo iba a permitir. Paraguay sacó los pies del plato y debía ser modelo, pero no de desarrollo sino, de qué les pasa a los pueblos si se atreven a pensarse a sí mismo, por fuera del mapa de división internacional del trabajo, que tenía Inglaterra y que había determinado para este lugar del mundo, ser fuente de materias primas a bajo costo.
Se estima que la población de Paraguay antes de la guerra superaba el medio millón de habitantes, al finalizar la misma solo sobrevivieron 200 mil, el 90 % de la población masculina en edad productiva había muerto, los altos hornos y las fundiciones fueron volados. ¿Qué perdió Paraguay? No solo su población quedó desbastada, el Tratado de la Triple Alianza deja en claro cuál era el fin, en su Art. VII dice “Los aliados se obligan a respetar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República del Paraguay…”, es decir no era la conquista su fin; pero el Art. IX expresa que “Derrocado el actual Gobierno (…) los aliados procederán a hacer los arreglos necesarios para asegurar la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay (por donde circularía el comercio inglés, puesto que el gobierno de Paraguay se oponía a ello) y en el Art. XIV se dispone que “los aliados exigirán (…) el pago de los gastos de guerra …”; con estos dos artículos queda claro que el sometimiento a Paraguay era indudablemente económico.
¿Qué ganaron los aliados? Para Argentina la ganancia fue casi nula, pero tuvo tres grandes efectos: se recrudecieron los enfrentamientos entre federales (gran parte de las provincias no apoyaron la guerra) y unitarios; en lo territorial, no pudo retener los territorios que pretendía y los empréstitos con la banca inglesa, para sostener la guerra, incrementaron la deuda sustancialmente. Uruguay sufrió considerables pérdidas de soldados y también incrementó su deuda con la banca inglesa. Brasil, tal vez el más beneficiado, pudo anexar algunos territorios, pero igualmente quedó fuertemente endeudada. En definitiva, la gran ganadora de la guerra de la Triple Alianza fue la banca inglesa, que finalmente (al modo del FMI) pudo imponer sus condiciones a todos los países partes. Por otro lado, la guerra dejó profundas secuelas en todos los estados participantes, que dificultaron una y otra vez los proyectos de integración regional, generando una herida aún abierta.
Volviendo al estado Palestino, e intentando realizar el paralelismo propuesto, sintéticamente así se vivía en Palestina hasta mediados del S.XX: se cultivaba sobre todo el olivo, cereales, árboles frutales y el algodón; comerciaba con el extranjero exportando productos como cereales, sésamo, aceite de oliva, tabaco, algodón y especialmente naranjas; en cuanto a su industria se desarrollaba la manufactura de madera de olivo en Belén, el vidrio en Hebrón, la industria textil en Gaza , contaban con el núcleo ferroviario, industrial y portuario de Haifa, mientras que Jaffa concentraba todo lo relacionado con la cultura, la comunicación y la exportación de cítricos. Hacia el final de la segunda guerra mundial, Palestina había crecido exponencialmente en las exportaciones, tenía una red de carreteras, ferrocarriles, y rutas navales que la comunicaban con Europa. Pero tal vez lo más significativo era la cultura del cultivo rotativo, el sistema musha de rotación voluntaria de cultivos colectivos ,lo que permitía que toda la comunidad se beneficiara de las tierras más fértiles cuando llegaba su turno y fortalecía el sentimiento de colectividad; luego de la segunda guerra mundial, con el mandato Británico, esta forma de cultivo queda totalmente abolida, solo importa la propiedad privada.
En relación a lo religioso, la región se caracterizaba por la convivencia pacífica de las tres religiones monoteísta. ¿Cuándo termina progreso? El movimiento sionista era un nacionalismo sin territorio, así que por un tiempo busco el asentamiento, hasta que eligió Palestina, a la que llamó “la tierra sin pueblo”, pero no era así, Palestina ya se encaminaba a ser potencia regional, al igual que Paraguay. El recorrido histórico del avance colonizador del sionismo israelí, supera las posibilidades de este espacio.
Solo invito a hacer un alto y observar el estadío en el que se encuentra hoy, al igual que Paraguay, Palestina está siendo ejecutada, y tal vez el fin de la guerra de la Triple Alianza nos pueda mostrar el futuro posible para la Franja de Gaza. Un pueblo desbastado al que le llevará siglos reconstruirse, una potencia en desarrollo que es sacrificada para que se entienda que nadie saca los pies del plato, tal vez al igual que Paraguay, solo quede para ser zona franca del ingreso importador. En cuanto al pueblo de Israel, cargará, como lo hace el pueblo argentino, con la destrucción de un pueblo hermano en su memoria.
Hoy se ha hecho popular el dicho “todo vuelve”, quizás también eso debamos recordar: posterior a la Guerra con Paraguay, Buenos Aires y el litoral argentino, padecen el terrible azote de la fiebre amarilla, se estima que el 15% de la población murió a causa de la peste, estimándose que el contagio se produjo con soldados argentinos y brasileños que volvían de la guerra.
Para cerrar este paralelismo histórico, confiando en el análisis crítico y reflexivo de los y las lectoras les comparto un fragmento de la prensa paraguaya sobre la guerra de la Triple Alianza:
“El mundo no ha presenciado en estos tiempos tan avanzados de civilización un escándalo tan cínico contra el derecho de gentes como el que la triple alianza ha presentado en su insolente atentado contra la independencia del Paraguay (…) Y es que la desaparición de una República (…) no sería sino el primer paso que su fuerza y su diplomacia prepara para dirigir un poderoso ataque contra sus propios aliados, primero, y el resto de América, después (…) ¿Y cuáles son las garantías de la existencia futura? No las tienen, y su resignación a un esclavización oscura y cruel es el único porvenir que se presenta ante sus ojos” Periódico Cabichui. Año 1 N°9, 10 de junio de 1867.
La historia se seguirá escribiendo… no perdamos la memoria.
Verónica López
Lic. en Cs de la Educación
1 comentario
Omar
Excelente excelente excelente