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De los caudillos a los frentes electorales: La balcanización como un destino que insiste

ā€œFracasado el proyecto de San MartĆ­n y BolĆ­var de mantener la unidad polĆ­tica de la AmĆ©rica hispana (…) se extendió la balcanización de estos territorios, fruto de oligarquĆ­as locales, muy en especial en Lima y Buenos Aires, y los localismos propios del atraso polĆ­tico y la falta de un poder centralizado que actuara como nĆŗcleo fundante. Junto con Ć©l, llegaron el liberalismo y el positivismo europeos que fueron abrazados por gran parte de la intelectualidad.ā€ (Auton, Omar – 2025 – Patria o Colonia. Debatir, pensar, actuar)*

Veronica Lopez

9 noviembre, 2025

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11:20 am

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Las Ćŗltimas elecciones dejaron al descubierto la balcanización de los intereses en el territorio argentino. Tomemos como ejemplo los nombres de los frentes que se armaron dentro del paraguas opositor, el justicialismo y las agrupaciones enroladas en el pensamiento nacional y popular: Fuerza Justicialista Mendoza, Fuerza Entre RĆ­os, Fuerza San Juan, Fuerza SantacruceƱa, TucumĆ”n Primero, Frente Justicialista SalteƱo, Federales Defendamos La Rioja, Frente de la Victoria (Formosa), Defendemos La Pampa. Solo en 14 provincias, de los 24 distritos electorales, se pudo ir con el frente ā€œFuerza Patriaā€.

Aunque puede parecer circunstancial, los nombres de los frentes electorales hablan de la fragmentación, porque cada uno de ellos expresa la intencionalidad de centrar sus intereses en lo local, territorialmente, donde la unión integral nacional no pudo lograrse.

La balcanización del antiguo Virreinato, luego de fracasado el sueño de la Patria Grande, abrió las puertas al pensamiento dominante europeo: liberalismo, positivismo y capitalismo naciente, producto de las revoluciones industrial y burguesa. ¿En qué realidad? En un pueblo donde no había sucedido la revolución industrial, ni se había gestado la clase media burguesa, como sí había sucedido en Europa en los siglos XVIII y XIX. Por lo tanto, estas nuevas ideas, copiadas pero incomprendidas por la población de las provincias argentinas, no encontraron terreno fértil para desarrollarse desde el convencimiento y la experimentación, sino que solo fueron defendidas por unos cuantos políticos e intelectuales del porteñismo y de sus adalides provincianos, con aires de superioridad.

El resultado fue que cada provincia (de las mÔs productivas y económicamente activas) antepuso sus propios intereses sociopolíticos y económicos a la construcción de una nación. En estas provincias, los caudillos fueron mayoritariamente terratenientes, provenientes de familias adineradas, que apoyaron la independencia no solo por el altruismo de la libertad, sino fundamentalmente porque la independencia era el camino al acceso del manejo de la gobernanza, el desarrollo productivo y la libertad de comerciar con el mejor comprador.

Comparemos: Bernabé ArÔoz, en TucumÔn; Martín Miguel de Güemes, en Salta; Estanislao López, en Santa Fe; Francisco Ramírez y Justo José de Urquiza, en Entre Ríos; Juan Bautista Bustos, en Córdoba; Facundo Quiroga, en La Rioja; Juan Manuel de Rosas, en Buenos Aires y parte de La Pampa; José Gervasio Artigas, en la Banda Oriental y las provincias mesopotÔmicas. Se puede observar que hay casi una paralela coincidencia entre los caudillos provinciales del siglo XIX y los frentes electorales del 2025.

Omar Auton cuenta qué pensaban los intelectuales, mayoritariamente porteños y europeizantes, en relación con la reacción de las provincias:
ā€œā€¦llegó el pensamiento de la burguesĆ­a europea conservadora y triunfante —intentando contagiar las ideas de liberalismo—, pero en AmĆ©rica no habĆ­a habido revolución burguesa, no existĆ­a un desarrollo capitalista que era la mĆ©dula del sistema europeo (…) Apareció entonces un pensamiento, muerto antes de nacer, lleno de frustración y amargura: ĀæCuĆ”l era la causa del fracaso? Inmediatamente se la buscó en la ignorancia y atraso de la población indĆ­gena y mestiza, en la ā€˜psicologĆ­a’ de los habitantesā€¦ā€

Doscientos aƱos despuĆ©s, desde los dos lados de la grieta, se seƱala al elector por ignorante y atrasado. AƱos anteriores eran los liberales quienes acusaban a los electores del peronismo de ā€œplaneros brutosā€; ahora son los de pensamiento nacional y popular (en todo su espectro) quienes acusan de ā€œcabeza de termoā€ a los electores de La Libertad Avanza.

