Mario Doval, propietario de un comercio que lleva su nombre, dijo que había participado de una reunión del Coes (Comité de Emergencia Sanitario) y allí el ingeniero Guillermo Collazo, del Área de Hidrología de Salto Grande, dijo que lo que se avecinaba no era una inundación extraordinaria, sino que eran 200 milímetros de lluvia que habían caído en Brasil. «Era mas chica que la de noviembre» en referencia a la de fines del año pasado. Incluso, dijo el comerciante, el referente de Hidrología había asegurado que no iba a pasar los 12,50 metros que marca la línea de evacuación en Concordia.

«Entonces nos preparamos con esa situación que nos plantea. Pero hoy tenemos 13,10 metros. Para mañana tenemos 13,30 metros a las siete de la mañana, a la 1 del mediodía 13,50 metros. Prácticamente hay un error de un metro que no entendemos. Ahora se escuchan versiones de que podria llegar a los 14 metros. Si eso no es una inundación extraordinaria…», reflexionó Doval.

El pedido de los comerciantes era que se tratara de sostener un poco el nivel del embalse. «Con el objeto de no pagar la zona de exclusión (la cota de expropiación) no quieren superar los 35,50 metros (aguas arriba de la represa). Nosotros decimos ‘no, sostengan un poquito’. Y si no vamos a pedir el mismo tipo de indemnización», dijo.

«Hay que prestar atención a la medida que va a tener el Lago ahora que pase el pico de la creciente. Si el Lago no supera los 35 o 35,50 metros, quiere decir que lo que están cuidando es no gastar allá arriba en la zona de exclusión (expropiación) Eso es clarito y se nota en todas las inundaciones», indicó Doval.

Por su parte, Enrique Kleiman, propietario de un restaurante ubicado en avenida Costanera entre Carriego y Roque Sáenz Peña, indicó que la están sobrellevando de mala manera a la situación. «Estamos viendo un mal manejo de la represa. Si bien entendemos que la represa actuó muchas veces de barrera y quizás ha evitado inundaciones, ahora creemos que hay un mal manejo», remarcó.

«No es solamente ver el Lago vacío, sino que hay un cálculo mal hecho. Esta vez no hubo un efecto, algo de la naturaleza como en las inundaciones anteriores que llovieron 200 milímetros y tuvieron que vaciar más rápido de lo previsto», sostuvo Kleiman. «Cuando nos manejamos con la aplicación de Salto Grande, nos está diciendo el caudal en todos los puertos y vemos que el agua siempre estuvo, pero el cálculo estuvo muy mal hecho», añadió.

Para el comerciante gastronómico, en la represa debieron haber almacenado más agua y no dejar que suba la altura del río tan prematuramente. «Hay una experiencia de una gestión anterior al que al Lago lo pudieron llevar mucho más alto y atenuar acá. Cerraron las compuertas y acá se escurrió», dijo.

«Si tenemos que salir de otra manera y estar menos días inundados, es mucho más favorable para nosotros», indicó. Aunque el perjuicio económico se va a producir igual, es diferente. «Esto nos va matando de a poquito», dijo. No solo no ingresa dinero, sino que la estructura de los emprendimientos se ve afectada «Es mucho el tiempo por querer bajar tanto tiempo el Lago», añadió Kleiman. «La vez pasada, el Lago nunca llegó a lo que pensaban y esto era un Lago más. Y corría y seguían largando agua», dijo. «Vemos que hay un mal manejo sin haber algo extraordinario como un vendaval de agua como cayó en Brasil», dijo.

Por su parte, Manolo Torres, responsable de una sandwichería en 1° de Mayo y Costanera, sostuvo que ya ha sucedido que se han inundado «teniendo un Lago bajo». «Si se dan una vuelta por el Lago, no tiene nada de agua, está seco. Y nosotros inundados y nos largaron un montón de agua».

Maximino Marcio, propietario de una cervecería ubicada en Carriego y Costanera, dijo que cuando los comercios quedan anegados, hay personas que se quedan sin su «fuente de laburo». «Nosotros perdemos un montón de plata; hay gente que depende de que abramos; la ciudad depende de nosotros también. Si una ciudad pretende ser turística, hay dos lluvias y estamos matando la Costanera», graficó. «¿Adónde los vamos a llevar? A una obra inmensa como la de la Playa Nébel que hoy está arruinada, socavada», indicó.

«Muchos de nosotros tenemos la suerte de no vivir en la Costanera. Pero la gente que vive en la Costanera, que les estaban sacando los medidores con 11,50 metros, es gente que no tiene donde ir», dijo.

“Si saben que pasan los 35 metros, saben que tienen que poner plata. Acá como no tienen que poner plata, a cota 12 o cota 13, largamos el agua. Y así estamos padeciendo muchas inundaciones. Hay gente con siete u ocho inundaciones. Estamos porque sabemos que la Costanera es el lugar, es la perla de Concordia: todo el mundo cuando viene trata de venir a la Costanera”, indicó. “Nadie dice que estos sucesos no pueden pasar, pero mínimamente que ellos pongan su parte diciendo ‘realmente le mandamos agua porque no la aguantamos más’. No porque creen que algo va a pasar”, dijo Marcio, además. En su caso, sostuvo que aún está pagando los daños producidos por la ultima inundación en arreglos varios, pintura, herrería etc.