Ampliar la mirada, buscar una perspectiva menos agresiva y mƔs analƭtica tal vez sea mƔs beneficioso para comprender la realidad.

¿Qué pasaba en las provincias, económicamente, en el siglo XIX? Al finalizar las guerras de la independencia, las provincias del norte y centro comenzaron con una economía de autoabastecimiento. Se desarrolló la industria artesanal, basada en el trabajo manual: cuero, tejidos, jabón, cebo, monturas, riendas y plumas. En tanto, se acentuó el comercio con Bolivia y Chile, especialmente en relación con la ganadería, pudiendo colocar ganado caballar, ovino, mular, burros y vacuno en el mercado chileno, especialmente. Mendoza y San Juan crecieron en el comercio ganadero y el desarrollo de la minería basada en la plata y el cobre.

Mientras tanto, Buenos Aires abría las importaciones, especialmente de Inglaterra, introduciendo productos manufacturados a bajo costo, lo que empezó a resentir las economías de las provincias. Un ejemplo de esto es la vitivinicultura mendocina, que no podía competir con los vinos europeos. Entre Ríos y Corrientes quedaron a merced de los productos importados, con el gigante Imperio del Brasil por un lado y el aperturismo porteño por el otro.

Es en este contexto que se inicia la perspectiva económica federal con un modelo proteccionista, que fue la base económica de las luchas de los caudillos versus el liberalismo librecambista. Poco de esto se enseƱa y se cuenta al hablar de los treinta aƱos de luchas entre unitarios —intelectuales europeizantes— y federales —brutos caudillos provincianos—, adjetivación que dejó la historia oficial y aĆŗn se repite en muchas clases de historia.

En el siglo XXI seguimos confrontando, detrÔs de las mÔscaras de turno y de una economía global, el modelo de desarrollo interno, de autoabastecimiento, protección y explotación nacional de las riquezas de nuestros suelos, versus la liberación de las finanzas a los popes extranjeros, con la exportación sin valor agregado y el aperturismo indiscriminado, en detrimento de las economías regionales.

En 1860 el conflicto se resuelve económica y polĆ­ticamente: el porteƱismo ā€œarreglaā€ en Pavón. ĀæPodrĆ­amos decir que el voto vendido de un Kuider es heredero de la entrega de Urquiza en Pavón? Posterior a Pavón, Mitre manda a matar al Chacho PeƱaloza (el Ćŗltimo de los caudillos provincianos), apuƱalado y baleado, cortando su cabeza y llevando una oreja del cadĆ”ver a una fiesta del dirigente liberal riojano Natal Luna, quien dĆ­as despuĆ©s se quedarĆ­a con algunos bienes del muerto. Forma cruel —la crueldad tambiĆ©n serĆ­a heredada, en la misma lĆ­nea de pensamiento— en que se logra la unificación del paĆ­s.

En las elecciones de medio término, el partido liberal-libertario se presenta unificado en todos los distritos electorales de la Argentina, mientras que la oposición se fragmenta, defendiendo intereses territoriales que después pondrÔn a negociar como trofeo en disputa, para obtener el mejor rédito para sus intereses locales, tanto políticos como económicos.

ĀæEl resultado? Podemos leerlo en la historia: las provincias terminan entregadas al poder central, negociando migajas y empobreciendo a sus habitantes. Porque la creciente economĆ­a del centro-norte argentino de mediados del siglo XIX es la pobreza argentina estructural de hoy.

Verónica López
Licenciada en Ciencias de la Educación

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Comentarios

1 comentario

  • Interesante enfoque desde una perspectiva superadora. Entendemos, va llegando el momento de definiciones, luego de mĆ”s de dos siglos de historia, con muchas manchas sangre de hermanos derramada en el camino. Definitivamente, nuestro destino debe inclinarse para uno u otro lado de la grieta Ā”QuĆ© paĆ­s queremos para las nuevas generaciones de argentinos que vendrĆ”n!

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